Brasil amaneció este miércoles en suspenso ante el juzgamiento en segunda instancia de la apelación presentada por la defensa del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a nueve años y medio de cárcel por el juez federal Sergio Moro.
Será en el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4), con sede en la ciudad de Porto Alegre, donde será puesta esta vez a prueba la justicia brasileña, señalada como partícipe de una sostenida persecución contra Lula con el claro propósito de apartarlo de la contienda electoral de octubre próximo.
No hay cómo permanecer indiferente ante este juzgamiento, señaló en un reciente comentario el teólogo Frei Betto, para quien el proceso no solo pone en suspenso a la nación, sino que también la divide.
De un lado, escribió, están aquellos que ya lo prejuzgaron (a Lula) y esperan solo que la sentencia sea confirmada por los jueces de Porto Alegre; del otro, quienes afirman no haber pruebas suficientes para condenarlo y que las acusaciones están de tal manera impregnadas de carácter político que extrapolan el ejercicio imparcial de la justicia.
Cualquiera sea el resultado, Lula sale ganando: si es absuelto quedará libre de las acusaciones que le son hechas. Condenado se tornará un mártir político del Poder Judicial, que condena unos y permanece ciego e indulgente ante otros políticos que cometieron delitos comprobados en imágenes y grabaciones hechas públicas, valoró.
En verdad, sostuvo Frei Betto, quien estará sentado en el banco de los reos el día 24 no será el ciudadano Luiz Inácio Lula da Silva. Será el Poder Judicial brasileño.
La sesión del TRF4 hoy será seguida de cerca por miles de integrantes de movimientos sociales acampados en Porto Alegre para defender la democracia y el derecho de Lula a ser candidato en las presidenciales de octubre venidero, para las cuales todas las encuestas de intención de votos lo sitúan como claro favorito.
El fundador del PT encabezó la víspera una multitudinaria concentración en la Esquina democrática de la capital de Río Grande del Sur, en la cual agradeció el respaldo popular y ratificó su intención de proseguir batallando por asegurar el respeto y la dignidad de todos los brasileños.
Cualquiera que sea el resultado (del juicio en segunda instancia) ‘continuaré luchando para que las personas tengan respeto y dignidad’, aseveró el ex dignatario.
En julio pasado, y en el caso relativo a un apartamento en la región del litoral de Sao Paulo cuya propiedad es atribuida a Lula sin que exista ninguna prueba de ello, Sergio Moro condenó al ex presidente por presunta corrupción pasiva y lavado de dinero.
La pena fue dictada sin que ‘ninguna evidencia creíble de culpa fuera producida, mientras las pruebas abrumadoras de su inocencia fueron descaradamente ignoradas’, señalaron en su momento los abogados defensores Cristiano Zanin Martins y Valeska Teixeira Zanin Martins.
Por más de tres anos, subrayaron, Lula ha sido objeto de una investigación que dejó en claro de comienzo a fin del proceso el sesgo y la motivación política de Moro, cuyo juzgamiento ‘avergüenza a Brasil’ al ignorar evidencias sólidas de su inocencia y al mismo tiempo violar continuamente derechos humanos básicos y del proceso legal.