Hace un par de meses Greenpeace lanzó una campaña para eliminar los plásticos de un solo uso en todo el país. Una iniciativa ciudadana llamada Chile Sin Plásticos que congrega a miles de personas y organizaciones de la sociedad civil para erradicar el plástico innecesario de la vida de los chilenos.
Hoy los anuncios de las comunas de Santiago y Providencia que proyectan una ordenanza municipal para prohibir el uso de productos de plástico desechable como bombillas, platos, envases y cubiertos de un solo uso en bares, comercios y quioscos, significan “Un triunfo ciudadano. Querer vivir en un Chile sin Plásticos es una tendencia ciudadana respecto al uso de este material en nuestro país que se genera desde una demanda de las personas, ahora sólo falta una medida potente del gobierno que concrete este cambio de paradigma”, explica, Soledad Acuña, vocera del movimiento Chile sin Plásticos de Greenpeace.
La semana pasada, la Ministra de Medio Ambiente aseguró que el gobierno deberá tomar medidas urgentes respecto a los plásticos de un solo uso, anunciando que el ejecutivo redactará el reglamento de envases y embalajes de la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Ante esto, Soledad Acuña, enfatizó que: “Es muy significativo lo que está pasando con las municipalidades. Hacemos un llamado al gobierno en no pensar medidas a medias que solo piensen en las bombillas o en reciclar o en incinerar los plásticos. La manera de atacar el problema de raíz es eliminándolos”.
Chile sin plásticos congrega a más de 30 mil ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil y sigue actuando en distintos lugares del país para la eliminación de los plásticos de un solo uso.
Según datos de la industria, cada chileno consume 51 kg de plásticos al año (ASIPLA, 2015). Esta cifra es la más alta en latinoamerica, sin embargo, sigue siendo baja en comparación con otros países industrializados (Feria Internacional de la Industria del Plástico en Perú, 2016; Revista Ekos, 2018)