Más de 800 menores de edad y adolescentes integran hoy las caravanas de migrantes centroamericanos en México, que aspiran a recibir asilo por parte del gobierno de Estados Unidos.
Unos 862 de ellos han sido registrados en albergues de Tijuana y Mexicali, en el estado de Baja California, adonde llegaron con sus padres o familiares tras huir de la pobreza y la violencia en países de América Central.
Otros niños y jóvenes se suman a grupos de migrantes que buscan llegar al norte de México y transitan por varios estados del país, cuando desde Chiapas se conoció que una caravana de salvadoreños fue interceptada y decenas de sus integrantes detenidos por autoridades migratorias y efectivos de la Policía Federal.
Los menores y adolescentes migrantes resultan de los más vulnerables en este éxodo.
En México debieron soportar bajas temperaturas, lluvias y largas y extenuantes caminatas.
Para ellos el futuro es incierto, al igual que para el resto de los caravanistas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó militarizar la frontera e incluso amenazó con cerrarla totalmente para impedirle el paso a los migrantes centroamericanos, que hoy hacen fila en Tijuana a la espera de ser atendidos por autoridades migratorias del país norteño.