Febrero 5, 2025

Nuestro clan el 11 de septiembre de 1973

Nuestro destino, como el de la inmensa mayoría de los chilenos, fue marcado hasta hoy por el 11 de septiembre de 1973.

Mi familia, mi pequeño partido de entonces, mis compañeros más cercanos de entonces, los mapu más consecuentes.

 

 

Poco después, en términos históricos, fueron asesinados o desaparecidos medio centenar de militantes nuestros, entre ellos Eugenio Ruiz Tagle, por la Caravana de la Muerte, y Juan Maino Canales, en Colonia Dignidad.

 

El mismo día 11 aparecieron en el selecto listado para presentarse ante la recién autonombrada junta de gobierno, Carmen Gloria Aguayo (la número uno,militante del Mapu-Oc y Ministra de Allende), Óscar Guillermo Garretón y Jaime Gazmuri Mujica, secretarios generales del escindido pequeño partido.

 

Mi esposa y mis tres hijos, pequeños de 8, 6 y 5 años, vivían conmigo en Santiago. Mis padres, en La Cisterna. Mi hermano, Eugenio, periodista de 27 años, en Arica; dirigía TVN allí.

 

Yo había sido hasta hacía pocos días Director de Desarrollo Social en el Indap de la Reforma Agraria, cargo que ocupé desde septiembre de 1970, después de haber entrado a la institución en 1965.

 

El 11 era el Encargado de Agitación y Propaganda del Mapu-OC, responsable de sus revistas y de una pequeña radio -que se escuchaba bien en el centro del país- y que se llamaba Radio Sargento Candelaria.

 

Ese día 11 – nunca supimos el porqué- fuimos la radio gobiernista, democrática y allendista última en ser acallada y, entonces, sin proponernos récords, fuimos también la radio rebelde que más horas enfrentó el primer día del régimen fascista en Chile.

 

Llegué a la radio alrededor de las 7 de la mañana y la abandonamos, antes que llegaran los militares, después del mediodía.

Lo hice muy bien acompañado por un joven Jorge Andrés Richards, a quien llamé muy temprano. “Te paso a buscar en la citroneta en 15 minutos” me respondió. Estuvieron también en la radio esa mañana, y trabajando, Mario Landa, reportero y periodista que ya se fue, muy pronto, a reportear a otro mundo; la “Vieja” Espinoza -periodista joven, tranquilo y valiente como ninguno- y Marie Jean Oligier, joven periodista que años después se fue a morir en Costa Rica.

 

Muy de madrugada me había llamado por teléfono a mi casa Jaime Gazmuri, mi jefe político:“Se alzó la Marina, viejo. Ya hablé con el Presidente. Él se va a La Moneda. Yo, al partido. Tú a la radio, como lo habíamos conversado”.

 

Junto a los periodistas que hoy destaco en el recuerdo, estuvieron en la radio controles, locutores y animadores, que se fueron retirando poco a poco, con nuestro consentimiento.

 

Rechazamos, con dignidad y un par de chilenismo que no esperaban, las reiteradas “órdenes de la junta” para que cerráramos nuestra transmisión.

 

Transmitimos íntegro las palabras finales del Presidente mártir, colgándonos a Radio Magallanes porque la planta de la Portales fue bombardeada primero.

 

Poco antes de las 12 hs. se dirigió al país por nuestra radio Jaime Gazmuri Mujica, secretario general del Mapu OC.

 

Después del mensaje de Gazmuri – que desde ese momento pasó por varios años a la clandestinidad- unas palabras de Jorge Andrés, seguidas de “El Pueblo Unido” y unas del encargado de la radio, seguidas por “El Pueblo Unido”.

 

Salimos a la calle y era un día plomo. No era un día soleado del mes de fiestas patrias. La Moneda estaba en llamas y ya el Presidente había dejado su legado.

 

Caminamos con Jorge Andrés, Mario Landa y Marie Jean Oligier hacia el lugar predeterminado en caso de golpe: la casa de Rodrigo Ambrosio, nuestro fundador, en Bellavista a los pies del San Cristóbal: allí debían reunirse, y se reunieron, las comisiones de gobierno y propaganda.

Ambrosio había muerto el 19 de mayo de 1972.

 

A las 13,55 hs. del 11 de septiembre de 1973 llegó a la radio una patrulla militar que descerrajó la puerta de la Candelaria y destruyó su interior.

 

Mi esposa, mis hijos y yo vivimos desterrados y volvimos legalmente desde Cuba en noviembre de 1984, febrero de 1985, septiembre de 1985 y el año 1987.

 

En 1985 estuve preso y en 1986 mi hijo menor, estudiante universitario, también lo estuvo.

 

Costó pero volvimos. Mis hijos son profesionales destacados, están casados, tengo un yerno y dos nueras, dos nietas y tres nietos, y un bisnieto: se llama Gabriel Amaro.

 

Como Gabriel Amaro Condorcanqui, el Tupac Amaro del siglo XVIII, nacido cerca del Cuzco.

 

Y hoy conmemoraremos el 45 aniversario.

 

 

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