Noviembre 15, 2024

DC chilena: el grave error de Ángela Merkel

La Canciller de Alemania, Angela Dorothea Kasner, después Angela Merkel (manteniendo el apellido de su primer esposo), no conforme con su permanente intervención en países europeos, se ha propuesto una política de clara intervención en Chile, uno de los pocos países del mundo donde aún existe, como en Alemania, un Partido Demócrata Cristiano.

 

En conversación reciente con la candidata Goic, que la visitó en Berlín, insistió en que la DC chilena debía llevar candidato propio en las elecciones de noviembre.

Ya en septiembre del año pasado le había dicho lo mismo, en clara intervención en los asuntos internos de Chile.

Clara intervención que no avergüenza a los DC chilenos, duros y permanentes críticos del “seguidismo” de los comunistas chilenos con respecto a Moscú, en tiempos de la URSS. Un “seguidismo” ése en el que nunca les dijeron públicamente qué hacer en una elección presidencial.

 

En Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, la DC ha desaparecido o está desapareciendo. En Venezuela, donde fue grande con el nombre de Copei, es un grupo subordinado a la vanguardia opositora que busca hoy derribar el gobierno de Maduro y colocar en la cabeza, porque “no hubo otra salida” dirán, a un sector pinochetista de las fuerzas armadas que pronto aparecerá, lo están esperando.

 

El único partido alemán a la derecha de la DC de Merkel es la Unión Social Cristiana de Baviera, siempre mayoritario en la región de Baviera pero de representación mediana en el total de Alemania, alrededor del 10 por ciento del electorado. Como “La Izquierda”, heredera del Partido Socialista Unificado que gobernó la RDA, y “Los Verdes”, también de izquierda. El otro gran partido alemán es el Partido Social Demócrata, de votación parecida a la de la DC alemana.

 

La DC alemana de Merkel ha hecho permanentemente alianzas hacia su derecha con la Unión Social Cristiana y eventualmente hacia el centro con la Social Democracia. Excepcionalmente hacia la izquierda con “Los Verdes”. Pero nunca se ha aliado con “La Izquierda” alemana.

Merkel y los dirigentes de “La Izquierda” alemana se conocen bien. Ella vivió en la RDA (Alemania del Este) 35 años y militó en la Juventud Libre Alemana, organización de masas de la Alemania comunista.

 

La pequeña diferencia entre la DC alemana y la DC chilena hoy es que la DC de Merkel marca más del 30% y la DC de Goic marca el 2% y, si le va bien, marcará el 5%. No tiene apoyo ciudadano sino para ser cola de león. Su extraña decisión de ser cabeza de ratón… a los 60 años, la tiene en la UCI.

 

La intervención de la DC de Merkel en Chile ha sido negativa no sólo para el centro político chileno (que se quebró) sino para las aspiraciones del partido de Goic que nunca en su historia marcó tan poco apoyo ciudadano y parece haber entrado en una encrucijada parecida a la de la disolución.

 

El error de Merkel ha sido uno de los más grandes en su ambiciosa política internacional.

 

Recién, el 24 de julio, después de un portazo dado por el Partido Radical a la DC negándose a una lista común al Congreso, el señor Matías Walker, vicepresidente de la DC, señaló “Éste es el fin de un ciclo histórico, que ha dado gobernabilidad a Chile”. Tarde, y son lágrimas de cocodrilo. Hace mucho rato que se sabe en Chile que eso debía suceder.

 

Hace siete meses publicamos una columna – “DC: Garúa en Berlín y se divide el centro político en Chile” – en la que señalábamos que la aceptación en Chile de la política de Merkel llevaría a lo que llevó.

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