Señor presidente:
Esta misiva pública tiene por objetivo formularle, en primera instancia, una serie de preguntas y, posteriormente expresarle algunos comentarios:
¿Nos podría responder a los ciudadanos de este país, quién le otorgó el derecho a calificar las elecciones que se llevarán a efecto el próximo domingo 20 de mayo en Venezuela, si son legítimas o ilegítimas y en este mismo sentido, si su gobierno las va a reconocer o no?; ¿nos consultó al 75% de los ciudadanos que no votamos por usted, si queremos o no reconocer esas elecciones?
¿Quién le otorgó el derecho a erigirse como gendarme de Suramérica y entregar certificados del índice de la democracia a los gobiernos de la región según su criterio y propio entender?
¿Quién le otorgó la calidad de juez de derechos humanos para enjuiciar en qué país se respetan y en cuáles no?
¿En qué se basa usted para expresar (o más bien repite como papagayo) que la Asamblea Constituyente que se lleva a cabo en Venezuela es ilegal e ilegítima?
¿Por qué le solicita a todos los chilenos trabajar en unidad para lograr un mayor crecimiento y alcanzar las metas de un país desarrollado, y al mismo tiempo recibe en La Moneda a lo peor de la oposición venezolana que, además, son prófugos de la justicia (solidaridad de hermanos) y desnacionalizados, pidiendo intervención extranjera para derrocar al gobierno legítimo de ese país?; ¿por qué no les aconseja que trabajen por la unidad de su país?
le recuerdo que en Venezuela ha habido más de 19 procesos eleccionarios de variada índole y en el único que el gobierno tuvo un resultado adverso, el ex presidente Hugo Chávez lo reconoció hidalgamente.
Para no cansarlo, voy a quedar hasta aquí con la parte correspondiente a preguntas. Ahora, comentarios a cada una de ellas:
Primero:le recuerdo que en Venezuela ha habido más de 19 procesos eleccionarios de variada índole y en el único que el gobierno tuvo un resultado adverso, el ex presidente Hugo Chávez lo reconoció hidalgamente. Todos los representantes de diversos gobiernos y organizaciones internacionales (incluido el ex presidente Carter de Estados Unidos), que han supervisado dichas elecciones, han expresado que los procesos han sido ejemplares. Que parte de la oposición más reaccionaria (no me atrevo a calificarlos de fascistas, ya que los fascistas son nacionalistas y éstos son vende patrias), no quiera participar en las próximas elecciones no las hace menos legítimas, pues este sector de derecha extrema está seguro que va a perder y por eso ha levantado una campaña denunciando un fraude antes de que éste pudiera producirse. Bueno, si la auspicia el patrón del imperio, su sumisión tiene que ser incondicional. En este mismo orden de cosas, a usted don Sebastián, no lo hemos escuchado denunciar el doble fraude de las “elecciones” en Honduras: le recuerdo que el señor Juan Orlando Hernández no podía postularse a la reelección, porque la Constitución Política de Honduras lo prohibía expresamente. Además, el fraude fue de tal magnitud que, incluso los representantes que envió el rastrero secretario general de la OEA, informaron que no avalarían dicho proceso por fraudulento. Las masivas protestas en todo el país, especialmente en su capital Tegucigalpa, fueron reprimidas con una violencia brutal con, por lo menos, un muerto y varios heridos. En las redes sociales los hondureños manifiestan estar desesperados por la corrupción de Hernández y su gobierno y que se les quiere imponer una dictadura. Le recuerdo que ya hubo un golpe de Estado contra el gobierno democrático del presidente Zelaya.
Segundo:quiero recordarle que Hispanoamérica ya cuenta con un gendarme que nos tiene totalmente sojuzgados, gracias a los gobiernos serviles (especialmente los apiñados en el Grupo de Lima) que han sido obsecuentes a los dictados de todos sus gobiernos (no sólo del de Trumpl) y que maneja los hilos de sus lacayos como un experto titiritero. Por desgracia, nuestro país integra, desde 1973 a la fecha, este selecto grupo de gobiernos sumisos. Usted, ha dicho, a quien quiera escucharlo, que Venezuela no es un país democrático, porque la Asamblea Nacional (Congreso) no tiene facultades legislativas (declarado en desacato porque integró a tres candidatos que perdieron la elección); que la justicia no opera con independencia; que el ejecutivo no respeta los derechos humanos; etcétera. Chile sí puede ostentar el título de una democracia que es ejemplo para el mundo entero: Un Estado ilegal e ilegítimo con una Constitución Política emanada de una dictadura cívico-militar asesina y corrupta; con un Congreso (que para el objetivo de esta nota lo daremos como constituido), que no pincha ni corta, pues no tiene iniciativa de ley (sus potenciales mociones tienen que ser patrocinadas por el ejecutivo) y, además, los proyectos de ley que ahí se aprueban y que van en beneficio de la mayoría, los rechaza un Tribunal Constitucional (absolutamente espurio) cuyos miembros han sido elegidos a dedo, y cuyo presidente es un férreo apologista del Golpe de Estado, con las consecuencias de torturas, asesinatos y desapariciones de personas que éste trajo aparejado; con una justicia tuerta, que por indicación expresa del fiscal nacional, -que se enfrenta a una solicitud de destitución-, se debe actuar con prudencia y ser diligente cuando se trata de fiscalizar y condenar a los representantes de la élite, que cometen graves delitos de cohecho, sobornos, fraude al fisco, etcétera, para que los fiscales de dichas causas no los formalicen y los dejen en total impunidad; con un ejecutivo (su gobierno), que no sólo está gobernando por decretos y protocolos, sino que cuando son rechazados por Contraloría por inconstitucionales, hace ver su molestia y cuestiona al contralor. En síntesis, una democracia ejemplar.
