La democracia empresarial tuvo como recurso constitucional (no declarado) el paso al golpe militar sangriento en las situaciones en que amenazaba un cambio revolucionario.
En Brasil se ha utilizado otro límite. La simple existencia de un gobierno capitalista reformista.
Vilma o Lula, el Partido de los Trabajadores, no son representantes de un programa socialista. El derechista Temer era parte importante del gobierno del PT, su vicepresidente.
Se quiere el poder total, la aplicación de la receta neoliberal sin interferencias.
La nueva forma se aplicó en Paraguay y en Honduras contra alternativas progresistas.
No se emplean soldados porque no tendrían a quiénes matar, no hay guerrilleros socialistas en alguna parte. Basta ocupar periodistas de los grandes medios comerciales políticos, parlamentarios, jueces.
Alguna débil intervención verbal de generales en el caso brasilero.
Una variante que se ha repetido y podría crecer de una forma brutal es el asesinato de defensores del medio ambiente que tampoco son revolucionarios anticapitalistas. Hay cientos de víctimas en diferentes países.
Casi 200 ambientalistas fueron asesinados en 2017 por defender el planeta. La Vanguardia
Occidente aplica el modelo. Ataca reduciendo cada vez más los límites de convivencia con Rusia y China sin armas.
Es un fascismo más peligroso. Consiste en bloquear la inquietud social pacífica de cambio antes que crezca, pueda o no llegar a ser socialista.
Por un Movimiento para una nueva civilización solidaria de socialismo sustentable.
No progresismo de izquierda
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