Ni bien llegado al Palacio de la Alvorada, en Brasilia, Jair Bolsonaro comenzó a imprimirle a la residencia presidencial su toque ultraderechista.
Bolsonaro se instaló anteayer por la noche en el Palacio, acompañado por la primera dama, Michelle, 38; la hija de la pareja de 8 años, Laura, y la hijastra del presidente, Leticia, 16.
La retirada de las sillas pudo verse apenas horas después de la llegada de la familia presidencial. En su asunción Bolsonaro prometió eliminar el socialismo y dijo que la bandera "jamás será roja".
Puede que parezca gracioso de tan exagerado, pero este tipo de gestos no hacen más que demostrar qué tan hasta el final está dispuesto Bolsonaro, a llevar su política ultraderechista y persecutoria.