Escucho reclamos airados por las decisiones que el actual gobierno viene anunciando para concretarlas en los próximos meses. En las redes sociales es posible leer críticas destempladas por las mismas razones. Pareciese que muchos chilenos aún no caen en cuenta que el programa elegido con suficiente votación para tomar el mando en la Moneda es, precisamente, el que hoy les molesta.
En diciembre del 2017 la derecha ganó los comicios presidenciales, todo lo que de ahí en adelante se diga para evitar que ella ponga en marcha sus capacidades para lograr sus objetivos, es una lamentable pérdida de tiempo. En política (en un sistema democrático, obviamente), las críticas, los alegatos y las pataletas, si no se transforman en votos, de nada sirven. Aún más claro, si el pueblo ha sufragado por los mismos traidores y venales de siempre, llorar luego por la seguidilla de yerros y entreguismos de esos elegidos, tampoco merece mayor atención.
El aprendizaje suele impetrar dolores y angustias, también lágrimas. Lo que es principal en estos asuntos se constriñe a que sin ataques violentos al presupuesto familiar ni bombardeos clasistas al espacio laboral, nada hará cambiar de opinión política a quienes acostumbran llorar sobre la leche derramada por causa de porfías y patinazos propios.
La derecha ganó esas elecciones (gracias a usted que votó por ella, o a usted que prefirió quedarse en casa el día de los comicios), y ello es un hecho incontrarrestable democráticamente. Ahora, entonces, disfrute de lo que el gobierno haga, o sufra sin chistar lo que ese mismo gobierno realice cuando ello vaya en contra de sus intereses particulares o de su ideología. ¿O usted pensó que Sebastián Piñera gobernaría en beneficio principal de las mayorías, vale decir, de los pobladores, los estudiantes, los trabajadores, las etnias originarias? ¿Eso pensó y por ello le entregó su preferencia votando por él (o ausentándose el día de las elecciones)? Vaya que es iluso usted.
Tal vez el equivocado soy yo al pensar que usted quiere para Chile el mismo futuro que desea quien escribe estas apuradas líneas. Quizás usted pretende –para nuestro país- algo muy distinto a lo que yo quiero. ¿Me permite preguntarle sus intenciones, objetivos y preferencias respecto del tema que hemos delineado aquí? Ello señalará si estamos de acuerdo, en desacuerdo o, simplemente, en galaxias distantes. Veamos sólo algunos de los puntos principales:
Una nueva Constitución Política -SÍ
Término de AFP’s y regreso a sistema solidario de reparto – SÍ – NO
Renacionalización del cobre y minerales en su totalidad
Nacionalización del agua y las sanitarias
Poner fin a la ley de pesca
Recuperar el mar para Chile (y no para 7 familias)
Megaempresas deben pagar mayor tasa de impuestos que la actual -SÍ -NO
Una nueva. moderna y dura legislación medioambiental
Un Código del Trabajo con base en el tripartismo laboral -SÍ -NO
Negociación Colectiva por rama de la producción
Educación gratuita, pública, laica y de calidad
Legislar para reconocer la identidad de género
Que el Estado reponga servicio ferrocarriles en todo el país
El estado debe administrar los recursos naturales
El Estado debe reconocer y respetar los derechos de las naciones originarias -SÍ -NO
¿Cuántos NO marcó? Si los NO que marcó superan con largueza a la otra alternativa, ¿podría explicar por qué votó entonces por la derecha, sabiendo que esta jamás realizará lo que usted desea para el país y su gente? Pero, si así sufragó, no reclame, no critique… asuma su error.
Ahora bien, respecto del mal llamado “problema de la inmigración” (respecto del cual posiblemente usted ha tenido más de alguna opinión negativa), es necesario apuntar que ya se demostró cuán falaces eran aquellas informaciones que circulaban por redes sociales, y por varios medios de prensa, acusando a inmigrantes como autores de hechos delictuales y de vandalismos varios.
Incluso para una prensa conservadores y pro derechista como El Mercurio quedó claro que la utilización de los inmigrantes -culpándolos de ser los hechores de actos siniestros- era la típica respuesta, falsa y repudiable, de racistas y ultra nacionalistas que necesitan crear enemigos simbólicos y ficticios para tener éxito en su cacería de respaldo político en los sectores más ignorantes de la masa ciudadana, aunque estos no siempre corresponden a los más pobres, ya que la clase media aporta con suficientes elementos en tal sentido.
Es así que actúa un sector de la derecha, aquel que conocemos con el rótulo de ultra nacionalista y que, pese a sus desvaríos, logra recoger más apoyo del que uno quisiese enterarse.
¿Usted concuerda con estas apreciaciones, o piensa que los ultra nacionalistas están en lo correcto? Es oportuno señalar que un ‘nacionalista’ (generalmente próximo al fascismo) tiene actuar zigzagueante, controvertido, pues un día dice que es imperativo matar a todos los delincuentes, al otro día expresa que está a favor de la vida porque la vida la entrega Dios, y a la jornada siguiente propone que los hospitales y consultorios no atiendan inmigrantes, que los dejen morir, y así, cada vez con mayor odio, procura que Chile se vaya aislando de la comunidad internacional , de las legislaciones humanitarias y de la solidaridad entre los pueblos.
Tal vez, usted, sin tener la información adecuada, colaboró con su sufragio para que gentuza como esta accediera al gobierno. Ahora ya lo sabe…pero es tarde. Deberá esperar cuatro años para revertir su decisión.
Mientras tanto, rechine los dientes, apriete los puños y aguante… o dispóngase a salir a la calle, a tomarse la calle, a hacer de la calle tribuna democrática expresando su verdadera opinión respecto del mundo de las cosas, de la política y del país.
Entienda finalmente que su silencio autoriza el actuar de los depredadores, pues como bien reza el viejo dicho: “quien calla… otorga”.