Septiembre 20, 2024

La justicia peruana parece un nido de ratas

 

La igualdad ante la ley es el principio básico del Estado de derecho. Como todas las grandes ideas y principios, siempre se contradicen respecto a la realidad: los hombres nacen libres e iguales…, artículo 1º de la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789, redactada por los esclavistas, que equivale a afirmar que los esclavos y las mujeres, enfrentados a los burgueses, no son iguales.

 

 

En la Granja, Orwell dice que “todos los cerdos son iguales, pero hay algunos más iguales que otros”. Para Calvino, “la riqueza es un signo de amor de Dios porque trabaja más que los pobres” –  no se creen el pasaje evangélico que dice “mirad las aves del cielo que no tejen ni hilan…”. Con razón, Karl Marx despreciaba las grandes palabras idealistas y retóricas que, contrastadas con la realidad, eran falsas y, sobre todo, hipócritas.

 

La igualdad ante la ley ha sido siempre una mentira, por ejemplo, los jueces sólo envían a la cárcel a los desposeídos de fortuna. Las estadísticas demuestran que el 90% de los reos son hijos, a su vez, de reos, y a los ricos se les condena a unas pocas clases de ética con la consigna final de que “roben, pero que no los pillen”. En educación, los hijos de familias ricas y “decentes” – como se decía antes -, pues por muy atrasado mental que sea no le faltará un compañero con progenitores dueños de empresa que, al menos, le aseguren un trabajo de junior. Los curas del Colegio Saint George – en la época de la Unidad Popular creían en Dios y que Jesús era pobre y no rey de Babilonia, hicieron el intento de mezclar a los Infante con los Machuca, y por lógica, los muy cristianos milicos los destruyeron.

 

En el Opus Dei se dice “las empleadas con las empleadas y los caballeros con los caballeros, en que las primeras deben dedicar su trabajo a Dios y, los segundos, a disfrutar de los bienes de este mundo”.

 

La justicia peruana, para los pocos que creen en la igualdad ante la ley, se ha convertido en un nido de ratas: los fujimoristas y los dirigentes de Acción Popular Revolucionaria Americana, (APRA), se apropiaron del Poder Judicial en su propio beneficio, y se trata colocar de militantes en la Corte Suprema, en el Consejo Nacional de la Magistratura y en la Fiscalía Nacional, y de esta manera, asegurar que si descubrían sus delitos, siempre habría un juez que, en primera instancia o casación, los dejaría libres de polvo y paja. Para lograr el objetivo coparon los poderes judiciales principales, el Consejo de la Magistratura, entidad encargada de nombrar y remover a jueces y fiscales; después, a los Jueces Supremos de Casación – por ejemplo, César Hinostroza a fin de que liberara a la ex candidata presidencial,  Keiko Fujimori, ante cualquier fallo negativo -.

 

En la novela de Chesterton, El hombre que fue jueves, los jueces se convirtieron en delincuentes y, como en la novela, los  jueces se repartían, hasta hace muy poco tiempo,  los cargos de la CNM entre ellos. Afortunadamente, una investigación sobre narcotráfico, en el Callao, permitió interceptar los teléfonos de algunos jueces y asì descubrir sus conversaciones, en las cuales se denunciaba la existencia de una mafia judicial, llamada Los “Cuellos Blancos del Puerto”.

 

Aun cuando muchos de los periodistas sólo repiten lo que dice el editor – léase en Chile El Mercurio, La Tercera, Mega y Canal 13-, siempre hay un medio independiente, en Chile Ciper Chile, The Clinic; en Perú, Panorama y ILD Reporteros, estos últimos, dirigidos por Gustavo Garriti, que publicó las grabaciones entre estos “ilustres delincuentes” que ostentan el título de jueces.

 

César Hinostroza, juez Supremo de Perú, huyó a España; Walter Ríos, presidente de la Corte del Callao, está preso; ahora se ventila el caso del Fiscal de la Nación, Pedro Gonzalo Chávarry. (Se sospecha, con buenos argumentos,  que Chávarry trabaja para el Partido fujimorista Fuerza Popular, y que ha hecho todo lo posible para entorpecer la causa en contra de Keiko Fujimori.

 

Chávarry tiene a su haber cuatro acusaciones constitucionales, detenidas en el Congreso debido a la mayoría fujimorista,  del Partido Fuerza Popular, en que uno de sus delitos se refiere a su pertenencia a la mafia de los “Cuellos Blancos del Puerto”. Sólo ayer, 14 de enero, se dio pase a las acusaciones contra Chávarry.

 

En día de Año Nuevo, el entonces  Fiscal de la Nación, le retiró la causa del Lava Jato a los fiscales del caso, Vela y Pérez, quienes a mediados del mes de enero, conocerían los detalles de la causa por confesión premiada por los dirigentes de la empresa Odebrecht que, de seguro, enviarían a la cárcel a los Presidentes de Perú, desde Toledo hasta PPK.

 

La misma noche de ocurrido este hecho el pueblo salió a la calle celebrando el Año Nuevo en pleno centro de Lima, protestando contra el monstruo de fiscal Chávarry. La obstrucción a la justicia no resultó del todo, pues sólo atrasó la entrevista, en Brasil, con los directivos de Odebrecht, y estaba claro que había que destituir a Chávarry, pero la situación era difícil pues en único organismo facultado para hacerlo, el Consejo Nacional de la Magistratura, (CNM), estaba disuelto por corrupto, y sòlo quedaban dos caminos: el primero, el de los Fiscales Supremos, cinco en total, en que tres de ellos están implicados en el caso de los “Cuellos Blancos…, y sólo dos tienen una conducta irreprochable. Los fiscales Pablo Sánchez y Zaraída Ávalos.

 

 

Pedro Chávarry es un personaje tan sombrío y desfachatado que, a pesar de que los cuatro Fiscales restantes votaron unànimente por su destitución, se negó a entregar su renuncia argumentando que necesitaba tiempo para reflexionar. Al fin, cuando vio que no tenía otra salida, renunció a su cargo.

 

Días antes a su dimisión el fiscal Pérez, con orden del juez Richard Concepción, selló las oficinas del Fiscal de la Nación. Días después, se descubrió la ruptura de los sellos, hecho que constituye un delito. Una de las asesoras y ex congresal, Rosa María Venegas, (anteriormente asesora de la congresista de Fuerza Popular, Letona), confesó haber sustraído documentos “personales” de sus oficinas, según dice, de exámenes médicos. En otro video aparece Venegas, junto a dos guardaespaldas de Chàvarry, seguidos por el mismo ex Fiscal de la Nación.

 

Creer en la igualdad ante la ley equivaldría a estar convencido que, por ejemplo, Simón el Mago, cuando saltó desde una torre, salió sin lesiones, pues era el predilecto de Dios, y esto rige para las frases bonitas y “bien intencionadas” que la gente profiere ingenuamente. Bastaría recordar que los fariseos y doctores de la ley creían que con saber y repetir los preceptos contenidos en la Tora, tendrían el cielo asegurado.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas, (El Viejo)

15/01/2019                                     

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