“Agua para los pueblos y no más territorios en sacrificio” son las consignas de la VI Marcha Plurinacional por el Agua y los Territorios que se realizará el sábado 28 de abril simultáneamente en Calama, Vicuña, Santiago, Concepción, Los Ángeles, Valdivia, Osorno, Castro – Chiloé. Mientras que en Antofagasta la convocatoria es para el jueves 26 de abril. En tanto, el pasado 20, 21 y 22 del presente mes la movilización se llevó a cabo en Panguipulli, Temuco y San Javier, respectivamente.
Francisca Fernández, vocera de Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) zona centro, advierte que la escases hídrica en Chile está absolutamente vinculada con la privatización y el acaparamiento de los derechos de agua. “El modelo neoliberal extractivista impone una irracional explotación de nuestros bienes comunes, y en ese marco lo más grave es que las aguas en el país están privatizadas mediante la generación del mercado del agua, con un sobre otorgamiento de derechos de agua y usurpación ilegal de parte de transnacionales”, precisa la dirigenta.
Más de 40 comunas en Chile no tienen acceso a agua potable. A modo de ejemplo, en San Pedro y Melipilla, el 80% de los derechos de agua está en manos de la empresa Agrosuper, solo el 20% en las comunidades.
La vocera del MAT denuncia que existe una afectación en relación al acceso al agua, pero además por la contaminación vinculada a actividades extractivistas como la gran minería. Ambas situaciones están ligadas a la idea de usurpación y a la lógica de mercado.
El Norte “zona de sacrificio”
La vocera del MAT zona norte, Dalila Peña, de la Coordinadora por la Defensa del Río Loa y Calama Sin Plomo, enfatiza que llevan años en la lucha contra el modelo extractivista que ha convertido a Calama en una “zona de sacrificio”.
Denuncia que la empresa Codelco extrae una enorme cantidad de agua afectando de forma dramática los territorios desde el Alto Loa hasta Calama. La planta RAM de falso reciclaje de plomo en Calama y el tranque de relave en el Salar de Talabre están convirtiendo esta zona en un gran vertedero industrial de la megaminería y afectando la vida de diversos poblados, como Chiu Chiu. En esas localidades, la agricultura es una práctica ancestral y unade las principales actividades de sustento de la población. Los asentamientos de a poco han ido desapareciendo y ha ido avanzando la desertificación por la falta de agua, precisa Dalila.
En un 5% aumentaron los fallecimientos por tumores malignos en la Región de Antofagasta en el último año. Se trata de la primera causa de muerte en la zona, asociada a la contaminación con arsénico y metales pesados.
La dirigenta advierte que la problemática del agua asociada al territorio está en el abastecimiento de localidades del Alto Loa, comunidades indígenas, las tomas antiguas y otros sectores de la periferia que se ven afectadas por las alzas en el valor de la venta de agua potable, no teniendo acceso a ningún tipo de subsidio así como los tienen las personas en el plano urbano. “Los pobladores no piden que se les regale, sólo tener acceso, que los camiones aljibe del municipio repartan agua, poniendo en valor la vida humana y la supervivencia o sobrevivencia en el oasis”, dice Dalila.
La agenda extractivista en el sur
Pablo Rivas, de la Coordinadora Tomecina, parte de la Coordinadora Intercomunal contra los Terminales de Gas, denuncia que en la región del Bío Bío y en la zona sur en general se ha impuesto una agenda de saqueo extractivista de parte del empresariado, la casta política y del Estado chileno que pretende generar “zonas de sacrificio” en pro del desarrollo energético del país, que no responde a las necesidades de la población, sino que a la ganancia de sectores estratégicos de la producción como la industria minera.
Advierte que el excedente energético está siendo destinado a la minería y a la exportación. Ante la coyuntura de la baja del precio de los commodities recurrieron al saqueo territorial e instalación de megaproyectos.
El dirigente social enumera una seguidilla de inversiones transnacionales y de capitales chilenos que se están intentando imponer sin consultar a las comunidades, desde proyectos termoeléctricos hasta concesiones acuícolas, sin considerar las particularidades de las economías locales y los impactos medioambientales y sociales.
Producto de la fuerza social y el empuje de la movilización territorial en los cinco últimos años hemos logrado parar inversiones, como dos megaproyectos de terminal de gas en la Bahía de Concepción.
Ad portas de la VI marcha plurinacional existe un nuevo escenario social que augura amplia convocatoria en Concepción.
Ante la arremetida extractivista del Estado y el empresariado, en la zona sur se ha constituido un nuevo actor social y político: el movimiento socioambiental, que es amplio y heterogéneo.
Según Pablo Rivas, “existe una capacidad de movilizar personas, voluntades y dar una batalla de ideas en torno al tipo de desarrollo que queremos para los territorios y para la vida”.
El dirigente asegura que la VI marcha plurinacional tiene otros objetivos como el denunciar la agenda política del gobierno, el cual ha señalado como ministerios estratégicos a los de Energía, Medioambiente y Obras Públicas para destrabar ciertos proyectos de inversión. Además, la marcha dará el puntapié inicial de la agenda del movimiento social y popular ante el nuevo escenario político.
La principal demanda del Movimiento por el Agua y los Territorios es la derogación del Código de Aguas, para la generación de una nueva matriz legal. Y es que Chile es el único país del mundo donde el agua es un bien privado. Por ello, el MAT exige su desprivatización, el establecimiento del agua como un Derecho Humano, un bien común, un derecho de la naturaleza.