Diciembre 27, 2024

Ossandón y el Chile conservador

“Más vale tarde que nunca”: a fin, la Presidente Michelle Bachelet se decidió incluir en su Cuenta anual, el anunció del envío del proyecto de ley de matrimonio igualitario que, ojalá le  dé urgencia para que sea aprobado durante su período.

 

 

 

Chile ha sido siempre un país en extremo conservador, por ejemplo, en domingo 4 de junio,  en el programa Tolerancia 0 – que cuenta con un panel menos mejor que el clásico – y el de las Radios Zero y Duna, del lunes 5 de junio, Ossandón fue el invitado principal. Me gusta Ossandón porque se atreve a decirle “Pan Pan, vino vino, a Sebastián Piñera, que tiene más cuitas con respecto a la probidad que el Presidente peruano PPK, el argentino Mauricio Macri o el brasilero Michel Temer.

 

En los  temas mal llamados valóricos – algunos sólo miran de la cintura para abajo y  no los verdaderos problemas humanos que existen, como el aborto, el matrimonio igualitario, la eutanasia, la muerte dulce, el consumo de droga, el micro tráfico -. Había que ver la cara de asombro que mostró el cardenal Ricardo Ezzati cuando escuchó de  boca de la Presidenta Bachelet al impulsar el matrimonio igualitario, pues que se casen hombres con hombres y mujeres con mujeres es como Sodoma y Gomorra. Que se apruebe una  ley que solamente elimine la prisión para las mujeres que practiquen el aborto sólo por tres causales – violación, inviabilidad del feto y peligro de vida de la madre – es, nada menos, que un asesinato, y poco les importas a ciertos curas asistir a asesinatos del Estado, por medio de la pena de muerte. (Bendecir armas para matar)

 

En estos temas sociales y que importa más a la ciudadanía que la misma política, Manuel Ossandón es el mejor retrato del mundo conservador: defendió al degenerado sexual Fernando Karadima; se declaró contrario a entregar la “píldora del día después, cuando  se desempeñó como alcalde, tanto en Puente Alto y Pirque; tampoco es partidario del aborto en las tres causales, y mucho menos, pienso, en la eutanasia.

 

Ossandón, para diferenciarse de Piñera, a quien califica de un neoliberal sin mucha moral,  se define como socialcristiano, aun cuando de verdad, está más cercano del “syllabus”,  es decir de la condena de todos los “errores” del mundo moderno.

 

Este pensamientos conservadores del candidato, además de su ignorancia en muchos nacionales e internacionales, se constituyeron en “pan caliente” para los periodistas, que lo hicieron pebre  con las típicas preguntas de quienes pretenden estar bien informados en todos  los temas.

 

Para diferenciarse de Piñera, Ossandón recurrió a su “experiencia” y contacto directo con los pobladores cuando fue alcalde, y pretende convertirse en baluarte de los pobres de Bajos de Mena, en Puente Alto. Por el contrario, Piñera domina muy bien las finanzas, contar billetes, legar millones de dólares a sus nietos, aún menores de edad, y colocar su dinero en paraísos fiscales y, sobre todo, engañar a los tontos que creen que sabe mucho de economía, pero lo único que domina a cabalidad son negocios bursátiles.

 

Afortunadamente, cada día los chilenos están cambiando de mentalidad, y el predominio de los conservadores, sean católicos,  protestantes o de otras religiones son,  cada vez más, minoritarios.

 

Aunque la encuesta CEP sea muy discutible en su validez metodológica, en algunas preguntas demuestran este cambio de mentalidad: con respecto al aborto, por ejemplo, el 21% se pronuncia en que debe ser una opción para las mujeres, en cualquier caso, y el 49% en casos especiales – las tres causales -.

 

Respecto a la eutanasia, el 14% dice que debe estar siempre permitida y, el 57%, en favor en casos especiales. El matrimonio entre personas del mismo sexo, el 39% está muy acuerdo y, solamente, un 40%, en desacuerdo. El 37% opina que las personas del mismo sexo pueden cuidar los niños tal como lo hace una pareja heterosexual.

 

Hay que reconocer que, aunque lentamente, estamos dejando de lado el Chile conservador, que algunos políticos erróneamente llaman “valóricos”, cuando son los verdaderamente fundamentales para definir la vida social de un país.

 

Sabemos que aún restan temas fundamentales que la sociedad requiere enfrentar, como por ejemplo, una mejor y real acogida a los  inmigrantes,  sobre todo vienen en búsqueda de mejores condiciones de vida, entre ellos los haitianos, sin  considerar que fue el primer pueblo que se liberó de la esclavitud en América y que su aporte es muy valioso, especialmente en el plano artístico.

 

Sería loable que, de una vez por todas, los mapuches,  los aimaras, los Rapanui poseen lengua, cultura idiosincrasia y costumbres ancestrales y que constituyen verdaderos pueblos. ¿Por qué no pensar, por ejemplo, en un parlamento Rapanui, o bien, declarar la Araucanía como una región autónoma, como con los pueblos originarios en Canadá, Nueva Zelanda y otros países? Antiguamente, 6 diputados mapuches conformaron una bancada, y hoy hay varios municipios con alcaldes mapuches. ¿Por qué no estatuir una cuota parlamentarios de pueblos originarios.

 

Por desgracia, existe el riesgo de que Sebastián Piñera pudiera convertirse en el próximo Presidente de Chile para su segundo mandato, lo cual significaría un retroceso considerable en los avances logrados hasta, pues baste pensar que la UDI es el baluarte de la reacción, encabezada por Piñera, y que estos  cambios progresistas sufran una regresión que nos lleve al Chile conservador del pasado.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

 

05/06/2017    

 

 

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