Las imágenes reiteradas con que la prensa televisiva asocia a los niños institucionalizados -entiéndase “niños Sename”- provocan miedo en la gente: las imágenes muestran principalmente al niño delincuente. Por ende, consciente o inconscientemente, la reacción de la gente es de rechazo e incluso de repulsa, especialmente en quien haya sido víctima de la delincuencia, y en Chile seis de cada 10 personas han sido víctimas directas o indirectas de la delincuencia.
Al respecto consúltese: Sondeo revela que uno de cada dos negocios del país ha sido víctima. Encuesta: Chilenos sienten que aumentó la delincuencia – Cooperativa. www.cooperativa.cl/noticias/
No me parece correcto. No es correcto el tratamiento que le da la presa televisiva (incluso en prestigiados y galardonados programas de periodismo investigativo) a la situación de los niños que han vivido o que viven en situación de protección institucional.
La prensa televisiva, y sus consiguientes áreas de prensa, al meter a todos estos niños en imágenes unilinealmente asociadas a cárceles de menores, a niños fugados de éstas, a delincuencia infantil, a portonazos, a niños asaltando con armas un negocio, a asesinatos incluso, distorsiona la percepción pública, pues , valiéndose del poder de esas imágenes tendenciosas, fabrica en el imaginario colectivo de la población no empatía sino rechazo, incluso miedo pues más que presentar a los niños institucionalizados como víctimas (como lo que son) los presenta al mundo como vitimarios, como delincuentes, pues esas imágenes remiten en general a pura delincuencia.
Esta forma de tratar la noticia referida al Sename o a niños de hogares de menores, por parte de la prensa televisiva, ¿es ingenua, es inocente? ¿Hay aquí una preocupación genuina por la tragedia de los niños institucionalizados, por ejemplo por los del Sename? ¿O más le preocupa y se ocupa de explotar y exacerbar de manera mal disimulada los miedos (porque el miedo vende más), fundados o fabricados, que afectan a un porcentaje alto de la población chilena, como señalan las encuestas citadas precedentemente? ¿Le hacen de verdad un favor a las víctimas del Sename, a la la necesidad de restaurar la dignidad vulnerada de estas niñas y niños? ¿Hay de verdad un tratamiento cuidadoso y respetuoso con esos cientos de niños invisibilizados por décadas, por parte de esta prensa; niños y niñas que han sido institucionalizados (maltratados, torturados, asesinad@s, invisibiliza@s) pero que en su abrumadora mayoría no son delincuentes ni nada parecido sino que cargan
el único pecado de ser pobres? ¿Promueven de verdad la empatía del televidente con esa mayoría de niñas y niños que en Chile han debido ser internados únicamente por ser pobres y por necesidades de protección socioafectiva y que no tienen nada que ver con portonazos, asesinatos, asaltos, bandas juveniles, tráfico y consumo de pasta base en la esquina, peligros e inseguridad para la sociedad?
El tratamiento que la tele le da a la tregedia de l@s niñ@s del Sename (basta examinar la web para comprobarlo), en resumidas cuentas, ¿no logra acaso reforzar la sensación de inseguridad, de miedo, de peligro inminente (en buena medida fabricado por la propia tele y cierta prensa escrita sensacionalista y morbosa) de que en tu propio living uno de ellos -fugado de algún centro del Sename- degüelle a tu esposa frente a tus propias narices?
Las interrogantes que me planteo son pertinentes pues las imágenes que difunde la tv cuando aborda el caso Sename o de niños internados son tendenciosas (imágenes que la tele dispara en ráfagas y que, como se sabe, se incrustan no solo en el consciente sino de manera más poderosa en el inconsciente): esas imágenes no presentan al televidente a unas víctimas sino a unos VICTIMARIOS. A niños delincuentes. Y esto es brutalmente injusto para esa abrumadora mayoría de niñ@s de origen pobre, que no le hacen daño a nadie, que sufren en estos albergues a manos de sus verdugos y que no tienen absolutamente nada que ver con delincuencia infantil y juvenil.
Noé Bastías
Profesor de Filosofía
Exniño interno del Cañaveral