Mayo 10, 2025

Chile entre rejas

fotoktyms

fotoktymsHemos estado prisioneros por 38 años. Esta situación que abarca todos los aspectos de la vida nacional, se ha caracterizado  porque el Estado  en absoluto desmedro de la población, ha financiado la eficacia y eficiencia  de los grupos económicos criollos y de las empresas trasnacionales, los que han obtenido sus beneficios mediante un control oligopólico del poder y sobre todo este Estado ha apoyado a las oligarquías financieras.

 

 

El Oligopolio ha sido producto de un Estado ausente de velar por los derechos de la población, con grandes empresas actuando en constante colusión para influir sobre el control de los mercados. De esta forma, el Estado ha sido capturado y a los ciudadanos se les ha raptado sus derechos humanos por décadas, de la libertad e igualdad de trato con instrumentos legales con el objetivo de conseguir  u obtener  beneficios políticos, económicos  o mediáticos.

Toda una red política, financiera  y económica  basada en los principios  de Maquiavelo,  que ha subsistido a costa de la fragmentación  de la sociedad civil, de un Estado capturado y del apoyo del gran capital internacional. Los bienes de consumo y la canasta básica  de subsistencia familiar, han sido  controlados por  los sistemas y redes  oligopólicos en todas las facetas cotidianas, abarcando desde un medicamento, alimentos, transporte, colegios hasta incluso los bienes inmobiliarios. A esta situación, debemos sumarle  la captura de la  participación ciudadana  por el sistema binominal de elecciones, la nula legislación de participación ciudadana y sobretodo como una constante a través del tiempo: el invocar la ley de terrorismo para criminalizar y  deshacerse de los espacios conquistados  por la sociedad civil. Esta acción ha llevado a nuestro país a una fractura en  todos los ámbitos de la vida de una familia: salud, educación, vivienda, cultura, etc., con el consiguiente empobrecimiento y marginalidad de los jóvenes. Pero, no debemos olvidar que la historia  de los pueblos establece  que la captura de los derechos es un hecho anormal en una sociedad y que por lo tanto esta buscará por todos los medios obtener su liberación. Es decir la libertad de ser, de poder ejercer sus derechos, romperá las ataduras de la esclavitud, tarde o temprano.

La gobernabilidad política y económica de este sistema es ilusoria y basada en burbujas de especulación. La razón es básica: el sistema ha desconocido  en el fondo las necesidades de la población y que la soberanía reside en la ciudadanía. El Estado capturado por individuos  y empresas que han formado  su nicho legal, creando leyes y reglamentos en beneficio propio donde el gran ausente es el bien común. Claro ejemplo de este sistema y su deficiencia lo representan las autoridades que han asumido cargos en este gobierno. Como dice el refrán popular “por donde pecas pagas” ,ha quedado  demostrado en el mal manejo empresarial dictatorial de los nuevos  servidores públicos, que  ha llevado al país a una gran crisis. Las palabras expresadas en la prensa, los hechos como bestias acorraladas, están llevando a que corra sangre por las calles de Chile. Esta acción recuerda la publicación en el diario New York Times en la década del 60 cuando las empresas  amenazaron con sangre en las calles del país si se les expropiaba el cobre. Una vez más,  la historia demuestra que estas técnicas de poder, por el contrario, van transformando a la sociedad  en un espiral de violencia  con  conductas  de odiosidad y rencor en el tejido social. La esclavitud política -económica gestada por el poder  va  desequilibrando  al conjunto de la sociedad  abarcando el campo cotidiano, financiero, social, y llegando a tocar las puertas de todos los ciudadanos.

La esclavitud económica  nos tiene sumidos en un modelo  neoliberal de mercado basado en el individualismo, en la ruptura de la base social, en la desconfianza de unos a otros .Pero sin embargo, la historia nos enseña que la  solidaridad social es la gran llave que abre los cambios. Esto implica hacerse cargo del bien común, ser veladores de él, frente a un Estado ausente, el  que ustedes y nosotros  nos hagamos parte del sufrimiento del otro, en acciones concretas. Hoy día, los estudiantes nos están mostrando caminos para liberarnos y convocándonos a sumarnos al cambio por una educación de calidad. Hay muchas formas de protestar y de desobediencia civil,  para que el temor y el amedrentamiento de los medios, no consolide la no acción. El sistema sobrevive por la compra y venta de bienes de consumo. Damos como ejemplo una decisión solidaria de insurrección silenciosa como puede ser,  el  que usted y su familia no consuma bebidas gaseosas de fantasía y las reemplacen por agua de la llave, o que decidan no comprar un diario o no ver un canal de TV. El sistema es más frágil de lo que usted supone, ya que no sobrevive sin su consumo.  No existe la  capacidad de control frente a una multitud solidaria y comprometida. Esta herramienta de protesta debilita al sistema. Usted puede cooperar con pocas acciones pero que al final del mes su aporte y el de todos, es vital. Cuando el operador del sistema percibe la baja del consumo, esto incide en su financiamiento en la banca, en sus utilidades, en su bolsillo y ahora es el  inversionista el que presiona al mundo político por los cambios. Cae el sistema, porque dejó de ser rentable.

Este modelo neoliberal nos encauzó hacia los bienes de consumo, bienes gestados en un sistema  que ha explotado al ser humano y al medio ambiente. Se trastocaron los valores humanos de tener en vez de ser, retroalimentándose  así mismo, mientras nuestra  conciencia ciudadana no rompa la  cadena .Dejamos a otros hacerse cargo de velar por el bien común, pero nos olvidamos de lo esencial  es que ustedes y nosotros debemos conquistar nuestra libertad económica, educacional, financiera. Nosotros   produciremos el cambio en cada acción solidaria en nuestra vidas y en este momento solo necesitamos abrir los brazos y decirle a un joven “yo lo apoyo, con mi acción diaria unámonos para cambiar a este país”.

* Katia Cotoras es arquitecta y miembro de Amigos de La Reina Ambiental, Moisés Scherman es economista, miembro de la Red Ciudadana por Ñuñoa y del Movimiento Amplio de Izquierda MAÍZ

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *