En el matrimonio Martínez-Alvear el peso político mayor lo marca Gutenberg.
Él maneja la teoría, la práctica que incluye el hurto de votos internos decisivos, y la universidad, diría que también la tendencia de derecha dentro de la DC actual. Mariana es bastante menos.
Alvear, sin embargo, tiene un poco más de popularidad y ha intentado, sin éxito, ser Presidenta de Chile, precisamente en el momento de declive de su partido.
Dentro de la DC son una pareja pensante pero tienen el pecado egolátrico de negar el peso de izquierda y centroizquierda que ha tenido la DC en la historia de Chile.
La DC nació en 1935 y 1937 como una fuerza que rompió con la derecha, precisamente en los años de la República Socialista y del nacimiento del Partido Socialista. Finalmente los años del Frente Popular y Aguirre Cerda.
La DC (Falange) posibilitó el triunfo de Pedro Aguirre al no votar por el candidato Gustavo Ross Santa María, y gobernó con Juan Antonio Ríos, candidato de los comunistas. Se salió del gobierno radical cuando éste reprimió a la masa encabezada por los comunistas en la Plaza Bulnes (allí murió Ramona Parra, símbolo del PC).
En el terreno internacional de los años 40 fue partidaria de las relaciones de Chile con la URSS y fue tanto su “izquierdismo”que el coro de curas que rodeaba al conservador Cardenal José María Caro pidió al Vaticano la excomunión de la dirigencia falangista.
En 1959, recién triunfante la revolución, viajaron a Cuba Santiago Pereira, Jaime Castillo, Jorge Cash y Radomiro Tomic, a muchos de los cuales les pareció muy bien la joven revolución, mejor que a los comunistas chilenos, críticos del “pequeño burgués” guerrillero de la Sierra Maestra.
Más. En el inicio de la revolución cubana se realizó una concentración de apoyo en Santiago de Chile en la que hablaron Armando Hart, Ministro de Educación de Cuba, y el demócrata cristiano Marco Antonio Rocca, Presidente de la FECH.
Y una delegación de la JDC chilena enviada a Cuba en 1963 entregó al Che Guevara la petición de DC cubanos de participar en el Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS), vanguardia política dirigida por Fidel Castro, que integraban el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario y el primer Partido Comunista. La operación fracasó más por la tozudez principista e idealista del Che que por la reticencia de los DC.
Y en los años 60 y 70 a la estrategia “nacional y popular” de Frei Montalva, que proponía un ancho bloque con todos los chilenos menos los comunistas, Radomiro Tomic respondió con la de un ancho movimiento de “unidad política y social del pueblo”, de todos los chilenos menos los momios. De él es el principio: “Cuando se pacta con la derecha es la derecha la que gana”.
La tendencia de izquierda de hoy de la DC es bastante menos de izquierda de lo que fueron Leighton, Gumucio, Jerez, Julio Silva, Chonchol, Bosco Parra, Jorge Cash, Santiago Pereira, Juan Enrique Vega, Enrique Correa de los 60, Ricardo Hormazábal y el esposo, lamentablemente fallecido, de Miriam Verdugo, la actual Presidenta de la DC: el recordado dirigente sindical Manuel Bustos.
Borrar la historia hace que la gente ande muy perdida en el espacio y, yendo cuesta abajo, tropiece a cada rato y finalmente caiga.
Esta historia de izquierdismo o centroizquierdismo en la DC no ha sido, por cierto, permanente ni hegemónica.
La DC ha sido y es un partido policlasista.
La tendencia freísta -”nada con los comunistas”- fue muy “sensible” para recibir la influencia determinante de EEUU desde los años sesenta y de la Alemania de Merkel en los últimos años (Goic recibió “el consejo” o la instrucción de ser candidata presidencial directamente de la jefa de gobierno germano, en Berlín en 2017).
EEUU, Frei y Aylwin coincidieron en su tenaz y permanente oposición a Allende y nada menos que en el golpe de Estado. También en la salida electoral de la dictadura hacia el proceso democrático.
Merkel y Goic, Gutenberg y Alvear, más allá de sus dichos y silencios, han coincidido en la actual división de la llamada centroizquierda, que anunciamos en 2017, tiempo antes de que se produjera, en estas mismas páginas (“Garúa en Berlín y se divide el centro político en Chile” y “Nueva intervención de Merkel en Chile”).