En América Latina y el Caribe al menos uno de cada cinco jóvenes que busca empleo no puede encontrarlo, lo cual afecta a 10.2 millones de personas, alerta la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
A ello se suma que el desempleo en el caso de las mujeres alcanzó, más de dos dígitos, por primera vez en lo que va de la década, al llegar a 10.4 por ciento de esta fuerza laboral.
En el Panorama Laboral de América Latina y el Caribe 2017, presentado recientemente por el organismo multinacional, se revela que en la región 26.4 millones de personas buscan trabajo sin lograr acceder a una fuente de empleo, lo cual representa un incremento de 2 millones de desempleados, en comparación con la estadística registrada en el año anterior.
En el documento se agrega que si bien se presenta un repunte económico en la región y se estima un crecimiento promedio de 2 por ciento para las economías latinoamericanas en el año 2018, esta cifra todavía se mantiene muy por debajo del nivel de 5 o 6 por ciento que requieren estos países para hacer una diferencia contundente en cuanto a la informalidad y la calidad del empleo que se ofrece
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Uno de los sectores más afectados por la falta de oportunidades laborales, se destaca en el informe, son los jóvenes, quienes enfrentan tasas de desempleo que triplican la desocupación de los adultos; por primera ocasión en lo que va de la década la tasa de jóvenes desocupados estuvo muy cerca de 20 por ciento, pues se situó en 19.5.
Se detalla que a escala regional, la tasa de desocupación juvenil varía por país, desde 6.6 a 29.8 por ciento en años recientes, aunque únicamente en seis de 16 naciones de la región la media del desempleo de los jóvenes superó en 2017 la tasa de 20 por ciento. Entre ellos se ubicaron Brasil, Jamaica, Uruguay, Argentina, Costa Rica y Paraguay, mientras que Guatemala, México y Ecuador presentan tasas inferiores a 10 por ciento.
El organismo multinacional señala que el hecho de que uno de cada cinco jóvenes en la región busque trabajo y no lo encuentre es preocupante, porque significa una amenaza al presente y a las expectativas de más de 10 millones de jóvenes que no ven materializarse oportunidades de empleo, educación ni movilidad social
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Agrega que en el caso de las mujeres jóvenes la situación es peor: están aún más en riesgo, porque sus tasas de ocupación son menores, frente a mayores niveles de desempleo, mientras que la prevalencia de empleos precarios las afecta de manera desproporcionada
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Por ello, se considera esencial mejorar las oportunidades para este sector de la población a través de políticas sociales y de empleo apropiadas, con el propósito de garantizar sociedades que sean más inclusivas y sostenibles.
En cuanto a la calidad del empleo que se ha creado en la región, la OIT destaca que si bien este año se incrementó en 0.3 por ciento el empleo asalariado, el trabajo por cuenta propia aumentó 0.7 por ciento, lo cual representa un indicador que preocupa, porque el deterioro de la calidad del empleo se ha mantenido en 2017, pues los nuevos puestos de trabajo en este año se han caracterizado por su baja calidad
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