Allende y Lula han sido, en la historia de Chile y de Brasil, los jefes de Estado más identificados con los intereses de sus pueblos.
Allende terminó en su muerte. Lula está terminando en la cárcel.
En ambos casos los golpistas están actuando con una careta institucionalista (la del Congreso y el Lava Jato en el caso de Brasil o acuerdos del Congreso Nacional encabezado por Frei y Aylwin en el caso de Chile).
Con envoltorios “democráticos” y hasta pacíficos los lobos fascistas acecharon y concretaron aquí y están acechando allá.
El fascismo tiene devoción por el crimen. Por lanzar gente al vacío y ultimarla.
A 45 años de distancia la brutalidad y la intención asesina de los fascistas es idéntica. Su doctrina se funda en la inclinación por el asesinato.
El Controlador aéreo del vuelo que llevó a Lula desde Sao Paulo a la cárcel de Curitiba señaló a los pilotos: “Tira esa basura por la ventana”. “!Llévatelo y no lo traigas nunca más!”
En Chile el 11 de septiembre de 1973, cuando las fuerzas golpistas celebraban ya su victoria, se escuchó el siguiente diálogo entre el almirante Carvajal (encargado del operativo) y Augusto Pinochet (comandante en jefe del ejército nombrado por Allende) :
P.: Rendición incondicional. Nada de parlamentar. Rendición incondicional.
C.: Muy bien. Conforme. Rendición incondicional, en que se le toma preso ofreciéndole nada más que respetar la vida, digamos…
P.: La vida y su integridad física y en seguida se lo va a despachar a otra parte.
C.: Conforme. O sea se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país.
P.: Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país…Y el avión se cae, viejo, cuando vaya volando.
Allá el Controlador. Acá el recién recibido de tirano.
Ellos se sacan las caretas y muestran la intención que está en la médula fascista: ultimar a quienes se atrevieron a preferir los intereses populares desde el primer cargo del Estado.
Seguirán con sus caretas en Brasil el congreso, el poder judicial y autoridades como Moro y Temer como aquí lo hicieron, en 1973, a pesar de los muertos y por un buen tiempo, el congreso, Frei Montalva y Patricio Aylwin.
“Estamos en un momento difícil pero hay que seguir adelante” dijo Temer.
“Ellos nos dejaron al borde del abismo” dijo Pinochet y agregó “Ahora vamos a dar un paso adelante”.
Lula antes de entrar en prisión: “Yo no soy un ser humano más. Yo soy una idea. Y las ideas no se encierran”.