Diciembre 27, 2024

Brasil: Hidro-reunión con Sônia Guajajara, candidata indígena, en el río Tapajós

Es sabido que los road-shows de las bandas de rock son agotadores, aunque las giras promocionales y los conciertos en directo son una parte fundamental del show-business, y hay que asumirlas con entusiasmo y profesionalidad. De igual manera, en campaña electoral, a cualquier candidato a la presidencia o vicepresidencia de un país se le exige que esté en la carretera, y que visite cuantos más lugares mejor, estreche cuantas más manos mejor, y se haga cuantas más selfies mejor, asumiendo un ritmo sin duda agotador. 

 

 

Pero en toda gira promocional puede haber algún momento de sosiego donde encontrar un hueco de tranquilidad, un espacio de recogimiento, de serenidad y de conexión con los más afectos. Y esto es lo que le ocurrió el pasado 6 de septiembre a la primera candidata indígena a la vicepresidencia de Brasil, Sônia Bone Guajajara, durante una escala técnica en la ciudad de Santarém, de camino a Sao Paolo vía Belén, en la desembocadura del Amazonas.

 

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Aprovechando la escala del avión, la campaña de Sônia se puso en contacto con lideresas indígenas activas en el vecino río Tapajós –uno de los mayores acuíferos del mundo y afluente del gran Amazonas—, muchas de ellas reunidas en torno al grupo activista “Suraras del Tapajós”. También contactó con Raquel Rosenberg, líder del movimiento de jóvenes Engajamundo, que desde agosto dirige sobre el terreno el proyecto “Engaja na Amazônia”, que trabaja en la capacitación para la movilización de los jóvenes de las comunidades indígenas del río Tapajós.

 

Las amenazas sobre el ecosistema fluvial son enormes: el agro-negocio, la industria maderera, la construcción de puertos y presas o, incluso, la presión inmobiliaria de un turismo incipiente. Hay más que suficientes motivos para permanecer alerta y apoyar a las comunidades indígenas en la defensa de sus derechos y de un desarrollo saludable y sostenible, como viene haciendo Saúde e Alegría, un proyecto emblemático con sede en Santarém.

 

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La propuesta que surgió de la conversación de Sônia con las lideresas fue la de celebrar una reunión con las Suraras (guerreras) sumergidas en el río—una hidro-reunión, como la llaman. La convocatoria tendría lugar al atardecer en una playa de Alter do Chao, a unos 40 km de Santarém, remontando el río Tapajós. Sumergirse en las aguas tibias del río para platicar largamente con las lideresas indígenas amazónicas resultó ser una brillante idea, algo inédito, que propició una conversación intensa y poderosa.

 

La reunión empezó con la última luz de un atardecer plateado, que se alargó hasta que la bóveda celeste se fue poblando de infinitas estrellas. La líder indígena y candidata, junto a Guilherme Boulos, líder del Movimiento de los Trabajadores  Sin Techo, por el PSOL a las elecciones presidenciales de Octubre, quiso rodearse de una docena de mujeres que, como ella, han aprendido la lucha, profundamente asimétrica, contra las poderosísimas fuerzas del extractivismo, que siempre las consideró como un estorbo inútil que quiso exterminar.

 

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Pero las aguas del río, sagradas para los indígenas, ejercieron su poder revitalizante, y la conversación fluyó en la intimidad del último crepúsculo. Sonia, o Soninha, como gustan llamarla sus compañeras de lucha, contó el reto enorme que representa ser la única candidata indígena en la carrera presidencial y la dificultad que entraña su misión de defender la lucha de los pueblos indígenas en la alta política brasileña, que siempre pretendió invisibilizarlos.

 

Sumergida en la calma del río, inspirada por una energía ancestral, Sônia habló de cómo la lucha colectiva favorece a la comunidad, de cómo no sólo hay que levantarse frente al retroceso de los derechos de los pueblos originarios del Brasil, sino que también hay que seguir luchando por un ecosistema estable, por conservar el equilibrio del río y de la selva. Como sabemos bien todos los indígenas, dijo, resistir es existir.

 

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Formando un círculo de cuerpos sumergidos, apurando la última luz del día, las mujeres hablaron del momento especial que están viviendo y de cómo, a pesar de las dificultades enormes en un país tremendamente machista, ellas son las que están siendo protagonistas de la historia, quienes están siendo capaces de llevar la iniciativa de la lucha, de la resistencia, y son capaces de contar una nueva historia.

 

Y en ese ejercicio de renovación de la energía, en contacto con el río, reafirmando la certeza del origen, todos los reunidos voltearon la cabeza ante la caída lenta de una estrella fugaz, cuya estela dorada permaneció en las retinas durante un instante cercano a la eternidad.

 

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Fue ese un momento cósmico, que precedió una breve pero solemne ceremonia de purificación llevada a cabo con aguas tibias, perfumadas con hierbas preparadas según un rito ancestral. Se hizo entonces un silencio reverencial, conscientes todos de la transcendencia del instante en que el agua era vertida con un cuenco ritual sobre las cabezas de los reunidos, una tras otra, acompañada por palabras de purificación, distintas para cada uno de los bendecidos.

 

Acabada la ceremonia, volvió al círculo la complicidad, la anécdota, la broma divertida, como si se quisiese romper el estremecimiento de haber sido testigos de un momento señalado, irrepetible. Y entonces la hidro-reunión se fue disolviendo de manera armónica, volviendo cada uno hacia la playa, hacia la normalidad de la vida prosaica, del road-show de la campaña electoral.

 

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Los indígenas saben qué es la opresión, qué es la violencia, y saben que solo la lucha colectiva puede hacer florecer una democracia plena en un Brasil hoy amenazado por una regresión brutal hacia el autoritarismo más devastador. Afortunadamente, muchas mujeres se han alzado contra la arbitrariedad de un modelo económico depredador, un modelo que oprime, que excluye, y que mata. Y están luchando.

 

Sônia Guajajara repite en campaña, en cuanto tiene ocasión, que han sido 518 años de opresión, sí, pero que ahora serán las mujeres, indígenas, negras, luchadoras, urbanas, quienes con su audacia y su coraje tendrán la capacidad de defender la democracia, hoy amenazada en Brasil. Ellas saben lo importante que es, para poder ganar, poder contar una nueva historia.

 

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Fotos de Pablo Albarenga / Midia NINJA. 

 

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