Con 65,8% de los votos emitidos contra 34,2% para Marine Le Pen, Emmanuel Macron se impuso de manera neta en la segunda vuelta de la presidencial francesa. La abstención fue de 25,3%, la más alta desde 1969. Muchos adversarios del neoliberal Macron (En marche!) y de la representante de la extrema derecha fascista (Front national), históricamente identificada con el clan de los Le Pen, se abstuvieron de votar. “!Le Pen nuestro enemigo, Macron el amigo del sistema financiero!” fue una de las consignas levantadas por sectores de izquierdas.
Llama la atención la alta abstención. Sin embargo esta había sido pronosticada. Un alto porcentaje de quienes votaron por Jean-Luc Mélenchon no aceptaron votar por dos candidatos que representan posiciones combatidas por los sectores de izquierda que se agruparon en torno del candidato de La France Insoumise.
A los 39 años, Macron es el presidente más joven de Francia. Más que con audacia inigualada, fue con el apoyo de poderosos sectores financieros europeos, de las instituciones de la Unión Europea y de los medios que la “burbuja Macron” arrasó todo a su paso sin estallar. Hoy, de los viejos partidos y sobre todo “del PS francés sólo quedan migajas, ¡Macron superestrella!” escribe el editorialista del tradicional medio impreso Le Figaro. El FN, la organización lepenista, sería la oposición ideal según Alexis Brézet, el Director de redacción de este cotidiano parisino conservador. El debate político se concentrará en las próximas elecciones legislativas a la Asamblea Nacional o parlamento francés en junio próximo.
Por Leopoldo Lavín Mujica