Octubre 19, 2024

Catorce mujeres que cuentan

La tradición literaria femenina en Hispanoamérica, como plantea Ana Skledar-Matijevic en el artículo La tradición de la voz literaria femenina, “empezó con la conquista española del continente americano porque con los hombres venían mujeres de todas las clases sociales y  mujeres cultas con intereses literarios. Fueron siempre un número muy reducido pero ya para el siglo XVIII poseían un carácter didáctico-prosaico”.

 

 

 

Alfonsina Storni, Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou construyeron uno de los  capítulos más relevantes del siglo XX en la poesía femenina hispanoamericana,  porque en su letras, se oyó por primera vez, un grito femenino de hondo erotismo y sincero deseo de lograr  la igualdad de los sexos en la vida social y amorosa.

 

En el libro “Catorce mujeres que cuentan” publicado por Narratio contiene los relatos de igual número de mujeres de seis países latinoamericanos que incursionan en la narrativa y nos ofrecen estos cuentos donde se unen lo cotidiano, lo extraordinario, lo vivido, lo soñado junto a experiencias que las enfrentan con la opresión y la violencia de genero.

 

Los temas abarcan los temas que en estos momentos preocupan a las mujeres como son las relaciones de pareja,  la sexualidad,  el acoso laboral, el abandono del hijo entre muchos que están siendo puestos en el tapete actualmente.

 

Lo interesante, de este libro es que a pesar de que es una mezcla de escritoras, de estilos de escritura y sus propias formas de narración sorprende la universalidad de las reflexiones planteadas, con finales que muchas veces sorprenden, lo que hace pensar en las similitudes de la ficción y la realidad y que en México, Nicaragua, Colombia,  Venezuela, Argentina y Chile las mujeres sufren los mismos problemas y además, comparten el mismo imaginario de género y lo más importante, cuentan sus historias sin perder de vista la realidad.

 

En los relatos, la realidad y la geografía física no existen, porque solo existe un espacio fuera de la postal común, son más bien una representación fantasmagórica donde  están presentes el romance, la aventura, la magia y la fascinación de unas protagonistas rebeldes, atrevidas y apasionadas.

 

Utilizando miradas masculinas, de animales y objetos en estos relatos, reflexionan y proyectan en el lector los miedos y las limitaciones que tienen las mujeres y estando siempre presentes las figuras de las madres, las hijas y las abuelas que nos recuerdan el ciclo vital de las vidas femeninas.

 

A través de sus relatos, las autoras muestran como las mujeres están buscando su lugar en el mundo donde, algunas quieren toso lo que desean otras, temen pedir demasiado o perder los afectos que las rodean sí parece que exigieran demasiado o que saben mucho de su trabajo.

 

Sin embargo, a pesar de esos miedos, la esencia de lo femenino ese centro de energía y poder que cada mujer lleva en su interior, logra que se vuelquen a hacia ellas descubriendo y afirmando sus valores más esenciales. 

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