Septiembre 20, 2024

Pedro Sánchez y Joaquín Torra, de Presidente a Presidente

Para la II República la independencia de Cataluña fue uno de los problemas más difíciles de solucionar. Francesc Macia proclamó la república catalana, (1931), y tuvo que pactar con los dirigentes republicanos su autonomía.

 

 

La rebelión de los catalanes, bajo la dirección del líder Lluis Companys, dio como resultado la nueva  proclamación de la república catalana, (1934), que fue aniquilada a sangre y fuego por el gobierno derechista del segundo bienio de la República.( Alianza Radical Ceda)            

 

Campanys fue fusilado en Montjuic una vez que los agentes de la Gestapo entregaron a la dictadura de Franco al líder catalán, refugiado en Francia, a pesar de los ruegos de sus hermanas muy católicas.

 

Durante la transición, a partir de muerte de Franco, la causa independentista ha ido ganando apoyo ciudadano: del 20% a los inicios,  ha pasado al 48%, según la votación de diciembre de 2017. En la mayoría de las encuestas de opinión, el 80% de los encuestados se declara partidario de que la crisis catalana actual se resuelva mediante una consulta popular.

 

La aplicación del art. 155 de la Constitución, por parte del anterior gobierno de Mariano Rajoy, resultó un desastre: se había acordado una fecha definida con Ciudadanos y el PSOE para llamar a elecciones de la Generalitat, y estaban convencidos de que ganarían con facilidad las elecciones del parlamento catalán, pero la maniobra no dio el resultado esperado: si bien el Partido Ciudadanos obtuvo la primera mayoría en dicha elección, el Partido Popular, (PT), quedó reducido a su mínima expresión.

 

Los partidos independentistas: Partido Democrático por Cataluña, Izquierda Republicana y el Comité de Unidad Popular lograron la mayoría  de los parlamentarios en el Congreso de la Generalitat, en consecuencia, les correspondía la presidencia. El partido principal de los independentistas, (el PDCAT), cuyo líder sigue siendo el exiliado Carles Puigdemont, se vio obligado a nombrar un reemplazante, nominación que recayó en la persona de Joaquín Torra, que se ha hecho famoso por sus declaraciones brutalmente anti-españolas y xenófobas.

 

La aplicación del art. 155 durante el gobierno de Rajoy no ha hecho más que radicalizar el quiebre de Cataluña entre independentistas y quienes manifiestan seguir al alero del gobierno español. Tanto prisión como el exilio de algunos de los principales dirigentes independentistas ha radicalizado el quiebre entre las “dos Cataluñas”.

 

Una vez caído el gobierno de Rajoy, su sucesor, el socialista Pedro Sánchez, necesitaba el apoyo de los independentistas para lograr la mayoría requerida para asumir el gobierno, en consecuencia, prometió abrir un diálogo con el gobierno de Cataluña.

 

Previo al encuentro entre Sánchez y Torra, y  a reunión del Consejo de Gabinete de Cataluña, se había producido una discusión bastante ácida entre ambos Presidentes: Torra, incluso, había hecho referencia al camino tomado por  Eslovaquia; en el fondo, quería forzar a Pedro Sánchez a sostener una cima, de nación a nación, de potencia a potencia, cuya sede sería Cataluña.

 

Para aprobar el presupuesto de la nación, Pedro Sánchez necesitaba el voto de los independentistas catalanes. En un gesto muy hábil por parte de los Partidos independentistas resolvieron apoyar al Presidente del Gobierno español.

 

El día 20 de diciembre reciente se produjo la famosa cumbre entre los dos presidentes, encuentro que ha sido muy rechazado por la derecha española, que acusa a Sánchez de traidor, (el periodista Federico Jiménez loSantos, por ejemplo, cotidianamente le dedica las peores injurias sin que el Presidente de Gobierno se haya querellado).

 

El Consejos de Ministros del Gobierno de Sánchez, reunidos en Cataluña, acordó cambiar el nombre del aeropuerto de la ciudad por el del primer Presidente de la Generalitat.

El día 21 los Comités de Unidad Popular (CUP), y los Comités de Defensa de la República (CDR), se han enfrentado violentamente a los Mossos de Escuadra y, además, los Comités han aislado a Barcelona cerrando las fronteras con Francia.

 

 

La situación española se ha radicalizado a raíz del crecimiento del Partido fascista-franquista VOX, y del paso a elecciones violentas por parte del sector más republicano de los independentistas catalanes.

 

La derecha española amenaza con censurar al gobierno socialista, presidido por Pedro Sánchez y, de esta manera, provocar nuevas elecciones en las cuales están seguros de triunfar. El problema se plantea entre los Partidos VOX y Ciudadanos, pues los segundos quieren mantenerse en el centro político buscando una alianza con el PSOE de la comunidad autónoma de Andalucía, y no dar mayoría a un gobierno de la derecha.

 

Nuevamente en la historia de España se está produciendo un choque entre las dos Españas y las dos Cataluñas: el intento de Pedro Sánchez de un  diálogo, aunque difícil,  sobre el tema catalán parece ser la única posibilidad de que los españoles puedan optar por la dialéctica de las pistolas y los puños, (tal como lo profetizaba José Antonio Primo de Rivera en los años 30).

 

Uno de los motivos defendidos por los nacionalistas de Franco en el golpe de Estado, en 1936, fue la destrucción de la unidad de España, producto de la declaración de autonomía de Cataluña, así como de su proyecto de extenderla a Euskadi. El hecho de que los sacerdotes vascos hubieran estado a favor de la República se debió, en gran parte a la adhesión republicana respecto a la independencia Euskadi. El Partido VOX propone, nada menos, que terminar con las autonomías.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

22/12/2018

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