Noviembre 17, 2024

El drama del PSOE

Los dirigentes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) colaboraron con la  dictadura de Miguel Primo de Rivera, padre de José Antonio, fundador  del partido fascista la Falange española. Tal vez equivocadamente, algunos historiadores comparan  a Miguel Primo de Rivera con la dictadura del Carlos Ibáñez del Campo; también es un error el  creer que la falange Nacional chilena tiene algo que ver con su homónima española, pues la verdad es que la  Falange chilena estaba más cerca de José María Gil Robles, el líder de la  Confederación de las Derechas Españolas (CEDA). Este dirigente no participó en la guerra civil española, y en su libro No fue posible la paz, se lamenta de la desgracia de esta guerra.

 

 

Francisco Largo Caballero – más tarde llamado el Lenin español – fue ministro del Trabajo del gobierno del dictador Primo de Rivera. Durante la II República, el  PSOE estaba dividido en dos fracciones: la liderada por Indalecio Prieto – visitó a Chile durante la guerra civil 1936-1939 – ubicada más a la derecha, y la de Francisco Largo Caballero quien unir a las juventudes socialistas con las comunistas.

El fundador del PSOE fue Pablo Iglesias, abuelo del actual líder del Partido Podemos. En la guerra civil, el dirigente Julián Besteiro vaticinó el derrumbe de la república y se convirtió en una especie de ícono para los historiadores franquistas, debido a su moderación política.

Después de varias décadas franquistas lo que restaba del PSOE en la interior de España comenzó a formar una nueva generación, cuyos líderes eran Alfonso Guerra y el desconocido andaluz, Felipe González. Eran otros tiempos y, paulatinamente – como ocurría con sus congéneres socialistas de Europa – se abandonaba el leninismo y, posteriormente, el marxismo.

El constitucionalista y líder de la Primera Junta contra Francisco Franco, Antonio García Traviñano, acusa a Felipe González nada menos que de haber sido un agente del dictador, y Pablo Iglesias le lanza, en una sesión de Cortes, que estaba  manchado con cal viva, a causa del asesinato de los dirigentes de la ETA durante su gobierno.

Previo al Acuerdo de La Moncloa, que permitió el inicio de la transición española luego de la muerte de Franco y, lo más importante, la redacción de la actual Constitución. El Presidente del gobierno, Adolfo Suárez, legalizó al Partido Comunista, en ese entonces dirigido por Santiago Carrillo. Nos encontrábamos en la era del eurocomunismo y los Partidos Comunistas europeos dejaron de ser satélites de Moscú.

La  transición española actualmente está siendo tan cuestionada como la chilena: a partir del gobierno de Suárez se han turnado en el poder dos partidos políticos, el Partido Popular, por la derecha, y el PSOE, por la izquierda. Los gobiernos socialistas de Felipe González y, luego, el de José Luis Rodríguez Zapatero, viraron hacia la derecha.

Llamar socialdemócratas a los socialistas españoles, franceses o chilenos es, francamente, un despropósito, pues apenas son socialistas liberales y no tienen ninguna voluntad de terminar con el sistema capitalista; que el Partido lleve el nombre “obrero” es sólo nostalgia ridícula pues, en muchos casos, estos partidos socialistas ni siquiera se pueden llamar sindicalistas.

Como los socialistas chilenos, el PSOE tiene sus propios varones, es decir, personajes que se han convertido en los dueños del Partido. En la Península, siguen a Felipe González y, en Chile, los mandamás son grandes inversionistas en empresas privadas y también lobistas.

Los partidos socialistas en el mundo van directamente al despeñadero: siempre sobrepasados por la izquierda; en Francia, por los Insumisos, de Mélenchon; en España, por Unidos Podemos; en Chile, por el Frente Amplio. Los comunistas murieron con la caída del “Muro de Berlín”.

Actualmente, en España hay un gobierno minoritario, encabezado por el corrupto Mariano Rajoy, del Partido Popular. De haber existido fiscales honestos, justos y valientes, Rajoy hubiera tenido  el mismo  destino de Bettino Craxi.

El año 2016 fue crucial por el derrumbe del sistema bipartidista español, reemplazándolo por uno pluripartidista de cuatro Partidos principales: el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos, estos últimos una especie de derechistas moderados. Durante todo este año fue imposible formar un gobierno; lo intentó el PSOE, dirigido por Pedro Sánchez, en alianza con Ciudadanos, de Albert Rivera; como fue  “bombardeado” por el PP y Podemos, hubo que llamar a nuevas elecciones, que tampoco dieron resultado; fue necesario un “golpe de estado” dentro del PSOE,  dirigido por la sevillana Susana Díaz y digitado por Felipe González, para derrocar a Pedro Sánchez y colocar en la jefatura del PSOE a una gestora, la cual posibilitó, por medio de la abstención, que Mariano Rajoy tomara la presidencia del gobierno, esta vez, minoritario.

Los militantes socialistas, tanto en España y Francia como en Chile, están muy molestos con sus dirigentes derechistas y, además,  corruptos. En Francia reaccionaron dando un triunfo n Francia reaccionaron dando un triunfo a la línea más de izquierda, dirigida por Benoit Hamon; en Chile, rechazando la candidatura de Ricardo Lagos Escobar, el “barón entre los barones”, tan amado por los empresarios, como hoy por los democratacristianos. En España, el PSOE han repuesto en el liderazgo a Pedro Sánchez quien, en las primarias de ese Partido  le ganó a Susana Díaz, la candidata de Felipe González, en casi todas las comunidades,  salvo la vasca, que votó Paxi López.

El Partido Podemos ha  ofrecido al PSOE, de Sánchez, retirar la censura contra Rajoy y sumarse a otra que presente el PSOE y, de esta manera, permitir un gobierno de Pedro Sánchez, esta vez aliado con  Unidos Podemos.

A esta censura que, posiblemente no prospere, hay que agregar el problema independentista de Cataluña que insiste en convocar a un plebiscito que dirima este problema, arrastrado a través de toda la historia de España. (Envío al lector al ensayo de Ortega y Gasset, España invertebrada).

Según mi opinión, ha llegado la hora del fin del socialismo liberal, de la tercera vía, y como diría en su época Leon Trotski, los Blair, los Mitterrand, los Lagos… “al basurero de la historia”

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

23/05/2017

       

Nota solo en España  puede dar el espectáculo que  el fiscal defienda a la imputada  infanta Cristina.

La justicia esta tan podrida que solo paga Corea y bigotes y Rajoy zafa como en Chile Piñera cuando era prófugo en el caso banco de Talca.

Paga Rato y zafa Aznar

Paga el Juez Garzón y zafan los dirigentes de PP

José María Gil  Robles

                   No fue Posible La paz  

                  Ariel 1968

               José María Zamora y otros

              España: Sociedad, Política y Civilización siglos XIX  Y XX

                 Areté 2001

               Ver Gazmuri

             Biografía de Eduardo Frei el encuentro con Gil Robles

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