Con disparos al aire por parte de los miembros varones del comando Jungla de carabineros. Con la niebla acunando la cumbre del Ñelol en la noche de luna y frontera.
Bueno peñi presidente Piñera gracias por firmar este acuerdo de palabra y obra.
Reconocernos a los mapuches y a nuestros otros hermanos antiguos en el Wall mapu que habitamos hace 9.998 años.Peñi al fin la constitución de la llamada república de Chile nos incluye como legítimos habitantes de estos pagos. Gracias por pedir perdón por la operación Huracán. Aquí no hay ni huracanes y poco queda de jungla mapuche peñi.
De paso estamos contentos de que los 28 mil millones robados por los amigos verdes sean los mismos invertidos para el plan Araucanía.
El lonko había empezado a entrar en el trance y al jefe de los huincas ese medio metro de acercamiento a su persona le hizo saltar el tic del ojo derecho y el poncho que le acaban de regalar le empieza a pesar y a picar. Algunos pelos blancos se le erizaron. A una de las dueñas de la forestal Saavedra le dio hipo.
Quedara en la historia,en la memoria de los abuelos peñi Piñi.En la memoria de mis bisabuelos peñi.
A veces el lonko de los pájaros guardaba segundos de silencio y se metía el chucao y algunas toses en el diverso grupo de seres y se escucho fuerte el marrichiweu de la Machi.
Al fin Villa Cariño había saldado una vieja deuda.
Tengo que decirle querido lonko que en nombre de los 17 millones de chilenos ustedes incluidos le agradezco profundamente por habernos dejado pasar piola la operación Huracán y este comando Jungla que me acompaña se los dejo para ayudarles a combatir el terrorismo.
Huenchumilla aprovechando el efímero vacío y agradeció en mapudungung.Desactivaron la niebla.Los olores animales que venían de las fogatas y las carcajadas emitidas por los comensales de todo el arco político y de poetas como Elicura Chihuaylaf,Roxana Miranda,Leonel Lienlaf y Lorenzo Aillpán,se escuchaban ya en modo guillatún.
Al final de la noticia se ve al peñi presidente subiendo a un avión de la fuerza aérea.Se le ve saludando desde la escalera del pájaro de hierro, con su poncho mapuche y sosteniendo en sus manos la nueva constitución chilena multicultural.
El pezón del cerro Ñelol estaba alegre como no se le veía desde hace miles de años.
El cambio climático y drogas de distinto tipo los tenía felices del paso inmenso dado por la patria del Ñandú.
Por Jordi lloret
Poeta