Noviembre 15, 2024

La Haya: Verdaderas mentiras

Bolivia inventó batallas y realidades que no existieron.

Chile, un juicio en La Haya que no existió.

Una vez terminada la discusión y en espera ya de la sentencia de la Corte, el Presidente de Chile señaló en primera página de El Mercurio, titular a tres columnas (29-3-2018):

 

“NO ESTÁN EN JUEGO NI EL TERRITORIO, NI EL MAR, NI LA INTEGRIDAD, NI LA SOBERANÍA DE NUESTRO PAÍS”.

Y eso es verdad, hoy, durante el juicio y antes del juicio.

Por tanto todo el contenido de su “DEFENSA” ante Bolivia en La Haya no fue contra la demanda boliviana que ve la Corte sino ante sus fantasmas, levantados e inflados también por otro demagogo: Evo Morales.

Todo lo que dijo, solemne, el Canciller Ampuero acerca de los miles de chilenos que deberían ser trasladados desde sus casas, sus barrios, sus aldeas, sus ciudades, si ganaba Bolivia, era y es falso, de falsedad absoluta, como habría dicho un ex Presidente.

Para que nos entendamos sin demagogia:

Si ganara Bolivia en unos meses más “Ni el territorio, ni el mar, ni la integridad, ni la soberanía de nuestro país” habrían sido tocadas.

Sí habría sido tocada una política chilena, defensivista, destinada a “NO NEGOCIAR DE NUEVO UNA SALIDA AL MAR DE BOLIVIA POR UN CORREDOR SOBERANO”.

La Corte hubiere dicho: “Chile debe negociar como lo ha hecho históricamente”.

La Corte sabe, además, que esa hipotética “negociación histórica” no ha dado resultado alguno, por culpa de Chile, de Bolivia o de Perú, que tiene mucho que decir si la negociación incluyere territorios que antes de la guerra de 1979 fueron peruanos.

Y punto.

¿Salirse de la ONU por eso?

Habría que pensarlo mucho, porque esa hipotética negociación puede ser eterna, como la previsible demanda de Evo y sus sucesores.

En el largo y sinuoso camino, pueden ponerse sobre la mesa por ejemplo la idea de un enclave portuario binacional en la región de Antofagasta o de un polo de desarrollo trinacional al norte de Arica, o, por qué no, que algunos recursos marinos de las familias HOY patronas del mar chileno, las siete establecidas así por la Ley de Pesca aprobada turbiamente en el anterior gobierno de Piñera, más fondos de empresas como Exalmar de Perú, podrían satisfacer de alguna manera la vieja demanda boliviana. ¿Por qué no en estos tiempos donde el dinero parece resolverlo todo?

Las familias, cuyo mar se pelea entre países, son la Sarkis, Stengel, Cifuentes, Jiménez, Izquierdo, Cruz y, qué raro, la Angelini.

Ah, y los gobiernos de turno, allá y aquí, nos tendrán entretenidos, con lenguajes chovinistas, mostrando nuestras banderas, nuestros escudos nuestras batallas (reales o supuestas) y nuestros “territorios” y “mares”.

 

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