Noviembre 15, 2024

Comercio exterior de América Latina y el Caribe crecerá un 10% en 2017

América Latina y el Caribe con un débil aumento del volumen exportado lograrán un crecimiento de 10% en el valor de sus envíos de bienes al exterior, dejando atrás media década de caídas de los precios de su canasta de exportación.

 

Así lo estima la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) al dar a conocer su informe anual Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2017 en la sede regional de Santiago de Chile.

 

El documento (anteriormente conocido como Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe), señala que las importaciones de la región también se recuperarán, tras cuatro años de caídas de su valor, ya que se proyecta que crezcan un 7% en 2017.

 

En el repunte del comercio de América Latina y el Caribe, ha contribuido el mayor dinamismo de la demanda agregada en algunos de sus principales socios comerciales, la recuperación del crecimiento en la propia región —que se espera crezca 1,2% en 2017 y 2,2% en 2018, tras dos años de recesión—, el mayor precio de varios de sus productos básicos de exportación, y el desmantelamiento de restricciones arancelarias y no arancelarias en algunos de sus países, aún cuando todavía se observa una alta dosis de incertidumbre en el ámbito macroeconómico, tecnológico y geopolítico a nivel internacional.

 

Según el documento, la recuperación de las exportaciones regionales estará liderada en 2017 por los envíos a China y al resto de Asia (23% y 17% de aumento en valor, respectivamente), mientras que los envíos destinados a Estados Unidos y a la propia región tendrán una expansión cercana al promedio (9% y 10%, respectivamente) y las ventas a la Unión Europea serán menos dinámicas (con un 6% de aumento).

 

En cuanto al comercio al interior de la región, se espera también un repunte en todas sus subregiones, especialmente en América del Sur.

 

Para el año, en su conjunto, se proyecta un crecimiento del valor de las exportaciones intrarregionales de un 10%. El peso de éstas en los envíos totales de la región al mundo alcanzaría un 16,8%, nivel inferior al máximo de casi un 22% alcanzado en 1994.

 

El estudio agrega que el comercio intrarregional ofrece un gran potencial para las exportaciones de manufacturas y, en general, de productos de mayor elaboración.

 

“Esto pone de relieve la urgencia de profundizar la integración regional, más aún considerando el reciente giro de la política comercial de los Estados Unidos y la incertidumbre asociada a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, señala el documento.

 

En el actual documento, la CEPAL analiza además el desempeño del comercio de servicios modernos de la región, es decir, aquellos de alto valor agregado e intensivos en el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs).

 

En esta categoría se incluyen, entre otros, los servicios de telecomunicaciones, informática, los servicios financieros, los seguros y servicios de pensiones, las regalías por el uso de propiedad intelectual y diversos servicios empresariales ya que varias de estas actividades ofrecen a los países de la región, interesantes oportunidades de atracción de inversión extranjera, por ejemplo la que esta vinculada a procesos de outsourcing.  

 

Según Perspectivas, en este ámbito América Latina y el Caribe sigue siendo un actor marginal. Su participación en las exportaciones mundiales del total de servicios en 2016 fue de apenas un 3,1%, comparada con un 5,6% en las exportaciones mundiales de bienes. Específicamente, su cuota en la exportación de servicios modernos fue de solo 1,8%.

 

Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante la conferencia de prensa en la que se presentó el informe expresó que “el dinamismo exportador de la región depende de la puesta en marcha de políticas públicas activas de largo plazo. Se necesitan también estrategias público-privadas con objetivos claros para promover el capital humano y el ecosistema digital, incentivar las exportaciones y la atracción de inversión extranjera directa, así como profundizar la integración regional en servicios”.

 

En su tercera parte, el documento aborda los desafíos de América Latina y el Caribe frente al comercio agropecuario mundial constatándose que la región en su conjunto, es exportadora neta de productos agrícolas.

 

El peso del sector agropecuario en las exportaciones regionales ha aumentado fuertemente en este siglo, pasando del 17% en 2000 al 26% en 2016 y la participación de la región en las exportaciones agropecuarias mundiales, también se ha incrementado aunque en menor medida creciendo del 10% en 2000 al 13% en 2016.  

 

En este sentido, el organismo regional de las Naciones Unidas destaca que las exportaciones agropecuarias de América Latina y el Caribe mostraron una resiliencia mayor que sus envíos totales en el período 2012-2016, el de peor desempeño exportador de la región desde la década de 1930 ya que mientras que en tal período el valor de las exportaciones agropecuarias regionales disminuyó solo un 1%, la contracción del total de sus exportaciones fue de un 21% como resultado de cuatro años consecutivos de caídas.

 

Las cifras incluidas en el estudio muestran una alta heterogeneidad en la región. En el último decenio, América del Sur ha originado en promedio el 80% del valor de las exportaciones agropecuarias de toda la región, México el 11%, Centroamérica el 7% y el Caribe solo el 1%. La canasta exportadora regional está claramente dominada por los productos básicos como el azúcar, el café sin tostar ni descafeinar, los porotos y tortas de soja, el maíz y la carne bovina congelada. Por el contrario, la región presenta un pobre desempeño exportador en productos elaborados.

 

Para CEPAL, la alta concentración actual en materias primas impone el urgente desafío de liberar de las commodities a la canasta de exportaciones, tal como ocurre en otros sectores vinculados con los recursos naturales. Para ello, resulta indispensable desarrollar atributos diferenciadores, tales como calidad, marca, trazabilidad, inocuidad y certificaciones internacionales (de producción orgánica, comercio justo o baja huella ambiental, entre otras), que permitan alcanzar precios más altos en los mercados mundiales, indica el organismo.

 

Asimismo, se requiere generar condiciones más propicias para procesar en la región aquellos productos que hoy se exportan casi exclusivamente en forma bruta. Para todo ello resultan indispensables políticas industriales más activas, implementadas en el contexto de alianzas público-privadas.

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