El diario español La Vanguardia reafirma que la víctima recibió el impacto de una esfera metálica de plomo, que fue disparada por los propios manifestantes. No murió por el impacto de una bomba lacrimógena, como difundieron el resto de los medios.
El portal del periódico catalán La Vanguardia publicó este domingo las verdaderas causas de la muerte del joven violinista venezolano Armando Cañizales, de 17 años, quien fue asesinado durante una de las jornadas violentas de los grupos más radicales de la derecha venezolana.
En la nota se reconoce que las primeras noticias que se viralizaron en las redes sociales fue culpar al Gobierno de la muerte del joven músico, a causa de una bomba lacrimógena de la policía, que el violinista era “la última víctima de la violencia desproporcional de las fuerzas paramilitares de la dictadura chavista”, según se repetían en medios de oposición digitales, como La Patilla o Dólar Today.
La Vanguardia, cuya línea editorial no es afín a la Revolución Bolivariana, admite en esta nota que la narrativa de los medios de comunicación internacionales sobre “una juventud heroica masacrada por la dictadura bolivariana” no se atiene a los hechos en el caso de Armando Cañizales destacando que la realidad de la muerte del músico es mucho más compleja.
La verdad sobre el caso del violinista muerto http://dlvr.it/P4mrg7
“En un video se ve al joven músico desafiando a los antidisturbios –escribe La Vanguardia–, brazos levantados, con el pañuelo tapando la cara y la máscara antigás colocada. Luego, se le ve llevado en brazos hacia una ambulancia y se oyen gritos de ‘¡Armando! ¡Armando!’”.
“Mataron a un chamo de 17 años, mientras Maduro bailaba”, tuiteó el diputado de derecha Freddy Guevara, quien horas antes había animado a los jóvenes a ser más atrevidos con la policía. “El gas lacrimógeno no hace daño”, dijo.
El ministro del Interior de Venezuela, Néstor Reverol, informó el jueves que la causa de la muerte no era una bomba lacrimógena, sino que se había descubierto una rolinera –una pequeña esfera metálica cromada, ocho milímetros de diámetro– empotrada en el cuello del violinista.
Este proyectil no fue disparado por la policía, escribe La Vanguardia, sino por los propios manifestantes. “Ya se sabe que algunos de estos han fabricado armas caseras para su enfrentamiento diario contra la policía. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) descubrió seis rolineras iguales en el lugar de las manifestaciones, aquel día”.
“Esos seis plomos fueron disparados contra la policía nacional, con una arma no convencional que podría ser una arma de fabricación casera”, explicó el vicepresidente venezolano el viernes. Un fotógrafo de REUTERS publicó imágenes de una de estas armas caseras, en el momento de ser disparada en la manifestación del Primero de Mayo.
En la nota, La Vanguardia recuerda que Cañizales “se había formado como músico en el famoso Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, gracias al cual decenas de miles de jóvenes de barrios pobres han aprendido a tocar instrumentos y participar en la creaciones la música clásica”.
La nota, igualmente, reconoce que la orientación socialista y bolivariana ha permitido que, a pesar de la situación económica, los gobiernos tanto de Hugo Chávez como de Nicolás Maduro hayan mantenido el respaldo a este sistema igualitario de enseñanza de la música.
También, informa que cinco efectivos policiales, y de la guardia nacional han muerto de tiros durante las manifestaciones.
“Hay un grupo legítimo de manifestantes; pero, lamentablemente, hay también grupos extremistas en las protestas y me consta que la oposición les paga; yo conozco a algunos de ellos”, escribe La Vanguardia, citando a Aarón Troconiz, de 27 años, estudiante de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
“Al músico lo mataron y, luego, la oposición dijo que fue el Gobierno –continúa la cita de Troconiz–; hay una manipulación sin límites; y para los líderes de la oposición cuantos más jóvenes muertos mejor”.