El senador Alejandro Navarro recordó que en 2010 se reunió con el entonces arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Errázuriz, a quien presentó el proyecto, pero que hoy a la luz de los hechos “está claro por qué nunca la dio importancia, porque él es parte del grupo de encubridores y/o cómplices de sacerdotes pedófilos, tal como lo han señalado las víctimas”.
En ese contexto, Navarro hizo un llamado “al presidente Sebastián Piñera y al Ministro de Justicia, a patrocinar esta moción, presentada en mayo de 2010, con el objetivo de que los religiosos que presencian delitos, cumplan con el deber de informarlos a las autoridades respectivas. Tal y como están obligados, por ley, a denunciar los fiscales, carabineros, los directores de colegios, los jefes de hospitales, los jefes de puertos, aeropuertos, estaciones de trenes o buses, etc.). Y sí no lo hacen, al igual que otras autoridades, pueden ser sancionados por la justicia”.
Recordó que en 2010 se reunió con el entonces arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Errázuriz “a quien le presenté el proyecto y le planteé la necesidad de que esto fuera tratado de manera penal por los fiscales y él expresó en esa época la plena disponibilidad de hacerlo, pero dijo que cada caso debía ser evaluado con detención antes de poder ser enviados a los tribunales de justicia, ya que podían tratarse de denuncias falsas. Le manifesté que eso lo debía determinar la fiscalía ya que tratándose de delitos de abusos sexual no se puede cambiar el estatus jurídico de este. Aunque monseñor Errazuriz dijo que iba a evaluar el proyecto, pero está claro que -a la luz de los hechos que hoy se conocen- él fue parte de los encubridores y /o cómplices de los abusos sexuales, tal como lo han señalado las víctimas del cura Fernando Karadima”.
El legislador señaló que “gracias a testimonios de valientes denunciantes, hemos podido conocer las atrocidades cometidas por algunos sacerdotes y obispos que fueron testigos de abusos sexuales cometidos al interior de la iglesia. Eso convierte a dichos miembros de la iglesia en cómplices activos y pasivos de dichos delitos; motivo por el cual, se hace urgente y necesario que los ministros de cualquier culto, sean pastores, sacerdotes, o cualquier denominación, tengan la obligación de denunciarlos ante la Justicia, pues no basta con someterlos a un proceso canónico y que los delitos queden al interior de la iglesia”.
Agregó que “los Tribunales son los que deben tomar los casos de delitos al interior de las iglesia Católica (o de cualquier credo) y los cómplices, al igual que los abusadores, deben pagar con penas de cárcel”.
Navarro indicó que “el caso del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima es un ejemplo clave de la ineficiencia que hay de parte de las autoridades eclesiásticas para poner estos actos en mano de la justicia. Aquí hubo encubridores, uno de ellos Juan Barros, que a pesar de que habían antecedentes delictuales en su contra, en vez de investigarlos y ponerlos en mano de la justicia, el Papa lo designó como Obispo de Osorno, provocando el rechazo público de la comunidad”.
“A pesar de ello, el Papa, se puso del lado del acusado, en vez de apoyar a las víctimas y a la congregación, y les mandó a decir: "Osorno sufre por tonta (…) No se dejen llevar por acusaciones infundadas de los zurdos".
El parlamentario, fue enfático en señalar que “luego, las renuncias que presentaron ante el Papa, en Roma, todos los obispos de Chile, en un hecho inédito, fue una clara señal de que los delitos existían y de que la Iglesia Católica los silenció. Y hoy, con la confirmación de salida de tres obispos: Juan Barros, Cristián Caro y Gonzalo Duarte, se debe dar un paso más, ya que esto no puede quedar solo en las renuncias y el arrepentimiento. Los curas encubridores y/o pedófilos deben responder ante la justicia”.
Además, Navarro comentó que “Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de abuso sexual por parte de Karadima, que con tremenda valentía se atrevió a denunciar y a destapar los delitos provocados al interior de la Iglesia Católica, y que ha luchado por años en que se haga justicia, expresó en su cuenta de twiter: “Se van tres obispos corruptos y seguirán más”, agregando que “La banda de obispos delincuentes se empieza a desintegrar hoy!”
Del mismo modo, José Andrés Murillo, otra de las víctimas del ex párroco, en sus redes sociales dijo sobre las renuncias aceptadas por el Papa que “es bueno hablar de manera directa y sin eufemismos. Al menos 2 de ellos sabemos que han estado implicados en abuso directamente o en encubrimiento. Suponemos que el obispo Caro también”
El senador, manifestó que las pruebas existen, los denunciantes han declarado en múltiples ocasiones y solo gracias a ellos, hoy se hace justicia social en la renuncia y la salida; ahora debe haber justicia y condena por parte de los Tribunales”.