Acabo de enterarme del fallecimiento de Víctor Pey quien, durante la guerra civil española luchó junto al gran líder anarquista, Buenaventura Durrutí. Siempre me he sentido muy cercano a don Víctor, especialmente, por mi admiración de la experiencia anarquista en Barcelona y Aragón, en la cual, en muy poco tiempo histórico, se llevó a cabo la utopía de una sociedad “sin Dios ni amo, sin dinero y en la igualdad, utopía a la cual sigo intelectualmente desde el actual contexto del nihilismo y adoración al dinero.
El barco Winnipeg trajo a Chile lo más valioso de la inmigración española de la guerra civil: muchos intelectuales que han contribuido con un gran aporte a nuestra cultura, entre ellos Víctor Pey, defensor de las causas justas y, sobre todo, del pluralismo y la libertad de expresión, a través de las luchas por justa indemnización al antiguo Diario El Clarín.
Víctor Pey fue uno de los grandes y fieles amigos de Salvador Allende – también lo era de mi familia -, lo cual me une con más fuerza a su constante lucha por la libertad, que para mí es el líder político de izquierda más auténtico y valioso de América Latina.
En algunas ocasiones, a través de E-mail, me hacía ver sobre algunos errores. Incluso históricos, que cometía en mis envíos a El Clarín; en otras, me animaba y me alentaba a seguir escribiendo y, en otras, manifestando su acuerdo con el contenido de mis artículos.
Vivir 103 años de lucha es, verdaderamente, una hazaña y, a lo mejor, don Víctor, como el Cid Campeador, seguirá ganando, la batalla de El Clarín, por un prensa libre y pluralista.
Mis sinceras condolencias paras sus familiares.
Rafael Luis Gumucio Rivas
05/10/2018