El nombre de las Islas Vírgenes viene de Santa Úrsula y las Mil Vírgenes, patrona del distinguido Colegio Santa Úrsula, a cargo de unas monjas alemanas, para “niñitas bien”. Las Islas Vírgenes, paraíso fiscal del Caribe, sólo vive de refinerías de petróleo, de playas paradisíacas y de las empresas financieras, donde no se paga impuestos.
Piñera cantó a la Canciller alemana, Ángela Merkel, el himno nazi, en una de sus giras a Europa, precisamente para mostrar los pedazos de rocas que repartía por doquier, luego del rescate de los 33 mineros, atrapados en la mina San José, en Atacama. Piñera era condiscípulo, en el Colegio Verbo Divino de Délano y Lavín controladores del Grupo Penta y, como ex alumnos, siguieron siendo grandes amigos -.
La oligarquía chilena era pechoña y terrateniente, por consiguiente, tenía mucho sentido de familia, y los fundos se heredaban a los mayorazgos, y Piñera tiene muchos resabios de tribu: le encanta contar en cuanta entrevista le concedan, que don Pepe, su padre, sólo le heredó deudas, lo que confirma que el gran empleado público falangista, se gastó el dinero de varias tarjetas de crédito, pertenecientes a “Tatán” – como cariñosamente le decía -; que su madre, doña Picha Echeñique haya dicho hablar de plata, es muy propio de la mujer oligarca, pero los hombres sí lo hacían a la hora del bajativo, en el Club de la Unión y en el Parlamento.
Que Sebastián Piñera declare sólo 650 millones de dólares de patrimonio, cuando Forbes lo estima en 2700 millones de dólares, demuestra que “tiene clase y siguió el consejo de su aristocrática madre”.
Para los millonarios, evadir impuestos en paraísos fiscales no es un defecto, sino una gran virtud y demuestra mucha habilidad – tal vez sea una de las virtudes cardinales aprendidas en el colegio Verbo Divino -.
CIPER Chile publicó detalles de las grandes empresas del nuevamente candidato Piñera, lo mismo que se su familia, ubicadas en las Islas Vírgenes británicas: Bancard International Developement.IC, escriturada el 7 de agosto de 2015, representada por su hijo Juan Sebastián Piñera Morel. La parte más jocosa de estas nuevas empresas de Piñera es la saga griega, en que utiliza las obras atribuidas al ciego Homero, para dar nombre a las empresas en que incluye a hijos y nietos. Nadie puede discutir que “Piñera es un gran padre y mejor abuelo”. Ahorrar para los nietos era otra costumbre de la oligarquía del pasado, y los aristócratas venidos a menos les abrían una cuenta en el Banco del Estado; otros les legaban en vida los fundos; en el caso de los Edwards, los bancos y El Mercurio. Piñera, fiel a sus ancestros, fundó la empresa Inversiones Odisea Limitada; según CIPER Chile, Piñera y su mujer aportaban a la empresa 18 millones de pesos y sus hijos aparecen invirtiendo 4.400 millones – correspondientes a esa fecha -. En menor de los hijos, Cristóbal, de 20 años, estudiaba sociología; Sebastián, el Mayor, había terminado su carrera de ingeniero comercial y Magdalena, la Pichita, recién se titulaba de profesora de historia. Cuesta pensar que estos jóvenes genios hayan producida tanta plata.
La empresa de inversiones La Ilíada, según CIPER, nació con un capital de un millón de pesos y, al poco tiempo fue capaz de invertir la suma de 500 mil millones de dólares, y la pregunta de CIPER viene de inmediato: ¿de dónde salió ese dinero? No hay registro, según la investigación de CIPER. A lo mejor del mítico caballo de Troya, que tanto daño hizo a los ciudadanos de la ciudad de Asia menor.
Posteriormente, la familia Piñera Morel, incluidos hijos y nietos, irrumpen en la gran obre la Virgilio, fundando Inversiones Eneida, inscritas en el paraíso fiscal de Luxemburgo. Según CIPER, nació con 12 millones de Euros, aumentó al poco tiempo, a 18 millones y en el 2015 la suma aumentó a treinta millones de dólares.
La estrategia de ceder en vida parte de la gran fortuna que, de hecho, no figura en ningún fideicomiso, es muy inteligente, pues evita el pago de impuestos a la herencia, que son muy onerosos. Según CIPER, sus hijos Sebastián y Cristóbal Piñera Morel forman parte del directorio de casi todas las sociedades de inversiones de su padre:
“Voz Populi. Sociedad Agrícola y Ganadera Los corrales. Parque Chiloé. Arenas Blancas. Inmobiliaria El Mañío. Inmobiliaria el Canelo. Inmobiliaria el Boldo. Inversora San Juan Diptel. Inversiones y Asesorías Milenio. Hotelera Lago Ranco. Inversiones Santa Cecilia. Bancard Inversiones y Bancorp”.
Mientras decae el imperio de los Edwards, con la muerte del último “Agustín”, se levanta airoso el de los Piñera Morel, que no se conforman con ser consejeros de reyes – como lo hacía el último pilar de El Mercurio, Agustín Edwards Eastman –sin o también aspiran a apropiarse del poder política de nuestra monarquía electiva.
Los rancios oligarcas legaban sus fundos a sus hijos que, en muchos casos, cual “hijos pródigos”, los despilfarraban en grandes bacanales y en prostíbulos franceses – uno de estos personajes era el famoso “Vicho” (Vicente) Balmaceda, un gran señor y raja diablo, muy bien pintado en las crónicos del escritor Joaquín Edwards Bello -.
Con mucha razón, durante mucho tiempo, los herederos aristócratas odiaron a los democratacristianos porque les “usurparon” la herencia de sus padres”, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva y la Reforma Agraria, llevada a cabo durante su gobierno.
Ahora hijo de un connotado falangista, amigo dilecto de Frei Montalva, don José Piñera, a lo mejor reconcilia a los democratacristianos, liderados por Mariana Aylwin y la derecha, hoy no latifundista sino millonaria neoliberal. Ahí está la madre del cordero: por qué la hija del ex Presidente, don Patricio Aylwin dice, muy suelta de cuerpo, que los democratacristianas votarían por Piñera en la segunda vuelta, en las selecciones presidenciales del mes de noviembre.
Ojalá los nietos de Sebastián Piñera no dilapiden la fortuna que el abuelo amasó trabajando 24 horas sobre siete.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
17/05/2017
(Remito a los lectores a la obra El Modo de ser aristocrático, de Ximena Vergara y Luis Barros, Edit. Aconcagua, y al Artículo de CIPER Chile, Las sociedades en que se funde la fortuna de la familia Piñera-Morel, de Francisca Skoknic).