Después de casi cinco décadas de dictadura fascista cívico militar, en el marco de la transición a la libertad, la democracia, la justicia “en la medida de lo posible”, tenemos un imperativo categórico pendiente: Construir una cultura que haga correspondiente los principios éticos y morales con la práctica política profesional y ciudadana. Este desafío no debe entenderse como un mandato divino, sino como, un mandato, valga la redundancia, humano, asentado en la racionalidad y en el libre albedrío de la persona y el ser humano. Esto permitirá recuperar la identidad, la posibilidad de soñar y de sorprenderse. Para el Maestro Aristóteles –maestro es la conciencia de su tiempo, el conductor del espíritu-, la naturaleza humana es en esencia ética, propende al bien, y el bien es la felicidad, la que corresponde al fin de la conducta humana sustentada en la naturaleza racional de la persona y del ser humano. Insiste el maestro griego, la ética inspira la praxis: “Somos lo que hacemos” y éste hacer, definitorio de su comportamiento, constituye su ontología moral.
El genial maestro Immanuel Kant, acentúa “el concepto del bien y del mal no debe ser determinado primeramente por la ley moral, sino solo después de ella y a través de ella”. Se concluye, con esto, que la ley moral es la consecuencia de los hechos, no se puede deducir de datos procedentes de la razón. La conducta moral, exige comportarse con otras personas con la misma Humanidad que se concibe para uno mismo.
El Prof. Federico Hegel: “ el fin de la conducta humana es el Estado”( con sus tres poderes). Lo coincide como una totalidad ética. La ética para Hegel es una filosofía del Derecho: El bien es “la esencia de la voluntad o la libertad realizada”. Esta filosofía especulativa debe ser superada a través de la realización práctica, afirma el Dr. Marx. “De este modo la Humanidad se emancipará y alcanzará la felicidad en una sociedad sin clases. ]Concluye que la moral es correspondiente al modo de producción de una época”.
La ética es la ciencia que tiene por objeto el juicio de apreciación en cuanto se aplica a la distinción del bien y del mal. La moral en cambio, es el conjunto de principios admitidos en una época y en una sociedad determinada. La moral, en tanto a un conjunto de valores es relativa, según las circunstancias históricas, no así, la ética. Emilio Durkheim, afirma que la moral no es buena ni mala. Cada pueblo tiene su moral, la que se determina por las condiciones en que vive. No se puede, pues inculpar a otra por elaborada que sea. Hay pueblos que aceptan la poligamias o la eugenesias, otros no. El Dr. Sigmund Freud, precisa: Los valores morales son convencionales, mantenidos en su contexto histórico y por tanto son relativos. El Prof. Martin Heidegger: El ser humano, y la persona deben comprender que en el Ethos (estancia en el mundo) encuentra limitaciones que trazan las necesidades del otro.
Juan Jacobo Rousseau afirmó que la persona que acepta vivir en sociedad debe renunciar a una parte de su libertad en favor de los demás en el marco de un contrato: el contrato social. Elproblema es que por siglos, lo trata de resolver la ética y dice relación con conciliar la libertad de unos con la libertad de otros: Mi libertad termina donde comienza la de otra persona
Algunas reflexiones:
– El progreso debe fundamentarse en un contexto moral que es fundamento de la convivencia y de la civilización. En la sociedad globalizada del capitalismo salvaje / globalización del capital, el progreso se basa solo en la capacidad técnica y científica, para acumular riquezas, sin preocuparse las condiciones de vida del ser humano, no conduce a la felicidad: “El fin justifica a los medios” Esto jamás le ha permitido y permitirá a la persona, alcanzar la felicidad.
– La naturaleza humana es en esencia, ética, lo lleva a obrar bien, a legitimar el vivir bien pero no sólo para una minoría, como ocurre con la globalización del capitalismo salvaje.
– La conducta moral, se sustenta en comportarse con las otras personas, con la misma humanidad que se concibe para uno mismo.
– La ética es una filosofía del Derecho por lo que ambos deben estar íntimamente relacionados.
– La felicidad del Pueblo no es interés de un rey, un dictador, de una clase privilegiada minoritaria.
En el individuo reaccionario, fascista su felicidad se funda en la ideología de la muerte: “más vale ser temido que amado”. Esta es una sociedad, una realidad ética y moralmente inaceptable.
El modelo de capitalismo salvaje globalizado / nuevo orden mundial, las piedras guías de Georgia 1980, tiene como base las riquezas en el marco de una férrea voluntad de dominio, consumismo con una cultura individualista, racista, sin contenido ético ni moral.
El Chile exitista y autocomplaciente ¿En vías de desarrollo?
No se puede hablar exitosamente que Chile avanza en su transición a la democracia y en dirección a una economía desarrollada con los altos niveles de pobreza, miseria, marginalidad, cesantía, y desintegración social, y una indigencia educacional y cultural. Este es el patético legado de la dictadura fascista cívico militar. Se impone a raja tabla en el quehacer político, un pragmatismo contemporizador, sin destino. Los valores del espíritu, los proyectos históricos, son irrelevantes. El pensamiento utópico está prescrito. Para unos pocos paniaguados de la oligarquía empresarial farisea sofofa, la utopía no existe. Un sabio profesor alemán, afirmó: “La utopía es un desafío que se opone al realismo moderno que tiene como base la acumulación de riquezas por una minoría oligarca, y la pobreza y miseria, por las mayorías marginadas. La utopía se alcanza con el cambio de fondo político, económico y educación al que trae la justicia social.
El fuerte predominio del inhumano e insolidario “libre mercado” sobre el Estado ha provocado un desamparo total del ciudadano. No existe la función reguladora del Estado. Este modelo de sociedad capitalista salvaje, es ética y moralmente inaceptable/inadmisible. La falta de Ética de la clase política y de la empresarial / oligarca han estimulado la creación de una cultura proclive a la resignación de un relativismo moral repulsivo. Se estimula la corrupción, campea la impunidad, el quehacer político no es un hacer ético cuyo propósito es contribuir al bien común…
-La democracia en “la medida de lo posible” – agudeza / argucia del inefable paniaguado Patricio Aylwin Azocar que rechazo de plano, porque no existen los seres humanos en la medida de lo posible- está enferma y carece de mecanismos de participación para el ciudadano.
– La crisis educacional/ cultural: la educación que por excelencia es un instrumento de ascenso social y perfeccionamiento de la democracia, a nadie le interesa. Los valores éticos y humanistas han desaparecido. La educación/ la cultura es un negocio por y para el lucro y no tienen ninguna prioridad para el Estado. Moralmente es imprescindible mejorar la calidad de la justicia, su eficiencia y mayor cobertura obliga a profundizar una reforma profunda del Poder Judicial, proceso que ya se inició con nuevas modalidades procesales como el juicio oral y otras. Las que fueron implementadas en el siglo XIX en países desarrollados.
Como colofón, parafraseando a mis inolvidables maestros, preciso que todo progreso moral es el triunfo de una verdad sobre la mentira. En todos los tiempos y lugares, el que expresa su verdad en voz alta, como la piensa y la cree, realmente, causa molestias, rechazos entre los que sobreviven a la sombra de los intereses creados de los dueños de la Celestina Universal. La cobardía moral, es de suya tan infame, que ninguna pena podría aumentar su vergüenza. La mayor de todas la cobardía consiste en callar la verdad para recoger las ventajas que ofrece la complicidad con la mentira.
“En tiempos infames com0o el actual, en que reina la mentira, la traición, la corrupción, la impunidad decir la verdad es una acto revolucionario”.
Con esperanza y memoria,
Prof. Moreno Peralta / IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG