Un preocupado grupo de jóvenes en Cartagena, se propusieron rescatar este espacio del borde costero único en el Litoral de los Poetas, que había sido abandonado por años.
La Caleta vieja es una de esas playas perdidas en medio de la vorágine del verano en Cartagena, playa ubicada a tan solo una hora de Santiago, conocida en todo Chile por ser el balneario preferido por los turistas de escasos recursos para vacacionar.
A la playa, se llega accediendo por la calle San Pedro, una estrecha calle de tierra que guarda el secreto de los acantilados más lindos de todo el Litoral Central.
Llegando al mirador, la cosa solo se complica: hay que bajar un complicado camino de piedras y tierra, escasamente acondicionado para acceder, ojalá con zapatillas u otro calzado “todo terreno”, esfuerzo que valen la pena para llegar a una pequeña playa de rocas y aguas mansas, casi exclusiva.
Casi, porque dejó de ser un secreto guardado por los cartageninos ya que paulatinamente fue llegando más veraneantes quienes fueron interfiriendo el entorno, al punto de casi desaparecieron especies vegetales en diez años.
Cuelgan los chaguales entre los pastizales, yacen quemados los escasos árboles que allí crecieron y casi ni se ve la hermosa flora que caracterizaba a ese paraíso de la provincia de San Antonio.
Preocupados al respecto, el Grupo Ecológico Cartagena Joven, vio la oportunidad de poder concesionar el espacio para poder resguardarlo.
“Yo vengo con mi familia desde siempre, hace unos años comenzó a hacerse popular. El problema de eso es que no había una mano firme que se preocupara de enseñarle a la gente que este espacio maravilloso hay que cuidarlo”, cuenta Linda Cáceres, integrante del grupo y una de las impulsadoras de la iniciativa.
Para conservar el lugar, lo concesionaron, para asegurar su cuidado.
Nataly Orellana, miembro del grupo, explica que “ a cada turista que llega a la playa, les cuentan el proyecto y les explican los cuidados con el medio ambiente que deben tener como llevarse su basura, no botar las colillas al mar, si van a fumar les facilitan ceniceros y como está prohibido hacer fuego en la orilla, hay un espacio de fogata común”.
“Además, en un pequeño local armado con palos y pendones reutilizados, vendemos dulces, agua y bebidas y como a las cuatro de la tarde, tendremos papas fritas a mil pesos y salchipapas a mil quinientos como una forma de financiar el proyecto”.
“Vendemos hartas cosas, como cualquier concesionario, lo importante es que le damos un sello distinto al de las otras playas. A nosotros, sí nos preocupa el medio ambiente y nos estamos haciendo este esfuerzo para defender este borde costero. Probablemente, al final del verano habremos perdido más dinero que ganado, pero lo importante es que cuando todos se van, a eso de las ocho, la playa queda limpia, rara vez hay que recoger algún papel y esperamos, que quienes entienden el mensaje acá, puedan entender que en todas las playas del mundo es necesario el mismo resguardo”, comenta Linda.
Este grupo de voluntarios tiene experiencia en reforestación. Han plantado árboles por toda la comuna, en quebradas, veredas, parques y plazas, pero ahora el panorama es distinto.
“Generalmente nos conseguimos los árboles con la CONAFF para reforestar de árboles, pero aquí no hay árboles nativos.
Estamos en conversaciones con algunas universidades para que nos puedan ayudar a plantar especies como el chagual o la pata de guanaco, una flor que se daba hasta hace poco acá y que ahora tenemos identificadas apenas dos ejemplares. Es más difícil conseguir este tipo de flora, porque son endémicas de la zona.
Para qué hablar de los cactus, hay varias especies que se ven destrozadas porque los turistas se llevan un trozo, pero, lo más lamentable, es que en muchas ocasiones no sobreviven fuera de este ecosistema de acantilado”, afirma Nataly.
Por todo el espacio hay letreros de “Cuida tu playa” o “Llévate tu basura”, además se encuentran realizando otros letreros para poder identificar las especies nativas que se encuentran en la zona.
“La playa es de todos. No es la idea tener que cerrar espacios para que se conserven. Acá en la Playa Ecológica, hay de todo para pasar un día de verano. Incluso, en otro sector de la playa arriendan kayak. Todo es súper entretenido, no queremos que la gente deje de disfrutar el mar, pero necesitamos que lo haga con conciencia, para que las futuras generaciones puedan disfrutar igual que nosotros”, finalizó Linda.
La invitación está hecha para que todos disfruten del día de playa en la Playa Ecológica Caleta Vieja de Cartagena.