Los cortes reiterados de electricidad a miles de hogares en Chile acaba de abrir un interesante debate sobre ¿Quién debe controlar estas empresas? ¿Los privados o los trabajadores y usuarios del sistema?
El mal servicio que entregan estas empresas se da a pesar de que en Chile se pagan las tarifas más caras de América Latina y que aca también es donde estas compañías obtienen las mayores ganancias, incluso más que en sus países de origen, como es el caso de Enel, que el año 2016 las utilidades de esta compañía llegaron a la no despreciable suma de $141.499.466.000, solo en ese año las utilidades de la empresa se incrementaron en un 211%.
Una situación muy distinta es la que tienen los trabajadores dado que el 80% de los que laboran en ellas hoy están subcontratados, o sea, de cada cinco solo uno es de planta. Lo que nos demuestra esto es que estas compañías usan la tercerización para disminuir los costos, en otras palabras a costa de la precarización de sus empleados ellos aumentan sus enormes ganancias.
Pero inevitablemente la precarización de los trabajadores afecta a la calidad del servicio que estas empresas entregan a los usuarios de este suministro básico para la población, esto es lo que nos ha tocado sufrir en los últimos meses, que ante pequeñas lluvias o una nevazón pequeña igual terminamos con el suministro cortado por varios días, con los enormes problemas que esto crea para la población en general y de alta gravedad en el caso de personas que dependen de algunos aparatos eléctricos para seguir viviendo, como es el caso de los enfermos electro dependientes.
La explicación que nos dieron cuando se privatizaron estas empresas era que los privados eran más “eficientes” que el Estado manejando estas empresas, algo que podemos ver no puede estar más lejos de la realidad, quien no recuerda las enormes lluvias que teníamos antes en Santiago, cuando el Mapocho de desbordaba y se llevaba autos y puentes en su cauce y nunca se nos cortaba la luz, en esos tiempos las empresas eléctricas estaban en manos del Estado.
La empresa Enel por otro lado está ofreciendo una compensación miserable de 25 mil pesos, como una forma de aminorar o acallar a los usuarios que tuvieron que sufrir esta situación, esto no pasa de ser una nueva burla de esta empresa contra los chilenos que tenemos que sufrir la avaricia y mal servicio que entregan.
El gobierno y los parlamentarios hasta ahora prácticamente no se han pronunciado sobre esta situación a pesar de la gravedad de los hechos ocurridos ¿Cómo se puede explicar esto? Para eso tenemos que leer cuales son las principales empresas que han financiado las campañas presidenciales y de parlamentarios en Chile, para encontrar una explicación para este silencio.
Estas empresas claramente funcionaban mejor cuando estaban en manos del Estado y además debemos recordar la forma fraudulenta en que fueron traspasadas a los privados que solo se han dedicado a ganar plata y han realizado cero inversiones para mejorar el servicio a pesar de los enormes costos que pagamos en el país por este servicio.
Está claro que tenemos que exigir y luchar porque estas empresas vuelvan nuevamente a manos del Estado, las empresas de servicios básicos deben ser re-nacionalizadas y deben estar bajo el control de los trabajadores y los usuarios de estas.
Celso Calfullan