Quién sabe a estas alturas si habrá cumbre, después de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, hasta ayer presidente de Perú y anfitrión de la cita. El perrito obediente cae envuelto en un monumental escándalo de corrupción y compra de legisladores que deja al país sumido en la incertidumbre. Eso sí, continúa en cualquier circunstancia la política estadunidense de subversión y derribo contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de la región. En este espacio hemos documentado la arremetida de Washington contra Venezuela, que dura 15 años. La designación al frente de la política exterior del imperio del ex jefe de la CIA Mike Pompeo, íntimo del senador cubanoestadunidense Marco Rubio, permite presumir un recrudecimiento de la hostilidad yanqui contra las revoluciones bolivariana y cubana y, en general, contra cualquier gobierno que intente una política exterior independiente en nuestra región.
De la continuidad de la política subversiva de Estados Unidos contra Cuba brindamos hoy la muestra de un eje mantenido en bastante sigilo. Un programa del Departamento de Estado de ese país para 2017-2018 titulado Construyendo Puentes para la Sociedad Civil en Cuba (CPSCC), cuyo propósito es insertar a la contrarrevolución (anti)cubana de la isla en las reuniones patrocinados por la OEA del impresentable Luis Almagro y, claro, su asistencia a los foros de la llamada sociedad civil, paralelos a la Cumbre de las Américas (CA), cuyas reuniones preliminares ya se desarrollan en Lima. El programa es la prolongación de otro para 2016, al igual que este contratado por el departamento de Estado a su ONG fachada Freedom House (FH), que a su vez lo ha subcontratado a la cínicamente denominada Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD), otra ONG con iguales características. Nicholas Miller fue el funcionario del Departamento de Estado encargado del lanzamiento del programa. Carlos Ponce es su máximo responsable en FH y Gina Romero en REDLAD, del que es su directora ejecutiva. Allí mantiene fluidos vínculos con los contrarrevolucionarios de la isla al igual que Hans Tippenhauer, representante de REDLAD y PASCA en el Caribe. Mientras, el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO) de Perú debe coordinar con el ministerio de relaciones exteriores en Lima para facilitar su actividad e introducir sus propuestas en la CA. En el proyecto tiene también responsabilidades la opositora venezolana Mercedes de Freitas, de Transparencia Venezuela.
Debe subrayarse que REDLAC opera también un plan conocido como PASCA, este de carácter regional, para financiar y propiciar la asistencia de personas del gusto de Washington a los foros paralelos de la sociedad civil de la CA. Por lo pronto, estos foros son, como todo lo que hace Almagro, una farsa sin límites. Baste decir que de ellos la OEA ha excluido a los Comités de Defensa de la Revolución de Cuba, que con 8 millones de miembros tienen un admirable expediente de trabajo educativo, de salud y de prevención del delito. De la misma manera, ha prohibido la asistencia de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, que reúne a todo el campesinado de la isla.
En cambio, sí están invitados y concurrirán con el financiamiento del departamento de Estado a través de FH y REDLAC, numerosos contrarrevolucionarios, a los que repudia la gran mayoría del pueblo cubano. Ejemplo: Guillermo Fariñas, huelguista de hambre tarifado ligado al terrorismo miamense y sujetos de parecida calaña. Entre otros, Elizardo Sánchez Santa Cruz, Yusmila Reyna Ferrera, Boris González Arenas, Antonio Rodiles y José Daniel Ferrer. Que a las reuniones paralelas de la supuesta sociedad civil asista esta manga de mercenarios y vividores mientras es excluida la representación de los campesinos y el pueblo trabajador de Cuba dice todo de su sesgo antipopular.
Con el fondo aprobado para el CPSCC, el departamento de Estado y FH han conseguido la participación de contrarrevolucionarios en el Encuentro de la Sociedad Civil realizado en junio de 2017 en Cancún, paralelo a la 47 Asamblea General de la OEA, así como en diversas reuniones en la región y un encuentro con Almagro en la sede de la OEA. En Cancún se reunieron, entre otros, con el funcionario estadunidense Joaquín Monserrat.
FH actúa con secretismo con relación a este programa, por lo que escogió el seudónimo CAFÉ para comunicarse con los contrarrevolucionarios. ¡Toda una pacífica y democrática ONG!
Twitter:@aguerraguerra