Por fin constatamos la emergencia de un bloque democrático parlamentario con la presencia de diputados del ala más progresista y de izquierdas presentes en el poder legislativo. En un contexto donde casos de aguda corrupción política-empresarial quedan prácticamente impunes, generando así un sentimiento de ira y repulsión hacia las instituciones en la ciudadanía, la iniciativa concreta de presentar la solicitud de remoción del fiscal nacional Jorge Abbott por negligencia manifiesta en el ejercicio de su deber ha sido una brisa de aire puro en el enrarecido clima político en el que sobreviven las elites políticas y económicas.
Diputados y diputadas del Frente Amplio, Partido Comunista, PPD, PS, PRO e independientes se aprestan, por su gesto ético-político a la altura de los desafíos de los tiempos presentes, a recibir una andanada de ataques de sus pares y de la prensa adicta a la oligarquía. Los columnistas y editorialistas de El Mercurio y del grupo Copesa deben estar alistando las teclas para denostar una medida necesaria para restituir la confianza en la ciudadanía. Estos dos conglomerados mediáticos defienden sin tapujos el conservatismo y la impunidad de los poderosos.
Beatriz Sánchez encabezó la iniciativa en una especie de liderazgo colectivo de los sectores democráticos auténticos en el parlamento. Tomás Hirsch recordó la responsabilidad que le cabe a la Corte Suprema. Ésta debe estar a la altura de los desafíos democráticos y votar por destituir a quien es un obstáculo para la aplicación de la justicia en Chile: el Fiscal Jorge Abbott.
Es una lección de la historia reciente. La iniciativa parlamentaria, para tener fuerza, debería acompañarse de un movimiento social por la justicia y la democracia y contra la impunidad y la corrupción. Un movimiento activo con capacidad de movilización que exprese ese sentimiento de indignación y lo potencie y canalice hacia un nuevo ciclo de luchas democráticas.
Cabe destacar la presencia en este bloque democrático de Carmen Hertz y de Hugo Gutiérrez, ambos militantes del Partido Comunista, cuyas luchas presentes y pasadas los caracterizan como consecuentes luchadores por los derechos humanos.
Es una verdadera lástima que el elenco parlamentario de RD liderado por Jackson y Crispi se haya restado a firmar el documento y que un diputado inteligente como Renato Garín tampoco lo haya hecho. Tal actitud demuestra una incapacidad para entender el rol de una oposición fiscalizadora de las prácticas republicanas y al mismo tiempo constructora de confianzas ciudadanas en tiempos de falencias de la instituciones democráticas y de impunidad de los crímenes de cuello y corbata.
Escrito por Leopoldo Lavín Mujica