Noviembre 10, 2024

Banco Central proyecta crecimiento entre 3,25 y 4% para 2019

Un crecimiento entre el 3,25 y 4% para este año proyecta el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, publicado hoy por el Banco Central de Chile.

 

El Informe fue presentado por el Presidente del Banco, Mario Marcel, en una sesión de la Comisión de Hacienda del Senado, a la que asistió acompañado de los demás integrantes del Consejo –el Vicepresidente Joaquín Vial y los Consejeros Pablo García, Rosanna Costa y Alberto Naudon- además del Gerente de División Estudios, Elías Albagli.

 

Para los años 2019 y 2020 se mantuvo la proyección de crecimiento en un rango de entre 3,25 y 4,25% para 2019 y entre 3 y 4% para 2020 y además, se señaló que la recuperación de la economía se ha ido afianzando.

 

Al mismo tiempo, el IPOM anticipó que la trayectoria para la inflación subyacente o IPCSAE (sin precios de alimentos y energía), no es muy distinta de la proyectada en marzo y su vuelta a 3% se dará gradualmente en los próximos dos años. En cambio, la inflación total, se elevará en el corto plazo como producto del mayor precio del petróleo, reduciéndose los riesgos a la baja que se habían advertido en informes previos.

 

En cada IPoM de junio, el rango de proyección de crecimiento para el año en curso se reduce en un cuarto de punto respecto del de marzo, que para este año consideraba una estimación de entre 3 y 4%. En esta ocasión, se subió el piso de la proyección a 3,25% y se mantuvo el techo en 4%.

 

El Presidente del Consejo, sostuvo en su intervención que “seguimos estimando que la recuperación de la economía se apoya en un escenario externo favorable, una política monetaria claramente expansiva, el fin del ajuste en la inversión minera y habitacional y la ausencia de desbalances macroeconómicos importantes”.

 

Respecto de la inflación, el escenario base del Informe sigue esperando que en su medida subyacente,  tenga una lenta convergencia a la meta de 3%, mientras que para la inflación total, se anticipa que llegará a ese valor antes que lo proyectado hace tres meses. Esto último se explica principalmente por el aumento del precio de los combustibles medidos en pesos.

 

El IPoM señala, que el Consejo considera que el estímulo monetario se mantendrá en torno a sus niveles actuales y comenzará a reducirse en la medida que las condiciones macroeconómicas sigan impulsando la convergencia de la inflación hacia 3%.

 

Para el mediano plazo, el Consejo sigue estimando que la Tasa de Política Monetaria (TPM) se ubicará en torno a su nivel neutral hacia el 2020, el que considera que se ubica entre 4 y 4,5%.

 

Por otra parte, el Informe señala que la actividad creció algo sobre lo esperado durante el primer trimestre del año y que aún persisten holguras de capacidad, cuyo cierre se consolidará a una velocidad no muy distinta de la prevista en marzo pasado.

 

Agrega, que esta mayor actividad estuvo basada en factores específicos en sectores que tienen poca relevancia en la evaluación de holguras de capacidad como son pesca, electricidad, gas y agua. También, constata una evolución más favorable en la inversión en maquinaria y equipos, en la contratación de servicios ligados a la inversión, el comercio mayorista y algunos ítems del consumo durable.

 

El IPOM, proyecta una moderación en lo que resta del año en la expansión de la demanda interna final en la cual se considera, por el lado del consumo, que la menor expansión de la masa salarial limita el crecimiento del gasto de los hogares y, por el lado de la inversión, que en el corto plazo no habrá cambios en los proyectos de inversión de gran envergadura.

 

El Informe considera que en el 2018, la economía recibirá un impulso fiscal coherente con el presupuesto vigente, incluyendo los ajustes anunciados por el Gobierno. “De ahí en adelante, supone que el gasto seguirá la senda de gradual consolidación fiscal definida en el decreto de política fiscal recién emitido por la autoridad”, señala Marcel.

 

En el escenario externo, se estima que el impulso externo que recibirá la economía chilena será algo menor al considerado en marzo, tanto por condiciones financieras que se ajustarán más rápido como por términos de intercambio menores porque, en relación al crecimiento mundial, señala que las proyecciones no han cambiado y que la economía mundial crecerá en los años 2018 a 2020 por sobre lo observado en los tres años previos.

