Para este segundo periodo como jefe de Estado, el líder de la derecha chilena llamó a varios políticos que lo acompañaron durante su primer mandato, como los ministros, Andrés Chadwick, en Interior, quien es primo de Piñera, Cecilia Pérez, en la vocería y Felipe Larraín, en Hacienda.
La Premio Nacional de Periodismo chileno y directora del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, María Olivia Monckeberg, dijo a Xinhua que este es un gobierno de derecha que en lo posible tratará de echar atrás muchas de las reformas impulsadas durante la gestión de Bachelet.
El gabinete de Piñera “tiene mucho poder, eso es impactante, porque une el poder económico a un fuerte poder político en las bancadas que sacó Renovación Nacional (RN), la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Evópoli (Evolución Política) en el Congreso, los tres partidos que llevaron a Piñera a la presidencia”, detalló Monckeberg.
Para la directora del ICEI, la sociedad chilena no permitirá cambiar algunas reformas y avances en la educación o en temas como la despenalización del aborto en tres causales, el acuerdo de unión civil, que permite crear un vínculo legal entre personas de cualquier orientación sexual o la discusión en torno a la identidad de género.
Las reformas tributaria, educacional y de trabajo impulsadas por Bachelet serán sin embargo el foco de atención de Chile Vamos, el conglomerado político de Piñera.
Sin embargo, el ministro secretario general de la Presidencia designado, Gonzalo Blumel, declaró a periodistas el pasado 1 de marzo que el gobierno entrante no ocupará la “retroexcavadora”, una metáfora recurrente en la política chilena que hace alusión a modificar lo que construyó el gobierno anterior.
El politólogo e historiador por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pablo Lira, dijo a Xinhua que las reformas de Bachelet “estaban bien orientadas, pero mal confeccionadas”, lo cual generó dificultades al gobierno de centroizquierda.
Uno de los legados que dejará Bachelet es la gratuidad en la educación superior, que en 2018 cumple tres años en vigencia, y que en la actualidad permite a 262.160 alumnos estudiar gratis.
Aunque Piñera aún no asume, varias de sus futuras autoridades se han enfrascado en polémicas, como el subsecretario (viceministro) designado en Redes Asistenciales, Juan Manuel Toso, quien tuvo que renunciar antes de asumir el cargo por una sanción ética que recibió en 2016 de parte del Colegio Médico chileno.
“Seguramente algún filtro no estuvo bien hecho”, señaló Lira sobre el renunciado Toso.
En tanto, la futura ministra de la Mujer, Isabel Plá, se ha manifestado en contra del aborto.
Otra figura polémica es el intendente designado en la región del Biobío, Jorge Ulloa, un político ultraconservador y defensor del legado del general Augusto Pinochet, quien lideró un gobierno de facto de 1973 a 1990 en el que unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, según datos oficiales.
Sin embargo, Piñera siempre se ha manifestado en contra de las violaciones a los derechos humanos y, según él, votó por el término del régimen militar en el plebiscito de 1988.
Una de las frases que utilizó el presidente electo para llegar por segunda vez al palacio de La Moneda, la casa presidencial, fue vienen “tiempos mejores”, al asegurar que gobernará para la clase media chilena.
“Yo creo que va a mejorar el empleo y el crecimiento y Piñera va a apuntar a hacer un recorte a la billetera fiscal en algunas áreas sociales, que vaya en la mejora de toda la vida de los chilenos”, auguró Lira.
Piñera prometió bajar los impuestos, en desmedro de uno de los objetivos de la reforma tributaria de Bachelet que buscó aumentar el gravamen a los más ricos para así financiar la gratuidad en la educación.
El economista y académico de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, señaló a Xinhua que la desaceleración económica que sufrió Chile en los últimos tres años le dio un buen resultado a la derecha, con un presidente electo, pese a que la economía chilena no dejó de crecer y que su caída fue por factores externos.
“En los próximos meses uno espera que haya crecimiento en Estados Unidos, que haya crecimiento en China, incluso en Europa, que son nuestros principales socios comerciales, entonces esa demanda va a significar aumentar la minería, pero también todos los otros productos que exportamos”, subrayó Salas.
Durante el primer gobierno de Piñera (2010-2014), el punto más alto del crecimiento de la economía chilena llegó a un 6,1 por ciento, en parte por el alto precio del cobre, el principal producto del país, frente al 2,3 por ciento que logró Bachelet, influido por el descenso de ganancias en el área cuprífera.
Unos días antes de dejar el poder, Bachelet envió un proyecto de nueva constitución al Congreso, para cambiar la carta magna que rige al país desde 1980.
Lira dijo que esto fue solo “un saludo a la bandera” y que Piñera buscará, en este contexto, llegar a acuerdos en leyes para abordar la seguridad pública, migración y paliar los conflictos sociales en La Araucanía, la región sureña de Chile más conflictiva y pobre del país, con disputas entre terratenientes y el pueblo originario Mapuche.
Piñera asumirá por segunda vez la jefatura de Estado chileno, quien ha dicho en reiteradas veces que la mejor escuela para ser presidente no es Harvard ni Chicago, sino el palacio de La Moneda