La República Islámica de Irán es una teocracia mezclado con formas republicanas. El líder supremo, el Ayatola Alí Jamenei, detenta un poder vitalicio. El Presidente es elegido por sufragio universal – actualmente es Hasan Rouhani -; el poder legislativo lo compone una Asamblea Consultiva Islámica. Por sobre todos los poderes está el Consejo de Expertos, integrado por clérigos de gran sabiduría, que está facultado para elegir y cesar en el cargo hasta el jefe supremo de la revolución. Irán cuenta con una población de 82 millones de habitantes, y el 90% profesa la religión musulmana chiita, quienes representan el 15% del Islam. Irán es heredero del imperio persa y su idioma oficial es el persa; el ingreso per capita es 5.800 dólares. Su ubicación geopolítica es decisiva dentro del mundo árabe. En 1979 fue aprobada la Constitución de la República Islámica de Irán y, a partir de entonces, ha tenido dos líderes, los Ayatola, Jomeini y, actualmente, Alí Jamenei.
En 2009 hubo una gran manifestación ciudadana en protesta por el fraude electoral, y logró movilizar en la capital, Teherán, a más de un millón de personas. La disputa entre los dos candidatos fue resuelta por el líder supremo, en un conteo aleatorio de votos, en favor Mahmud Ahmadineyad, quien, se supone, había usado el fraude para robar la elección a su contendor Mir Hosein Musavi.
Las actuales revueltas se diferencias de las de 2009, en primer lugar, porque las primeras se realizaron en la capital, mientras que las segundas han tenido lugar en las provincias periféricas, cuyo inició se dio en la segunda ciudad del país, fronteriza con Afganistán; en tercer lugar, si bien las protestas durante el mes de diciembre se han extendido por todo el país, no han alcanzado la masividad de la llamada “revolución verde”, de 2009.
Las manifestaciones de diciembre comenzaron a raíz del reclamo ciudadano por las malas condiciones económicas que vivía la mayoría de los habitantes, en un país marcado por la alta desigualdad social. La juventud iraní cuenta con un alto nivel educacional y con profesionales de muy buena formación académica y científica, pero se han visto forzados a emigrar, pues el país no tiene puestos de trabajo acordes con su formación universitaria.
Irán tiene muchos enemigos: en primer lugar, los Estados Unidos y su aliado estratégico, Israel; en segundo lugar, dentro del mismo mundo árabe, Arabia Saudita, país privilegiado por Estados Unidos; en tercer lugar, Irán firmó un pacto con el 5+1, es decir, los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas más Alemania, por el cual se suprimiría el tratamiento de uranio para la construcción de bombas atómicas, pero el Presidente Donald Trump ha vuelto a colocar a Irán en los llamados “países del eje del mal”; en cuarto lugar, Irán ha gastado mucho dinero en apoyo al régimen de Siria; en quinto lugar, Irán fue el enemigo número de uno de Irak cuando la minoría sunita dominaba al país, pero ahora, luego de la invasión de Estados de Estados, el gobierno está en manos de los chiitas; en sexto lugar, el gobierno de Irán ha desviado fondos en la lucha contra ISIS.
Después del Tratado con el gobierno de Obama, en su último año de gobierno, en Irán se despertaron expectativas en el sentido de que una vez terminado el bloqueo, la economía mejoraría, pero esto no ocurrió, y la inversión extranjera no aumentó.
Las manifestaciones actuales, que en un comienzo fueron por demandas económicas y de mejor calidad de vida, se fueron transformando en crítica, especialmente por el gasto iraní en política exterior y, finalmente, contra la teocracia dominante; las consignas principales “muerte al dictador, muerte a Rouhani” y otros veces, contra el líder supremo, el Ayatola. Hasta ahora se suma 21 muertos y un número indefinido de heridos y detenidos.
Otro de los motivos de las revueltas, junto con la protesta por el alza en los precios de los productos básicos, es el rechazo a la corrupción propia de la autocracia, del régimen iraní.
Donald Trump, quien gobierna principalmente a través del twitter, se ha lanzado a intervenir en favor de los manifestantes iraníes: “El pueblo tiene poca comida, mucha inflación y no tiene derechos humanos. Estados Unidos está vigilante…Los regímenes opresivos no pueden durar para siempre y llegará el día en que el pueblo iraní enfrente una elección…El mundo lo está viendo”. A su vez, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en una declaración negó que el gobierno israelí hubiera intervenido en las protestas de Irán, sin embargo, predice el colapso del régimen. Por su parte, Rusia y China se han declarado por la no injerencia en los asuntos internos de Irán.
El gobierno de Estados Unidos ha profundizado su alianza con Arabia Saudita – lo hemos dicho antes – es el peor enemigo de Irán, y de que de intervenir bélicamente en el Medio Oriente, sería su aliado principal.
El Presidente de Irán ha reconocido su derecho a protestar, además, la justicia de algunas de las demandas, sin embargo, la intervención de la Guardia de la Revolución podría radicalizar la represión contra los ciudadanos, provocando una situación que se puede escabullir de las manos del régimen iraní, dando oportunidad a Trump de seguir sus golpes violentos en el Medio Oriente.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
05/01/2018