Nuestra época no está orientada por el bien común. Es una época histérica, violenta, insolidaria, de un pragmatismo contemporizador exitista y autocomplaciente, llena de jactancias, de atropellos, de vicios, de corrupciones e impunidad: – La corrupción, el vicio y la impunidad está llevando al Pueblo Chileno a la decadencia moral-. Nada se deja, por supuesto, para la vida futura, desde que no se cree en ella. Se quiere gozar sin dilación de todos los bienes materiales del consumo. Se ha olvidado la disciplina estoica y el renunciamiento cristiano. Se sobrevive en el marco del legado impuesto por la dictadura cívico militar que tiene como base la mentira generalizada y la Constitución / Artilugio de 1980…
Los medios mediáticos mercuriales de (in) comunicación globalizados, controlados por la oligarquía empresarial farisea sofofa machacan día y noche distorsionando la vida cotidiana con un paraíso de la alegría que no acaba de llegar. Para mantener entretenida a la masa indolente, hay que ofrecerle: telebasura, violencia, crímenes, peloteos, rock &roll, vicios, drogas, pornografía, prostitución infantil. etc., y muchas mentiras / falsedades. Esto ha convertido a la reiteración de mentiras, en costumbre, en manera de ser / mentalidad. La mentira repetida muchas veces, se ha transformado en verdad oficial. El mentiroso / falsario se cree inventor de la distorsionada objetividad y la impone. El fabulador/ mentiroso, seudo comunicador social/ periodista mercurial y el político corrupto son individuos que sobreviven esclavos de sus propias mentiras. Carecen del sentido de la responsabilidad. Para estos individuos no cuenta la contradicción. Sus movimientos anímicos son la expresión de su pura arbitrariedad. No es posible discutir con ellos, menos aún dialogar. Una y otra vez, extraerá de su inconsciente lo inesperado. Son sus armas dialécticas. Su rol de manipulador está bien defendido no sólo por su sofofo patrón que le paga sus honorarios, sino, también por su desfachatez discutidora, por su falta de moral coercitiva y, en definitiva, porque para salir de cualquier atolladero tiene preparada nuevas series de falsedades. Lo tremendo de la mentira y de su actual apogeo en el Chile exitista y autocomplaciente, consiste en el olvido de que se está constantemente mintiendo y que finalmente el individuo mentiroso se cree sus propias mentiras. Es un hábito, una manera de ser.
¿Qué hacer? ¿Existe alguna medida que frene o al menos que cohíba a la clase politicastra corrupta y a los inefables comunicadores mercuriales? : ¡No! Mientras que con engaños se siga imponiendo la Constitución / Artilugio de 1980, y la educación impuestas por la dictadura fascista cívico militar. Sobrevivir en esta falsedad, con una indigencia educacional y cultural, con improvisadas reformas millonarias, fracasadas que sólo les ha permitido a los mercachifles sofofos de la educación amasar fortuna y a la clase politicastra tapar el sol con un dedo, la corrupción reinante, especialmente en CODELCO.
Nuevas elecciones les permite a los políticos corruptos candidatearse y vegetar en la penumbra. El escalpelo de “la justicia en la medida de los posible” no les alcanza. Sus vicios, es un simple reflejo de mentiras que infectan la moral colectiva.
Como si todo esto fuera poco, la clase politicastra y los medios mediáticos mercuriales de (in) comunicación globalizados prometen una vez más igualar abajo, no pudiendo hacerlo arriba, para seguir engañando a los ingenuos que voten.
Esta falsedad ha engendrado negatividades sin cuento: Una colectividad mentirosa es una sociedad paralitica, abocada a la inacción, a la pasividad, a la inhibición, etc: -Se ha preparado una cantidad de individuos de ambos sexos, de todas las profesiones, las ultimas en el marco de la indigencia educacional: Los propineros, los emprendedores-, que se suman al éxito en la arcadia de la alegría.
La mentira ha vencido. Aquí nadie cree en nadie y en nada. La mayoría de la gente sobrevive atemorizada, aterrorizada, y con el temor de ser en todo momento engañada. Son ya casi cinco décadas del infausto golpe militar fascista. Lo peor es que las gente ha caído en el fanatismo, terreno fértil para que los corruptos politicastros y la taifa militar castrense corrupta y los plumarios comunicadores mercuriales, una y otra vez, delirante, machaquen con sus campañas del terror. Eliminemos la mentira, aunque sea la mentira piadosa, inocente e inicua. Sólo de esa forma, terminaremos con la desconfianza, el miedo, la inseguridad que tanto perjudica a las gentes. En el fondo es el miedo a la verdad que para las mentes canijas, es triste e incluso áspera. Basta ya de eufemismo, la verdad duele una vez, la mentira toda la vida. Los hipócritas politicastros, la taifa corrupta castrense y los plumarios del oráculo mercurial ignoran que la verdad es la condición fundamental de la virtud, desconocen por ignorancia la reflexión por Apolonio: “de siervo es mentir, de libre es decir la verdad”… El tartufo mentiroso de sentimientos serviles, esclavo de mil amos de todos los cómplices de su mediocridad no entiende, porque no tiene la capacidad para hacerlo que, quien es desleal con la verdad no tiene por qué ser leal con la mentira.
Chilenos de corazón, no me queda duda, que a ustedes no les une el amor por la Patria, sino, el espanto de volver a tener una dictadura fascista cívico militar. ¿Será por esto que hay que defender la Constitución/ Artilugio de 1980, y votar, aunque esto signifique deshonrar la vida?
Con esperanza y memoria.
Prof. Moreno Peralta / IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
*La doble moral es enajenante, agresiva, inquisidora que los miserables dueños de la celestina universal, el dinero, esgrimen e imponen, y los cobardes pragmáticos contemporizadores burgueses, temen