El presidente de Bolivia, Evo Morales, opina que su homóloga chilena, Michelle Bachelet, sufre mucho sobre cómo comenzar el diálogo sobre la disputa marítima.
“El diálogo siempre está abierto (…) Cada vez hablamos del diálogo (…) Siento que ella tiene buenas intenciones para el diálogo, pero algún grupo de Chile rodea a la presidenta (…) Imagino que sufre mucho sobre cómo empezar el diálogo”, indicó Morales en una entrevista exclusiva concedida al diario boliviano El Deber.
En declaraciones publicadas el martes, Morales comentó que Bachelet avanza poco en el diálogo sobre la demanda marítima de La Paz —interpuesta ya en La Haya— posiblemente por “una política de Estado” o quizás ella “está secuestrada por un grupo de oligarquías que vienen del pinochetismo”, añadió, esperando que no se equivocara al respecto.
El mandatario boliviano señaló que la presidenta chilena le planteó “evidentemente” suspender la demanda, pero “yo dije sí, sin suspender podemos empezar el diálogo, y si hay garantes para el diálogo, y hay tiempo determinado, seguramente de manera automática se suspenderá la demanda. Porque La Haya pide resolver todo el problema con el diálogo”, recordó Morales.
En un intento por mantener el diálogo, Morales no descarta el papel del Papa Francisco como mediador, entre otras personalidades y otros organismos internacionales.
En otro momento de sus declaraciones, el presidente boliviano lamentó que se siente solo tanto en el Mercado Común del Sur (Mercosur) como en toda la región, representando un Gobierno antiimperialista, como Venezuela solo con Nicolás Maduro y Cuba solo con Fidel Castro (1959-1976) por medio siglo.
Al reiterar su apoyo al Gobierno de Maduro ante los disturbios auspiciados por la oposición venezolana, Morales denunció que la democracia está siendo utilizada para “justificar” una intervención norteamericana en el suelo bolivariano.
La derecha venezolana, desde hace tiempo, ha declarado su disconformidad contra Maduro, al reclamar en vano un referéndum revocatorio contra el mandatario, ya que a su juicio, el chavista había conducido a Venezuela a una situación grave, tanto en lo económico como en lo social.
Al ver que sus exigencias no se cumplían, la oposición se declaró en rebeldía contra cualquier decisión gubernamental, en esto, incluso buscó ayuda extranjera para presionar a Maduro.