Cuando ya han transcurrido 10 años desde el inicio de la crisis financiera global conocida como crisis de las “hipotecas subprime”, y casi 7 años desde las propuestas de reforma de la regulación bancaria del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, publicadas en diciembre de 2010 y conocidas como “Basilea III”, después de muchas postergaciones el gobierno envío a la Cámara de Diputados un proyecto de Nueva Ley General de Bancos.
El pasado 1° de agosto, una delegación del directorio de la Confederación de Sindicatos Bancarios y Afines encabezada por Andrea Riquelme, la presidente de la organización gremial, asistió invitada a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, para entregar las opiniones de la organización sindical sobre el proyecto de Nueva Ley General de Bancos.
El Proyecto no enfrenta la grave concentración financiera
Hicimos ver nuestra opinión sobre varias materias que el proyecto no enfrenta, entre ellas, la excesiva concentración de la banca chilena, en la que tres instituciones controlan cerca del 70% de las colocaciones, y más del 70% de las utilidades, si se considera a los cinco bancos más importantes la concentración llega al 90%. En este sentido subrayamos la importancia de fortalecer una banca pública que incorpore criterios de fomento y desarrollo, sin limitarse a reproducir la búsqueda del lucro máximo propio de la banca privada. También nos parece importante que la nueva ley promueva entidades bancarias de propiedad social, como las cooperativas de Ahorro y Crédito, que el Estado debería impulsar.
También expresamos nuestra oposición a la participación de los bancos en el negocio de las AFP, una industria que ha fracasado en dar pensiones siquiera ligeramente suficientes a nuestros adultos mayores, y tremendamente deslegitimada.En cualquier caso consideramos inconveniente que los bancos, cuya actividad está basada en la fe pública, participen en una industria tan cuestionada como las AFP, que el grueso de la ciudadanía desea ver desaparecer.
La nueva ley fusiona las superintendencias de Valores y Seguros con la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras en una nueva Comisión de Mercado Financiero. Nosotros hicimos ver que no compartimos la fusión propuesta, porque estas instituciones tienen mandatos y cumplen funciones distintas, señalamos que nos parece necesario que una institución superior sirva de nexo, coordine e intervenga entre ellas, y que tome medidas cuando alguna materia no contemplada quede fuera del ámbito de las superintendencias antes mencionadas. Esto último nos parece pertinente en un negocio en rápida evolución tecnológica, en que las fronteras definidas se están desdibujando y otros actores entran a negocios tradicionalmente bancarios como el crédito, o la captación de recursos para la inversión.
El proyecto de nueva Ley General de Bancos permite la flexibilidad horaria.
Hay un punto que preocupa particularmente. La amplia flexibilidad discrecional para la jornada laboral bancaria que la nueva ley permite a los bancos fijar sus horarios de apertura y trabajo.
Actualmente el artículo 38 de la Ley General de Bancos , señala que “Corresponderá al Superintendente fijar (…) el horario para la atención del público en el Banco del Estado de Chile y en el resto de los bancos, debiendo ser uniforme para todas las oficinas de una misma localidad.”
El proyecto de ley de bancos, en cambio, señala que “Corresponderá a la Comisión fijar mediante norma de carácter general, el horario mínimo para la atención del público del Banco del Estado y en el resto de los bancos, debiendo ser uniforme para todas las oficinas de una misma localidad.”.
El cambio termina con una conquista importante de las condiciones de trabajo de los bancarios, ya que abre la puerta para la flexibilidad de días y jornadas laborales, lo que es altamente perjudicial para la calidad de vida de los trabajadores y sus familias.
Esta flexibilidad es innecesaria toda vez que la automatización de cajeros, transferencias electrónicas, atención remota y servicios digitales permiten la atención continua y la mantención de la cadena de pagos incluso cuando los bancos están cerrados.
Señalamos a la Comisión de Hacienda que pensamos que la flexibilidad horaria permitida en el proyecto de la nueva ley se puede traducir en un importante deterioro de la calidad de vida del trabajador bancario y sus familias.
En la sesión estaba presente Bernardita Piedrabuena, en representación del Ministerio de Hacienda, Coordinadora de Mercado de Capitales y Finanzas Internacionales, quien consultada por los diputados sobre este punto después de nuestra intervención, reconoció que efectivamente el proyecto libera los horarios de la banca, que quedarían sujetos a la jornada legal de trabajo, en las condiciones generales de la ley laboral.