Noviembre 15, 2024

Debate Alberto Mayol y Beatriz Sánchez: mucha inteligencia y poca emoción

Para el filósofo Platón el político en la democracia griega era un sofista demagogo, que debe hacer uso del teatro para motivar, incentivar y convencer a sus seguidores; sin pathos, sin voluntarismo y sin emoción la política carece de sentido: junto al pesimismo de la inteligencia tiene que coexistir el optimismo de la voluntad – sólo un ignorante, como el candidato Sebastián Piñera puede confundir a V.I Lenin con J. Goebbels -.

 

 

Alberto Mayol es un intelectual de alto calado, y en 2011 anunció a través de libros y conferencias el fracaso del modelo neoliberal en Chile. Este sociólogo, analista político y profesor de las Universidades de Chile y de Santiago estuvo y está muy relacionado con los movimientos sociales, además, es cofundador del Frente Amplio y, junto a Carlos Ruiz, uno de sus intelectuales orgánicos; en una palabra, Mayol es un buen candidato presidencial.

Por su parte, la periodista Beatriz Sánchez posee  una clara inteligencia y mucho carisma que ha demostrado en la televisión y en la radio. En Beatriz Sánchez hay mucha frescura, y la cercanía, sentido común y lenguaje directo, cualidades que  la acercan, de manera especial, con la gente, cualidades que la hacen una buena candidata, pero el problema que enfrenta es que no tiene los niveles de conocimiento por parte de la ciudadanía, elemento esencial en una elección presidencial.

El Frente Amplio ha actuado, hasta ahora, con especial inteligencia, aprovechando la coyuntura favorable del derrumbe de la Concertación – hoy Nueva Mayoría – y, sobre todo, la crisis de representación que se ha transformado en institucional. Los ideólogos del Frente Amplio aseguran que este conglomerado no es sólo coyuntural electoral, sino que pretenden proyectarse en el tiempo.

El hecho  de haber podido inscribir legalmente el Partido Revolución Democrática – uno de los 18 partidos y movimientos que componen el Frente Amplio les permite participar en primarias legales, sobre todo, en los debates públicos en la televisión, que el del  miércoles, 24 de mayo, fue muy bien aprovechado por Mayol y Sánchez.

En Chile nos gusta imitar el modelo de  elecciones estilo yanqui, por consiguiente, estamos acostumbrados a los debates y foros sean verdaderas luchas de gladiadores, en que sólo existe un vencedor que se lleva los laureles. En el debate de este miércoles no hubo enfrentamiento y ambos candidatos coincidieron en el 90% de las ideas programáticas. Al ser el primer debate en estas primarias, han tenido una muy buena difusión – está en youtube y en TVN lo han repetido -.

Alberto Mayol sostuvo que su  primera tarea de gobierno sería terminar con las AFP y reemplazarlo por un sistema de reparto solidario, con un fondo administrado por una institución independiente, invertido en la realización de grandes tareas sociales y económicas. Beatriz Sánchez planeó el llamado a una asamblea constituyente, a fin de redactar una Carta plebiscitada.

El candidato Alejandro Guillier, para descalificar al Frente Amplio, se hace la pregunta ¿con quiénes gobernaría, haciendo ver que carecen de equipo y de apoyo partidista parlamentario, pero no tiene en cuenta que, de aprobarse la nueva Constitución habría que elegir nuevo parlamente, seguramente unicameral. (La experiencia en Ecuador del Partido País, es contundente en este sentido).

Entre las discrepancias y matices, en el debate estuvo presente la idea de Mayol de que el Estado asuma el 20% de las empresas fundamentales y de servicios; usó el vocablo “expropiar” que, en este país de pacatos neoliberales, causa gran escándalo, pues nadie puede tocar al dios propiedad privada, así sea mínima – 20% – propuesto por Mayol. Beatriz Sánchez no se manifestó en la misma forma rotunda al respecto.

Otra de las discrepancias se refiere a las relaciones de Chile con Bolivia: Sánchez se negó a responder la pregunta cobijándose, bajo el mal uso que Bolivia hace de los derechos expectaticios, aprovechando cualquier declaración de un personero chileno para fundamentar su causa en la Corte de La Haya. En cambio, Mayol fue claro al respecto: sostuvo que si se entregara una franja soberana a Bolivia no sería dentro del litoral antiguo boliviano, sino en la Línea de la Concordia, y que cada kilómetro que Chile cediera, debería tener la recíproca boliviana. Y agregó que Chile debiera tener una puerta de acceso con la potencia más grande de América Latina, Brasil.

Con respecto a otros temas nacionales, como el Crédito con Aval del Estado (CAE), Mayol le preguntó, directamente, a Beatriz Sánchez sobre dichos anteriores en el sentido de que no era posible declarar la moratoria del crédito fiscal, simplemente por responsabilidad de salvaguardar los fondos del Estado; en el foro, la candidata respondió que estaba en contra de cualquier financiamiento bancario a la educación, y que se buscaría la forma de solucionar el endeudamiento de los estudiantes sobre la base del diálogo y, si fuera necesario, la moratoria. Mayol está seguro al afirmar que recurrirá a la moratoria.

Tanto Mayol como Sánchez se declaran partidarios de la educación pública, gratuita y de calidad en todos los estamentos de la educación. Sánchez concede mucha importancia a los docentes, que deben ser muy bien remunerados y disponer del tiempo necesario dentro del currículo para preparar sus clases.

Ambos candidatos conciben la salud como un derecho, que debe ser garantizado por el Estado y no un negocio, como lo es actualmente. Sánchez plantea que el 7%, descontado a los trabajadores por concepto de salud, vaya directamente a FONASA, y que las Isapres se limiten a ser un seguro, que pueda ser tomado libremente por los ricos, si así lo desean.

El programa del Frente Amplio no tiene nada de populista,  (aunque este término se emplea maliciosamente para todo aquel que no profese y practique el neoliberalismo). Los dos candidatos hicieron hincapié en que sus propuestas eran justo una normalización de un país en que se han experimentado las privatizaciones de las instituciones que tocan directamente la vida cotidiana de los ciudadanos – salud, educación, previsión, vivienda, agua, electricidad, y otros -.

El definir el Frente Amplio como una superación de las izquierdas y las derechas, además de ser el slogan de Emmanuel Macron, en Francia, me huele a falangismo, corporativismo, socialcristianismo. Que incluya en la alianza a un Partido Liberal no le quitaría su carácter de izquierda, si como ellos dicen son sucesores de Francisco Bilbao y Santiago Arco, y los liberales rojos del siglo XIX.

Personalmente, me parece más certero definir el Frente Amplio, directamente, como izquierda. (En España se usa el plural para referirse a las izquierdas, pues lay muchas y de muy distintas posturas ideológicas).

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

25/05/2017                    

 

 

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