Tercero: usted dice que en Venezuela no se respetan los derechos humanos, porque la represión ha sido desproporcionada ante las “protestas pacíficas” de los sectores democráticos del país, que sólo piden la salida del presidente Maduro. Le recuerdo que Chile ha sido condenado a través de varias resoluciones de la Comisión de Derechos Humanos de Las Naciones Unidas por la represión desmedida, realizada por la policía militarizada de Fuerzas Especiales de Carabineros contra el pueblo mapuche con el saldo de varios jóvenes de la etnia, muertos; y esto en “democracia”. Además todas las marchas debidamente autorizadas, especialmente la de los estudiantes, son reprimidas con fuerza, pretextando actos vandálicos realizados por encapuchados que, la mayoría de las veces, han sido denunciados por los propios estudiantes, como infiltrados de los carabineros. ¿Por qué sólo detienen a los estudiantes con cara descubierta? Es de esperar que las protestas no se vuelvan cada día más radicales o violentas (cosa que no me extrañaría si su gobierno sigue por la pésima senda de la que ha mostrado hasta ahora), pues si se imitaran las “pacíficas guarimbas” (con quema de jóvenes por tener cara de chavistas, quema de edificios institucionales, quema de hospitales infantiles, etc.), que realiza la democrática oposición venezolana y que usted, presidente Piñera, ha avalado, no quiero ni pensar qué grado de agresividad va a alcanzar la represión por parte de su gobierno, dirigidas especialmente desde el Ministerio del Interior que dirige su primo y “cómplice pasivo” de la dictadura. Siguiendo con el tema de derechos humanos, durante la reunión del Grupo de Lima (nido de gobiernos corruptos, asesinos, golpistas), el secretario de Relaciones Exteriores de México, como gobierno anfitrión, leyó la declaración oficial del acuerdo al que llegaron los flamantes cancilleres asistentes a tan magna cita, en la que se resuelve no reconocer las elecciones que se llevarán a cabo el 20 de mayo en Venezuela y exigen al gobierno, postergarlas (hay que recordar que la oposición exigía al gobierno el año pasado, adelantar las elecciones para apresurar la “salida de Maduro: la consigna era elecciones aquí y ahora), porque no están dadas las condiciones democráticas en un país que no se respetan los derechos humanos. La desvergüenza reflejada en esa declaración rebasa todo límite de la decencia: el representante del gobierno más fraudulento, corrupto y asesino del último tiempo pontificando sobre democracia y derechos humanos; el gobierno del señor Peña Nieto ostenta la honrosa cifra de 104.000 homicidios en sus 5 años y medio de desgobierno (sin contar los 43 jóvenes de Ayotzinapa). Bueno, como gobierno anfitrión, no le quedaba otra que poner cara de palo, y leer la dichosa resolución. Por lo demás, ¿quién de los otros cancilleres estaba en mejores condiciones y autoridad moral para llevar a cabo tan excelso cometido?
Cuarto: Que la Asamblea Constituyente es ilegal e ilegítima, porque la oposición se abstuvo de votar y, por lo tanto, quedó conformada por puros chavistas. Conforme a este criterio, el 50% del padrón electoral de Chile, que no concurrió a votar en la segunda vuelta en que resultó elegido usted, presidente Piñera, podría decir que su gobierno es ilegal e ilegítimo porque está constituido por puros “piñeristas”, ya que usted representa, debido a la abstención, sólo a un 26% de los ciudadanos de este país. Si no es responsabilidad suya que la abstención represente el 50% de los ciudadanos con derecho a voto, ¿podemos achacarle esa responsabilidad a los que sí votaron para elegir a los representantes ante la Asamblea Constituyente de Venezuela y a los representantes mismos? Además, mal que les pese, y no se quiera aceptar, la Asamblea Constituyente fue convocada legal y legítimamente, de acuerdo con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por el presidente Nicolás Maduro.
El presidente Maduro ha invitado a la ONU, y a la Unión Europea, para que envíen representantes como fiscalizadores del proceso eleccionario, pero estas instituciones acatando las presiones de Estados Unidos, han rechazado la invitación y han declinado asistir. Habría que recordarles a los líderes, especialmente europeos, que Angela Merkel, la primera ministra de Alemania, ha expresado que Estados Unidos es un socio en el que no se puede confiar y que ha llegado el momento en que Europa debe empezar a tomar sus propias decisiones. ¡Más vale tarde que nunca!
Señor Presidente, don Sebastián Piñera Echeñique, me despido muy atentamente de Usted, sin antes recordarle que durante la Cumbre de Lima, le expresó al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que “Chile compartía con su país, los valores de democracia, libertad y derechos humanos”. Pero Sebastián, si no es nada personal, es sólo la política.