Cuando el Partido Socialista despeja el camino para que transite un candidato que ponga fin al continuismo, rubrica un proceso abierto por Michelle Bachelet y que trajo tantas críticas de la derecha y un nutrido “fuego amigo” –sin desconocer los disparos a los pies del propio equipo gobernante-. Ni Lagos ni ningún otro continuista o representante de la política de los consensos obligados y/o voluntarios de la imposición aceptada del pinochetismo.
El Partido Socialista abrió las puertas al espacio que lentamente se abría en la sociedad y que también lentamente fue llenando el Frente Amplio.
Si de abrir puertas se trata, el gobierno de Michelle Bachelet fue la más importante.
¿A qué espacios conduce estas puertas que se abren?
La derecha lo sabe mejor que nadie. La derecha golpista cívico-militar lo grita en su campaña del terror. Tan segura como angustiada lo firma en un Acta que publica y envía “al cuerpo de SS.OO.MM.”: “…existen solo dos alternativas de gobierno, la continuidad del marxismo en la persona de Guillier y por consiguiente, la entrada directa a una dictadura marxista estilo cubana venezolana o la recuperación de la democracia a través del gobierno de Sebastián Piñera.”
“La familia militar ya sabe de ésto, lo vivió en la época de los 1000 días de Allende y la Unidad Popular, por tanto, en este caso puntual y por mucho que nos moleste y duela, salvar a Chile ya no es una conveniencia ni convicción, es con todo una OBLIGACION”…”se constituye en un deber el concurrir el 17 de diciembre a los locales de votación y emitir nuestro sufragio por el señor Sebastián Piñera.” A lo que Kast respondió y “Manifestó su convicción fundamentada en su Lealtad al mundo militar,”…y “Acepta ser nuestro representante ante el gobierno de Piñera y ser el canalizador de todas nuestras inquietudes.”
Pareciera que los únicos que aún no lo saben son aquellos dirigentes del Frente Amplio que piensan que los procesos sociales se identifican con los procesos políticos partidarios; piensan que un eventual triunfo de Piñera les permitirá desplegar una sólida política de oposición y vanguardizar el desarrollo futuro de las luchas de los trabajadores; algo así como agudizar las contradicciones.
La gran razón política que explica todo este despliegue lo constituye el resultado de las elecciones recién pasadas: ganó el cambio: Guillier y Beatriz Sánchez levantan distintas intensidades del cambio; el PS, que cerró las puertas al continuismo impuesto por la dictadura, desplaza a la Democracia Cristiana y se posiciona como el Partido mayoritario de la alianza con Guillier. La Democracia Cristiana con su tesis de la soledad para reconquistar el centro político y morigerar los cambios iniciados por Bachelet, pierde sus candidatos más derechistas y conciliadores: Zaldívar, Walker, Cornejo, León,… El PPD pierde a Tarud, El PS a Escalona y Andrade (este último buscando explícitamente el apoyo de sectores de la derecha). El Frente Amplio gana 20 escaños parlamentarios y obtiene con Beatriz Sánchez una espectacular votación que confirma lo asertivo de su programa de cambios.
Es tan poderosa la necesidad de los cambios que el propio Ossandón recrimina a Piñera y le exige al menos no plantear el retroceso en algunos cambios iniciados por el gobierno Bachelet. Ossandón lo sabe, lo aprendió siendo Alcalde: hay un agotamiento generalizado provocado por el estrangulamiento de los sectores sociales mayoritarios del país: niños sin futuro, ancianos con una jubilación de hambre, profesionales que se niegan a jubilar por la indefección económica que ello conlleva, profesores que arrastran deudas históricas, jefes de hogar estresados entre su trabajo, las deudas con el comercio, con las inmobiliarias, con las universidades… estudiantes y recién graduados pagando sus deudas bancarias por los créditos de estudio (CAE). Todo lo anterior en un paisaje social de colusiones empresariales, de compra de parlamentarios, de parlamentarios que se venden, de uniformados robando los recursos de sus instituciones, de portonazos y asaltos que obligan a mal refugiarse en los hogares… y unos medios de comunicaciones que amplifican planificadamente este caos para desprestigiar al gobierno, para ocultar sus propios desmanes. Así, Piñera pretende erigirse como el orden, la militarización de la Araucanía, el término de los cambios iniciados por el gobierno, el desmantelamiento del sector público (refugio de políticos), terminar con el enjuiciamiento de militares asesinos o corruptos, mantenimiento de cárceles privilegiadas para condenados por atropello a los derechos humanos…
El 17 de diciembre se juega en las urnas la apertura del tránsito de la gente sencilla por las grandes alamedas. Si usted no lo entiende así, ellos sí lo hacen.
(No permitamos que las familias que se destruyeron o desarticularon por el Golpe de Estado, que los abuelos retornados de un largo exilio, que los familiares de detenidos desaparecidos, de los ya viejos hombres y mujeres que sufrieron cárcel y tortura, terminen sus vidas bajo el gobierno de representantes de la dictadura y opresión que ellos combatieron y sufrieron. Merecen darle un sentido a sus vidas y a sus muertes: la dignidad del hombre sencillo).