 

En ese sentido, se establece que los datos de actividad e inflación de los últimos meses han consolidado las diferencias entre la posición cíclica de Estados Unidos y el resto de las economías desarrolladas, lo que ha ampliado las diferencias sobre la evolución esperada de la política monetaria en los distintos bloques económicos, provocando movimientos en las tasas de interés y apreciando el dólar a nivel global.

 

En Europa, mientras tanto, se han registrado datos de corto plazo bajo lo esperado en Europa y las tensiones políticas en algunos países relevantes de esa región, lo que ha incrementado la volatilidad en los mercados, aumentando la depreciación de las monedas se respecto del dólar y el descenso de los flujos de capital.

 

En el IPoM se estima que el precio del petróleo se reducirá lentamente respecto de sus niveles actuales y el Brent y WTI promediarán US$70 en 2018, US$68 el 2019 y US$64 el 2020. Esto contrasta con precios de US$63, 59 y 56 que se estimaron en marzo del año pasado.

 

En cuanto al precio del cobre, las proyecciones de precio promedio para el 2018, 2019 y 2020 prácticamente no se modifican: US$3,10; 2,95 y 2,85 la libra, respectivamente.

 

En su Informe, el Consejo del Banco Central señala que, desde el punto de vista de su incidencia en la actividad, el balance de riesgos externos se encuentra sesgado a la baja.

 

Los riesgos que considera el Consejo son un deterioro abrupto de las condiciones financieras externas, provocada, por ejemplo, por un alza abrupta de la tasa de fondos federales en Estados Unidos; el posible efecto de las medidas en materia de política comercial impulsadas por Estados Unidos y las potenciales respuestas de sus socios comerciales; desequilibrios en los mercados de China y la evolución del precio del petróleo.

 

En lo interno, sin embargo, los riesgos presentan un alza, en el cual a pesar de que persista un mayor dinamismo de la actividad y la inversión muestra cifras mejores a las proyectadas será matizado por la posibilidad de que el mercado laboral, y en particular el empleo asalariado privado, demore más que lo previsto en responder al mayor crecimiento de la economía. A pesar de lo anterior, para la inflación, los riesgos están balanceados.

 

El Presidente recalcó en su presentación al Senado, la relevancia de los riesgos externos que enfrenta el mundo emergente, resaltando que la transmisión de los shocks financieros globales hacia economías emergentes es más intensa cuando estas mantienen regímenes de tipo de cambio fijo.

 

“Chile tiene un compromiso con la libre flotación cambiaria que es más comparable a lo que ocurre en economías desarrolladas que con otras economías emergentes, observándose bastante estabilidad en las tasas de largo plazo junto con la ya comentada depreciación de la moneda”, añadió Marcel.

 

En su intervención, el Presidente del Banco Central también sostuvo que este es un momento especialmente importante para fortalecer flancos potencialmente vulnerables para los países.

 

“Es importante recomponer holguras que han permitido sostener el marco de política macroeconómica de Chile. Especialmente importante a este respecto es moderar y eventualmente revertir el curso del endeudamiento público, adoptar un marco para capitalizar a la banca y asegurar una evolución sostenible del endeudamiento de los hogares”.

 

En este sentido, Marcel consideró valiosos los anuncios sobre una trayectoria prudente para la política fiscal, el avance de la tramitación del proyecto de Ley General de Bancos y el fortalecimiento de la institucionalidad fiscal, elevando el estatus y autonomía del Consejo Fiscal Asesor.

 

 

El Informe de Política Monetaria tiene tres propósitos fundamentales. El primero, informar y explicar al Senado, al Gobierno y al público general la visión del Consejo del Banco Central sobre la evolución reciente y esperada de la inflación y sus consecuencias para la conducción de la política monetaria.

 

En segundo lugar, exponer públicamente el marco de análisis de mediano plazo utilizado por el Consejo en la formulación de la política monetaria y finalmente, pero no menos importante, proveer información útil para la formulación de las expectativas de los agentes económicos sobre la trayectoria futura de la inflación y del producto.

 

 

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