Para un neoliberal como el ex ministro Rodrigo Valdés de Hacienda de Bachelet ninguna coalición política que “quiere gobernar” puede salirse del marco impuesto por los Chicago boys: así debe leerse aquello de una “estrategia de crecimiento creíble” en boca del economista. Son cosas que bien sabemos se dicen y hacen en nombre de una fe religiosa en el modelo.
Es la que todos los economistas vulgares profesan bajo un aparente “realismo”. El neoliberalismo es entonces un sucedáneo de la ley del mínimo esfuerzo mental. En el fondo es una incapacidad para comprender y actuar en el marco de la complejidad de los procesos sociales y de los grandes desafíos como la ecología y la igualdad de género y en términos de variables que no se reducen a las supuestas leyes del mercado.
Los ministros de la Concertacion y de la Nueva Mayoría han adoptado aquella consigna económica sin chistar. Lo hicieron como hoy los de Piñera en nombre de un “crecimiento” que concentra sus frutos en pocas manos y que funciona eternizando la desigualdad, con bajos salarios y endeudamiento. Durante mas de cuarenta años ha prevalecido la misma política económica que ha consolidado el poder político de la oligarquía financiera y empresarial y su esquema de soluciones programadas. Todas las élites políticas se han sometido a la ortodoxia neoliberal en nombre de la “modernidad capitalista”. Esta, como sabemos, devasta territorios sociales así como su entorno natural y oceánico. La novedad es creer que la salvación vendrá de las nuevas empresas de la esfera digital. Les permite mantener la utopía neoliberal tal como Valente, Larraín y Moreno que son sus voceros lo publicitan.
Y sin embargo los sectores de vanguardia de la sociedad siempre han respondido que no están con este esquema que se impuso en Chile después del Golpe militar de Pinochet y en otros países después de derrotas populares y de traición de las coaliciones socialdemócratas. Hoy, las élites políticas atraviesan un periodo de confusión. Esta se manifiesta en todos los paises capitalistas donde se adoptan ofensivas neoliberales ya sea liberalizando y privatizando en nombre de una “eficiencia” que aumenta la precariedad disfrazada por un consumo irracional. Solo se aceptan algunas variantes a la doctrina dominante: más o menos proteccionismo, más o menos inversión estatal para crear empleos mal pagados.
En Chile las elites de los partidos politicos tradicionales no han sido capaces de hacer conjugar desarrollo económico con educación, salud y pensiones públicas. El Partido Comunista no tiene programa económico. Para el PC lo que cuenta históricamente es la alianza con la DC pues sigue creyendo en una “burguesía nacional” progresista. Allá ellos.
Lo hemos visto: la elite tradicional no se atreve a efectuar cambios politicos-legales y culturales que erradiquen la corrupción, ni tampoco tienen la voluntad para apoyarse en movimientos como el estudiantil, el NO+AFP, los movimientos ambientalistas y ahora el feminista como para generar un cambio de estructuras. Toda lucha cultural, social y politica de los movimientos sociales se enfrenta necesariamente a los intereses y estrategias conservadoras de las fuerzas políticas del sistema.
Y por el momento, si bien el Frente Amplio intenta utilizar su fuerza parlamentaria para obstruir la restauración conservadora del gobierno de la derecha, la nueva fuerza política no ha estado a la altura para instalar en las mentes y los corazones un proyecto coherente de cambio social, económico y politico. Y explicar que siempre es posible construir nuevas instituciones que reemplacen a las viejas. Boric y Castillo se han integrado a la Comisión de Piñera sobre la Infancia sin aclarar qué proponen. Natalia Castillo habla acerca de la relación publico-privado demostrando caer en la trampa de la retórica neoliberal. Otros frenteamplistas defienden un liberalismo que en Chile también se ha sometido al neoliberalismo; políticos jóvenes e inteligentes buscan “tesis” mágicas en lugar de proponer un programa de cambios en 6 puntos basados en las demandas populares urgentes que permitan crear un bloque de oposición al Piñerismo. Vidal de RD piensa en las próximas elecciones sin plantear la construcción del FA como fuerza territorial. Los frenteamplistas se enredan sin más con el tema de los “liderazgos”. En el FA lo que falta es un buen Congreso de orientación dónde se discutan tesis desarrolladas por sus miembros y mecanismos de control de sus parlamentarios por la base militante. Estos parlamentarios y parlamentarias, que en términos de ingresos se ubican entre los privilegiados deben mostrar más capacidad de escucha. Lo que acaba de suceder en Podemos, donde la pareja Iglesias-Montero, contra toda sensatez política para quienes deben demostrar desapego ético hacia la vida de ricos se han comprado una villa de privilegiados, debe ser una advertencia para los y las parlamentarias del FA.
Escrito por Leopoldo Lavin Mujica