Luego de la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Uruguay el pasado jueves, en la Cámara de Diputados, la Plataforma Chile Mejor sin TLC señala lo siguiente:
1- Es irresponsable con el país que un tratado de libre comercio de 241 páginas, llenas de detalles técnicos, y cuyos efectos se manifestarían en distintos ámbitos de la vida nacional, haya sido tramitado sin que el gobierno anterior ni el actual hayan presentado ningún estudio sobre sus impactos.
2- Del mismo modo, es grave que los parlamentarios hayan votado sin haber exigido discusión previa, sin haber exigido estudios al Gobierno ni, en su defecto, haber pedido análisis a sus equipos técnicos de confianza.
Decimos con propiedad que han legislado a ciegas.
3- El hecho que los dos votos en contra hayan provenido de parlamentarios que representan a distritos agrícolas y ganaderos recuerda una obviedad: en los tratados de libre comercio siempre hay sectores que pierden.
Durante más de dos décadas los gobiernos han insistido en la falacia de que con los TLC todos ganan, sin que las fuerzas políticas hayan exigido que se precisen y difundan los perjuicios de los tratados, antes de votar.
4- Nos parece grave que las bancadas del Frente Amplio y el Partido Comunista no estuvieran en la sala al momento de la votación, en el único lugar del país donde políticamente su presencia era indispensable.
Además, por sus conocidas posturas de crítica a la incapacidad de los Estados para garantizar derechos universales y fiscalizar a la inversión privada, su participación en esta sesión era evidentemente necesaria.
Nuestra Plataforma había entregado oportunamente a ambas bancadas la información sobre la trascendencia de esta votación.
5- Repetimos lo que ya hemos dicho: todos los tratados de libre comercio de nueva generación no son, al fin y al cabo, tratados sobre libre comercio, puesto que sus principales efectos son: ceder soberanía de los países, disminuir la posibilidad de los pueblos de promover reformas en favor de las personas, aumentar las garantías a los inversionistas y disminuir la presencia de lo público en las sociedades. Todas estas características son compartidas por el TPP-11 y el TLC entre Chile y Uruguay, por poner dos ejemplos.
6- Hay muchos países que tienen una vigorosa política comercial y están plenamente insertos en el mundo, sin que hayan firmado este tipo de tratados. La idea de que ésta es la única manera de sumarse a la globalización es otra falacia difundida desde hace más de 20 años por los sucesivos gobiernos.
7- Durante los próximos meses, el Gobierno probablemente promoverá el TLC con Argentina y el TPP-11. Exigimos que el Parlamento cumpla su obligación de debatir de cara a la sociedad los impactos y consecuencias de todos los tratados que les corresponda conocer.
Chile Mejor Sin TLC