Noviembre 16, 2024

Ministro Santelices y los otros: Los impresentables de turno

Las últimas declaraciones del ministro Santelices de Salud lindan en la negación patológica de la realidad al querer confundir maliciosamente nube tóxica con “malos olores” en Quintero y Puchuncaví. A la que se agregan otras en el sentido de que “activistas políticos” y ONG son quienes estarían detrás de las movilizaciones en las comunidades afectadas por la catástrofe ambiental.

 

 

Estas son evidencias insoslayables no sólo del oscurantismo de las autoridades de este gobierno sino de la esencia misma de la derecha neoliberal en Chile. No se ocultan: contemporizan y ganan tiempo. Así imponen la agenda conservadora. Desde una perspectiva histórica este gobierno es una pérdida de tiempo para el desarrollo social del país.   

 

Una y otra vez mandan al trasto los valores de la justicia distributiva y la igualdad social. Hacen gárgaras como siempre con la libertad … Pero ¿qué vale la libertad en abstracto cuando en la práctica mandan los mercados y los poderosos que los controlan?

 

A las aparentes expresiones sin filtro y a las actitudes provocadoras reiteradas de menosprecio por la ciudadanía se agregan las anteriores (de los ex ministros y de Valente por ej.)  que revelan bien el fondo del pensamiento de la oligarquía gobernante que ha capturado el Estado, según las reglas del juego de la democracia formal.

 

Ahí están los proyectos de leyes y reformas regresivas de carácter neoliberal que muestran a una elite política incapaz de gobernar de otra manera que no sea defendiendo los intereses de la oligarquía empresarial y conservadora.

 

¿Pueden consensuarse acuerdos de buena fe en nombre del juego político institucional con un Gobierno de este carácter?

 

Los que quieren justificar sus privilegios de parlamentarios dirán que sí. Los que obtienen interés en el statu quo e ingresos y patrimonios suficientes para la vejez confortable, viajar, cambiar autos cuando les dé la gana, tener nana en la soledad de la tercera edad, pagarse una operación sin hacer listas de espera ni necesidad de endeudarse de por vida con la banca también. El 5% seguro pues éstos pueden eludir y evadir tributos en paraísos fiscales; el 10% muy probable. El 1% que será directamente favorecido con la Reforma Tributaria que controla las grandes empresas —además de las corporaciones extranjeras —, por supuesto. Estos, los del 1% esperan tranquilos que las platas invertidas en el ítem “funcionamiento de partidos y profesionales de la política” les rinda.

 

Quienes tienen interés por que Chile funcione y viva de acuerdo a normas de la decencia política no. No pueden aceptar las formas de gobernar ni los contenidos ni menos el tipo de ministros del gabinete de Piñera.  

 

Y sin embargo se sabe. Es un hecho que gobiernos decentes existen, y que son de países capitalistas incluso; con emprendimiento privado, capitalización e inversiones productivas y mano de obra calificada,  y todo eso que en el Chile de hoy es puro discurso … pero, como está dicho más arriba, con la diferencia que en estos países su elite es históricamente decente: ella aún considera que en un contexto de globalización de la economía capitalista mundial y de hegemonía del discurso neoliberal las grandes mayorías asalariadas y ciudadanas deben gozar de derechos sociales gratuitos, públicos y universales. Que no son bienes transables en los mercados. Es lo que se busca por todos los medios de ocultar en Chile.

 

Ahora bien, allí en esos países decentes, con mayorías despiertas y medios libres que hacen su trabajo priorizando la información pertinente, los Larraín, Santelices, Schmidt, Valente, Moreno no durarían un día como ministros de Gobierno. Serían una vergüenza nacional.

 

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