Septiembre 20, 2024

Gamboa ¿el más grande?

Gamboa,“El Gato,” corrió siempre compitiendo -incluso en los años de mayor batalla, los 50, 60 y 70- y ganó todas los combates en que se enfrentaron durante más de medio siglo el progresismo y la reacción.

 

 

No fue el chispeante titulero que le achuntó con el “Corrió solo y llegó segundo” el mismo día en la noche en que el tirano “invencible” fue derrotado en las urnas, sino el periodista democrático, libertario y popular que durante décadas, todos los días y todas las horas se batió con su pluma y su palabra contra el periodismo reaccionario y mercurial, militante de siempre de las fake-news.

 

 

Gamboa pagó con la tortura, el maltrato y la cárcel en el Estadio Nacional y en campos de concentración su hidalguía contra Pinochet y los golpistas y se inscribió, nuevamente, en el movimiento de masas contra la dictadura de derechas desde el cual se rió con su histórico titular de octubre de 1988.

 

 

Si nos ponemos serios a su muerte, y revisamos nuestra historia, debemos concluir que “el Gato” Gamboa ha sido uno de los más grandes periodistas de todos nuestros tiempos.

 

 

Tal vez el mayor. De todos nuestros tiempos.

 

 

Afortunadamente se le acercan varias y varios pero es muy difícil de alcanzar. Los grandes Tito Mundt, Hernández Párker, Eugenio Lira, Fernando Rivas Sánchez, los hermanos Gómez López, María Olivia Monckeberg, Patricia Verdugo, José Carrasco de Análisis, Felipe Pozo de Fortín y Análisis, Juan Pablo Cárdenas o Fernando Paulsen de Análisis no alcanzaron ni alcanzan aún a hablar al pueblo en tan correcto pueblo, como Gamboa. Nadie conectó como él con la culta cultura popular y con los intereses mayoritarios. Nadie con las emociones de letrados e iletrados. Nadie entregó como él mensajes tan entendibles y masivos, ni orientaciones y herramientas para que el pueblo combatiera en las batallas de las ideas.

 

 

Perteneció al movimiento social democrático y popular, y nunca a otro en casi cien años de existencia física y lo sirvió sin límites.

 

 

Es absolutamente cierto que Influyó en millones, repetidamente, para bien.

 

 

El 11 de septiembre de 1973 “el Gato” fue derrotado no por otras ideas sino por la brutalidad de las armas y de la represión, por algún tiempo, pero sobrevivió y sobrevivirá victorioso, como se ha probado en estos días, cuando quienes fueron sus enemigos hubieron de callar, de agachar la cabeza o de deslizar, incluso, breves alabanzas.

 

 

Gamboa probó que el periodismo está siempre al servicio de un movimiento social y que no existe el lobo estepario de los medios ni, menos, el llamado periodismo objetivo o independiente.

 

 

El “periodismo objetivo” es ese que se muere en el mismo momento en que el “periodista” deja de escribir. No deja huellas. Es un “periodismo” virgen o infecundo.

 

 

¡Gracias por todo don Alberto Gamboa Soto!

 

 

A mi entender usted fue el más grande.

 

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