La Marcha Intercomunal por la Defensa del Mar y la Tierra surge en una importante coyuntura para el movimiento social, en que la institucionalidad definirá la viabilidad de la construcción del proyecto del terminal de regasificación GNL Talcahuano de la Compañía Regional de Infraestructuras y de la Central Las Arcillas de Engie.
“En este momento estamos esperando la resolución del Comité de Ministros frente al proyecto del terminal de regasificación GNL Talcahuano. También estamos en la espera de la votación en la Intendencia de la central termoeléctrica Las Arcillas, que es la que va ligada al proyecto GNL Talcahuano, y que se quiere instalar en Pemuco” contextualiza Carolina Arriagada, vocera de la Coordinadora Chorera.
“Este llamado es para todas las fuerzas sociales vivas de acá de la zona que quieran manifestarse, que quieran participar de esta marcha porque esto no es solamente contra los terminales de gas, es por la defensa de los territorios” dice la vocera de la Coordinadora Chorera, organización que junto a la Coordinadora Intercomunal convocó a un ampliado donde se sumaron más organizaciones a la causa que busca la unión y convergencia de las distintas demandas de las organizaciones de la zona.
Ese es el caso de Alejandra Araneda que es pobladora de Curanilahue y vocera de la Recuperación de Tierra Construyendo Futuro, ubicada a la altura del Río Rana, quienes se tomaron cuatro hectáreas de forestal Arauco para las viviendas de 54 familias, frente al déficit de terrenos en la comuna en que el 95% del territorio es de la industria forestal según Araneda.
“Es importante que nos unamos, que nos organicemos porque ya es mucho que nos estén pasando a llevar, es el momento de empoderarse como pueblo” manifiesta el representante de la Escuela Agro-ecológica en Resistencia Reberde, Pablo Ruiz, organización que también se sumó a la marcha de este 22 de marzo y que cuenta con el apoyo de una serie de organizaciones sociales, estudiantiles y de trabajadores.