Fue la prueba nuclear más grande jamás realizada por Corea del Norte, que acaparó las portadas alrededor del mundo, pero las consecuencias de las amenazantes acciones de Kim Jong-un resultaron más bien acotadas en los mercados. El “gran líder” norcoreano, tras un año de intensas pruebas de misiles, parece haber perdido su impacto, lo que obedece en parte a las condenas que ha recibido de sus viejos aliados: China y Rusia.
En ese marco, el movimiento más brusco se observó en el Kospi surcoreano, con una caída de 1,19%, mientras que el índice que mide su volatilidad en los mercados de ese país, presentó un aumento de 14%.
El oro, refugio por excelencia, siguió su tendencia al alza con incremento de apenas 0,68%, lo que lo dejó en su nivel máximo desde noviembre de 2016. El dólar se depreció frente al yen y el euro, mientras que los indicadores del viejo continente cerraron con pérdidas moderadas (ver nota de mercados en página 16).
Todo esto, a pesar de que ayer Chang Kyung-soo, jefe interino de la oficina de planificación de políticas del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, dijo a los legisladores de su país que los vecinos del norte estaban preparando más lanzamientos de misiles.
Amenaza bajo control
“Mientras China siga apoyando al resto de la comunidad internacional en sancionar, al menos verbalmente, el comportamiento de Pyongyang, la tensión proveniente de las pruebas balísticas y nucleares que está realizando Corea del Norte no debería tener un impacto material en el mercado”, indicó a PULSO Anthony Mlynarz, gerente de inversiones de MCC.
De hecho, ayer en el marco de la cumbre de los BRICS, los países del bloque emergente firmaron la “Declaración de Xiamen”, ciudad sede del encuentro, en la que se leía: “Expresamos una preocupación profunda con la tensión constante y con la cuestión nuclear prolongada en la península coreana”, alineándose así con la postura china y rusa, que llaman al freno de las pruebas militares tanto por parte de Pyongyang como de Seúl y Washington.
“La prueba nuclear hace más probable una mayor cooperación china con las sanciones de la ONU, aunque probablemente no quiera poner en peligro el bienestar económico y la estabilidad”, indicó, Alison Evans, jefa adjunta de la Oficina de Asia Pacífico en IHS Country Risk.
Así, Julia Coym, analista senior para Asia de Control Risks, afirma que es poco probable que se llegue a un enfrentamiento armado. “El alto costo potencial de la guerra hace que ambas partes tengan menos probabilidades de provocar una escalada militar seria”, argumenta.
Surcoreanos y estadounidenses. En tanto ayer, Donald Trump y su par de Corea del Sur, Moon Jae-in, acordaron en una conversación telefónica “maximizar la presión” sobre los norcoreanos. “El presidente Trump también dio su aprobación en principio a la iniciativa de Corea del Sur para levantar las restricciones en sus capacidades de carga útil de misiles y también proporcionó su aprobación conceptual para la compra de miles de millones de dólares de armas y equipos militares de EEUU por parte de Corea del Sur”, detalló la Casa Blanca en un comunicado.
Sin embargo, las palabras del mandatario estadounidense tampoco han tenido resonancia en los mercados. “La sugerencia del presidente Trump de que cortaría todo el comercio con los países que comercian con Corea del Norte es una amenaza vacía cuando se trata de China”, aseguró en una nota a sus clientes Julian Evans-Pritchard, economista para China de Capital Economics.