Noviembre 15, 2024

AUTOPSIA: conviviendo con la Hidra

La problemática social no se excluye de la ciencia y de la investigación y la función del científico social se centra en conocer las causas de los problemas sociales, que enfrenta la sociedad contemporánea y colaborar, en la búsqueda de soluciones.

 

 

Uno de los grandes problemas que enfrenta la investigación social es que los hechos sociales, no pueden reproducirse en laboratorios por ser únicos e irrepetibles. Entonces, la investigación social, constituye el proceso en el que se aplica el método y las técnicas científicas al estudio de situaciones o problemas de la realidad social y esto involucra la creación de conocimiento sobre las instituciones, los grupos, las personas a partir de sus relaciones sociales.

 

Hay que considerar que la realidad social, es un producto humano y como tal no está sujeta a leyes inmodificables, sino a grandes tendencias institucionalizadas de comportamiento que varían con el tiempo y con las diferentes culturas. La realidad social es incierta en esencia porque, como producto cultural, el ser humano también puede transformarla.

 

Es en ese contexto, en que el sociólogo Alberto Mayol, junto a editorial Catalonia, publicó el año pasado “Autopsia. ¿De qué se murió la elite chilena?, en el cual analiza un fenómeno social que se ha estado dando en Chile como es, la rebelión de la ciudadanía en contra de las elites políticas, esas minorías  cuya influencia en la sociedad está siendo cuestionada al punto, que hoy es impopular ser de la elite.

 

En su libro, Mayol pretende realizar una autopsia de este problema social, con el ánimo de realizar una disección, con el fin de obtener información privada anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad que sufrió en vida las elites para luego formular un diagnóstico médico final o definitivo para dar una explicación de las observaciones clínicas dudosas y evaluar un tratamiento dado o bien, entender las causas de su muerte.

 

Una de las claves de esta crisis de las elites, es que desconocen los problemas de la sociedad y no plantean soluciones ya que se encerraron en si mismas y las viejas elites, no han permitido que nuevas generaciones accedan al poder ingresando con ellas, una renovación en las ideas.

 

Por lo anterior, las elites económicas y políticas, tienen secuestrada la discusión, simplificándola, condenando a los que no piensan como ellos y haciendo parecer que toda renovación o modificación al status quo, es “el acabo mundo”, un arrebato de locura o una intervención del diablo y tratan de bloquear los cambios argumentando que si lo que se está haciendo hasta ahora, está bien hecho ¿para que cambiarlo?

 

Al mirar hacia nuestra sociedad, Mayol muestra a una elite que se ha encerrado en sí misma, que cree que dialoga con otros en sus centros de estudios, seminarios o en las redes sociales, pero que hace rato sólo conversa consigo misma.

 

Es la elite que vive aislada en sectores exclusivos de la ciudad, con muros cada vez más altos y más seguridad a su alrededor, que estudia en sus propios colegios y universidades, que se fue del centro y trasladó sus oficinas cerca de sus casas y que se bajó del Metro cuando lo echó a perder el Transantiago. Es una elite que rara vez se encuentra con los distintos, sino más bien los observa con temor a la distancia.

 

El libro de Alberto Mayol aborda esa problemática social, sin embargo la sólida argumentación no entrega la respuesta a la pregunta que abre el libro.

 

Lo más probable, es que el autor se refiera a la antigua elite política, a la transicional que  se quebró con la irrupción de la comunicación digital y las redes sociales, demostrando nula capacidad de adaptarse a esos cambios tecnológicos e incapaz de entender que esos medios distribuyeron la participación de la ciudadanía,  revolucionando la participación social porque muchas personas que nunca habían tenido la posibilidad de expresar su opinión o ser parte de los cambios que se producen en nuestra sociedad, lograron hacerse oír. Esto es algo que no queda muy claro en el libro.

 

Ahora bien, también es difícil que la elite muera, porque al igual que la Hidra de Erna, posee la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que le corten. Entonces, la pregunta que cabe hacerse es por qué mutó y cómo cambió, no de qué se murió ya que debido a sus condiciones de vida y de herencia ella no necesita a nadie para vivir, solo se necesita a si misma para subsistir donde el peso de su origen sobre la posición que tengan en el futuro, es demasiado fuerte lo que anula el efecto de todas las variables que puedan influir en su posición futura.

Ahora bien, la pregunta es por qué actualmente es tema; por qué vemos sus fracturas internas en la prensa; por qué sus líderes se convirtieron material para chistes o bien, el objetivo de juicios.

 

Frente a este término de una etapa y nacimiento de otra elite cabe preguntarse cómo será y qué rol pueden cumplir los impugnadores, los nuevos movimientos políticos y qué rol les cabe a los tradicionales.

 

 

Ante la evolución de nuestra sociedad, solo será el tiempo el que responderá a estas y otras interrogantes.

 

 

 

 

 

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