Respondiendo a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles contra las importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares, Pekín ha adoptado un arancel del 25 por ciento sobre 659 productos estadounidenses también valorados en 50.000 millones de dólares.
Las medidas contra los productos agrícolas, pesqueros y automovilísticos procedentes de EE.UU. valorados en unos 34.000 millones de dólares entran en vigor el 6 de julio, mientras que el resto de las tarifas será introducidas en una fecha posterior, informó Xinhua citando a la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado chino.
Aranceles de EE.UU.
Las restricciones estadounidenses contra los productos tecnológicos chinos entrarán en vigor poco después de que este viernes se anunciara el listado final de bienes importados a EE.UU. desde China a los que se aplicarán esos aranceles.
La Casa Blanca anunció su intención de adoptar la medida restrictiva a finales de mayo y aseguró en aquel entonces que EE.UU. iba a seguir protegiendo "las tecnologías y la propiedad intelectual nacional", así como buscando detener "las transferencias no económicas a China de tecnologías industrialmente significativas y propiedades intelectuales".
Cruce de amenazas
Poco después de la publicación del comunicado de la Casa Blanca sobre la aprobación por parte de Trump de la imposición de los aranceles, desde el Ministerio de Comercio de China, advirtieron que Pekín impondría tarifas arancelarias contra bienes procedentes de EE.UU. similares a las impuestas este viernes por Washington.
Un vocero del Ministerio de Comercio chino advirtió en un comunicado que, aunque su país "no quiere una guerra comercial", frente a las "acciones miopes" de EE.UU. que "lastiman tanto a ellos como a los demás", Pekín tiene que "responder fuertemente para proteger" sus intereses nacionales.
China lamenta que EE.UU. "haya ignorado un consenso alcanzado entre las dos partes" y haya "retomado la guerra comercial", se lee en el comunicado.
Trump, por su parte, respondió que Washington introduciría "aranceles adicionales si China toma medidas de respuesta".